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Toda actriz debe probar ser fea. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.

  • eseperches
  • 17 jun
  • 21 Min. de lectura


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Después de su estreno mundial en español, Las dos Cassandras se presenta en el Centro Cultural del Bosque con una segunda temporada.

La pieza ofrece una experiencia escénica vertiginosa, combinando texto, movimiento, coreografía y cantos a capella. Esta pieza de teatro físico se sumerge en la complejidad emocional y mental de una mujer, retratando la disonancia cognitiva y el caos generado por las expectativas sociales.

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Platicamos con Vicky Araico protagonista y principal artífice de la puesta en escena.

Excelente obra, excelente puesta en escena, y sus dos interpretes es lo primero que sorprende, dos actrices muy talentosas, pero de formaciones y de trayectorias tan distintas, y que manera tan perfecta de homogeneizar. Sin duda alguna, tu tienes mucho que ver en ello, porque no solo actúas en la obra, Las dos Cascandras es un proyecto tuyo y pienso que tuviste que ver también en la elección de Majo.

Sí, totalmente. Pensaba quién, quién puede aventarse esto. Yo trabajé con Majo, hice dirección de movimiento en un musical en el que ella estuvo, y desde ahí hubo algo que vi, que noté en ella. Pasaron por mi mente muchas actrices y finalmente, entendiendo cada vez más mi adaptación, la adaptación que estaba haciendo, pensaba que la otra Cassandra tendría que, en su naturaleza, tener ciertas características, y las vi en Majo, la invité a sumarse al proyecto, aceptó, y fue una, no diría sorpresa, porque yo intuía bastante que iba a pasar.

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Si hubo momentos en los que yo la sentía en el proceso de ensayos, como dudando. Esta propuesta se aleja muchísimo de lo que ella, y ella así lo refiere, de lo que ha hecho, es otra cosa, a veces yo la notaba como con dudas, esto que estamos haciendo ¿qué?, yo decía confía, confía, vamos a echarnos el clavado y hoy Majo está muy contenta con lo que estamos haciendo, está fuera de su zona de confort y yo estoy segura que ha encontrado otra forma de aproximarse al teatro.

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Físicamente son muy distintas, aunque sus cuerpos tienen simetría. El texto es una maravilla, y lo que permea la obra, y nos pasa a todos, tenemos que hacer, que ser lo que la sociedad quiere, particularmente las mujeres, que estuvieron sujetas a esta obligación durante siglos. Las cosas han cambiado afortunadamente, pero todavía no llegamos.

¿Cómo encuentras esta obra?, que parece que se escribió el año pasado, cuando la estrenaron en el Lucerna, pero no, tiene 10 años, de vigencia.

Esta obra la escribieron Amy Nostbakken y Norah Sadava, son las autoras, ellas la escribieron justo hace 10 años y, como bien dices, desgraciadamