Un texto que nos habla de nosotros. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.
- eseperches
- 22 jun
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…las cosas malas siempre las anuncia el cielo.
Dominga.
Oriundo de Chiapas, Carlos Olmos (1947-2003), profundizó en la creación de sus personajes, a través del interés por las características psicológicas y las acciones de cada uno, como vehículo de sus mundos internos. Este impulso creativo también lo condujo a la televisión, creando telenovelas que interesaron al público, entre otras: El extraño retorno de Diana Salazar, Sin pecado concebido, Acompáñame, La pasión de Isabela, Tal como somos, En carne propia y La sombra del otro y sin duda, la joya de la corona Cuna de lobos.
Al hablar de la dramaturgia mexicana de finales del siglo XX, el trabajo de Olmos destaca, al destacar en sus ficciones mucho del contexto, voces, lugares y tradiciones chiapanecas.

Autor de un amplio catálogo, sobresalen: la trilogía de juegos: Juegos fatuos, Juegos impuros, Juegos profanos; El brillo de la ausencia, Lenguas muertas, El dandy del Hotel Savoy, Después del terremoto y El eclipse. Su mirada y prolífica escritura, lograron el reconocimiento internacional, sus textos se montaron en escenarios de La Habana, Venezuela y Nueva York. Fue miembro del Sistema Nacional de Creadores, y con El eclipse se hizo acreedor al Premio Juan Ruiz de Alarcón 1990, Premio Sor Juana Inés de la Cruz 1991 y Premio Chiapas de Literatura Rosario Castellanos 1991.
El 13 de octubre de 2023 se conmemoró el vigésimo aniversario luctuoso del autor. En homenaje a su vida y trayectoria artística, Teatro UNAM y Caracola Producciones, estrenaron su obra más personal, según palabras del mismo autor.

"El eclipse, la más reciente y quizá la más personal de mis obras,
fue inspirada por el paisaje, la música y los mitos de mi infancia,
pero su tema y su atmósfera moral responden a mis inquietudes actuales".
Carlos Olmos.
Estrenada en 1990 en el Teatro El Granero, El eclipse es la obra cumbre de Carlos Olmos, la dirigió el veterano Xavier Rojas, con un elenco conformado por las primeras actrices Beatriz Aguirre, Lilia Aragón y Marta Aura junto a Gastón Tuset, Armando Palomo y Betzabeth S. González. El éxito de la obra obligó a que, para salir de gira y seguir en el otrora D.F., se conformara un elenco alternativo, igualmente atractivo: María Rubio, Irma Dorantes, Diana Bracho, Alejandro Tomassi, Jorge Antolín y Vanesa Bauche.

Una playa en el estado de Chiapas, década de los 90, en las horas previas a un eclipse total de sol. Tres generaciones de una familia viven en la casa de Dominga, la abuela, a la orilla del mar. Desde hace meses están de luto, no usan colores, no escuchan música, no saben a dónde pertenecen. Tienen un huésped que no es lo que dice ser, una fe que no encuentra su lugar, un luto que se alarga y la constante búsqueda de sentido; todo esto a punto de entrar en crisis, mientras la Luna se prepara para enfrentar al Sol.

Caracola Producciones es una Compañía de teatro de imagen especializada en la creación de espectáculos con perspectiva de género para audiencias adultas. Teatro de imagen como lenguaje escénico que recurre a diversas técnicas titiriteras (teatro de sombras, objetos, miniaturas, papel y manipulación directa), así como animación multimedia y stop motion. La agrupación fue creada por egresadas del Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, y se asoció con diseñadoras de la Facultad de Artes y Diseño de la propia Universidad, en la actualidad colabora con creadores escénicos de la Escuela Nacional de Arte Teatral y el Centro Universitario de Teatro.
Caracola Producciones fue invitada a conmemorar el aniversario luctuoso de Olmos con la encomienda de escenificar El eclipse, escrita en 1990, la adaptación corrió a cargo de Jimena Eme Vázquez.

Caracola Producciones es una agrupación conformada por jóvenes creadoras, quienes reinterpretarán el universo del autor a través del lenguaje visual que la compañía ha desarrollado en sus trabajos previos.
Tras conectar y apropiarse de la obra inicia su labor de construir el universo propuesto a través de imágenes escénicas que acompañan y potencian el mundo interno de los personajes (recuerdos, sueños, miedos y anhelos), así como la creación del momento del eclipse, para el cual hacen uso del teatro de sombras, objetos, títeres, miniaturas, y prueban la convivencia con la escena de la técnica de stop motion.

Carlos Olmos se dedicó a profundizar en la construcción de sus personajes a través del interés que mostraba en las características psicológicas y en las acciones particulares de cada uno, como vehículo de sus mundos internos, inspirada en los mitos, la música y el paisaje de su infancia. En el texto, seis personajes enfrentados a la aterradora noche cósmica tratan de vislumbrar un futuro a la luz y a la sombra de sus íntimas contradicciones. Si el olvido y la desolación parecen aislarlos en un mundo cerrado, la pobreza y la incertidumbre ensanchan los confines del drama.

Nada vive para morir sin dar.
En todo encuentro algo de mí, y en todo vivo y muero.
Estoy todo lo iguana que se puede, desde el principio al fin.
Carlos Pellicer
En febrero de 2023 se estrenó en el Palacio de Bellas Artes la versión cinematográfica de la obra: Estoy todo lo iguana que se puede de Julián Robles, con la actuación de Kristyan Ferrer, Dolores Heredia, Fernando Álvarez Rebeil y la primera actriz Luisa Huertas.

Acostumbrados a trabajar textos originales que vienen de una búsqueda del uso de los objetos con perspectiva de género, al recibir la invitación de trabajar con un texto ya creado, en 1989, representó un reto para nosotros, porque es un tema lejano para nosotros. En Caracola nosotros vamos creando textos a partir de imágenes, a partir de narrativas, son palabras de la talentosa y creativa Gina Botello, responsable de la puesta en escena. En este caso fue como retornar a un modo de hacer teatro que hace mucho tiempo no hacíamos, fue muy enriquecedor, como recordar, pero también traer cosas que hemos aprendido del lenguaje de los objetos y de las imágenes, que es nuestro fuerte, ahí es nuestra materia de creación. Cuando leímos el texto, en un principio yo lo sentí un poquito lejano, pero a la segunda leída y hablando de el con el equipo, empezamos a generar puentes de conexión. El resultado: este personaje me recuerda a mi tía, me recuerda a mi abuela, me recuerda a mi madre, nos dimos cuenta que era el prejuicio hacia el texto, quizás fue un poquito de escarbar, de saber que es un texto que nos habla de nosotros, de la mexicanidad, nuestras raíces, y así fue como pudimos conectar.

En cuanto a los objetos intenté encontrar los momentos de evocación, todo lo que no se ve en la palabra, pero que se puede significar en imagen, todo el mundo onírico, todo el mundo interno. Yo creo que todos reconocemos a alguien, o a todos.
Para nosotros fue sorpresa saber que Olmos fue guionista de telenovelas, esa parte que enganchó a tantas personas, que nos gustaría comunicar y tener acceso a ese público que ve la tele. Creo que su obra está permeada de esos elementos, de los personajes de la trama, ese teatro cultural universitario que es lejano, aquí es muy cercano.

Hay muchos prejuicios en la gente que hacemos teatro. Es una obra en un contexto muy específico, como dicen, es uno de sus dramas más personales. Entonces por qué no lo recreamos todo, con todo el ambiente, el calor, lo hicimos suavemente con Dominga, la abuela, porque es la más vieja y también con Indira, la más chiquita. Quizá la hija y la nuera, y el extranjero no tengan ningún acento y ahí se marca la diferencia. Fue una propuesta que empezamos a abordar queriendo lanzarnos en contra de prejuicios, dijimos vamos a probarlo vamos a ver qué tal funciona, y encontramos algo que nos gustó mucho a nosotras, pero siempre confrontado, poniéndolo, exponiéndolo ante el público es otra cosa, y funcionó muy bien.
Nos aventamos con todo, porque esta es la oportunidad de traer de vuelta a un autor mexicano icónico. Pensamos que la apuesta podía enganchar a mucha gente en México, y afortunadamente no nos equivocamos.

Sin duda, Ciudad de México 2023, no es como lo fue en los 90s, lo que hicimos fue abordar las relaciones humanas, más universal, desde el amor. El público de teatro ya es diferente, entonces quisimos explorar los vínculos desde el amor y no el prejuicio ante la homosexualidad.

¿Cómo decidiste en qué momento ilustrar, de forma tan afortunada, porque la Ilustración no es servil al texto?
Justo es eso, que la Ilustración no haga lo que se dice, es una línea delgada, y me gusta esa idea en el teatro que hacemos de revelar, como en nivel de cine, dónde se empieza a recordar, pero en objetos, y a mí me gusta mucho el objeto porque siento que nos remite a la infancia, al pasado, al juego, a lo lúdico, a lo tierno. Aunque podamos hablar de algo de miedo, me gusta jugar con la infancia desde la imagen, y hacia el público. Creo que siempre estos símbolos hacen que el público conecte con otras cosas de la obra, pero también de su propio mundo.

Y ofrecen un bellísimo espectáculo, profundo, poderoso, divertido, de gran belleza plástica en el que cada elemento está en su lugar, no sobra ni falta nada, redondo. En él, sus seis interpretes brillan con luz propia, encabezados por la enorme Gabriela Núñez, quien obtiene excelente replica de sus compañeras y compañeros, Carolina Contreras, Sol Sánchez y Renée Sabina, Alejandro Romero y Alex Moreno del Pilar, un equipo que logra encarnar de manera auténtica a cada uno de los personajes, así como ejecutar con rigor y técnica la animación de los objetos escénicos.

Esta puesta en escena universitaria se estrenó en el Teatro Santa Catarina, en 2023 como un homenaje a las letras de Olmos a veinte años de su fallecimiento. Fue nominada al Premio Talía 2024 en la categoría “Mejor espectáculo de artes escénicas latinoamericano”, una distinción creada por la Academia de las Artes Escénicas de España, y también fue nominada a los Premios ACPT 2024 en las categorías “Obra del año”, “Dirección de escena” y “Diseño de escenografía”.
Gina Botello, y quienes la acompañan en este hermoso y alucinante viaje, nos recuperan al gran dramaturgo Carlos Olmos a 22 años de su partida.

Una familia sufre una pérdida, la llegada del eclipse revelará la oscuridad de cada uno de sus integrantes. Será el presagio de lo inevitable, el fuereño, como la luna, eclipsará la luz, dejando a las mujeres en plena oscuridad.

El teatro es de todos. ¡Asista!
Absolutamente recomendable.

El Eclipse, de Carlos Olmos.
Dirección: Gina Botello.
Adaptación: Jimena Eme Vázquez.
Producción: Compañía Caracola Producciones y Teatro UNAM.
Actuación: Gabriela Núñez, Carolina Contreras Valadez, Sol Sánchez, Renée Sabina, Alejandro Romero y Alex Moreno del Pilar.
Escenografía e iluminación, Karla Bleu.
Diseño y realización de títulos y objetos escénicos: María Fernanda Galván y Daniela Villaseñor.
Diseño multimedia y fotografía: Joel Cárcamo.
Diseño de vestuario: Anabel Ortega.
Teatro Benito Juárez. Villalongín 15, col. Cuauhtémoc, cerca del Metrobús Reforma.
Domingo 18 horas, hasta el 22 de junio.
Entrada general, $204. Los boletos se pueden adquirir en la taquilla del teatro y en las plataformas digitales de Ticketmaster.




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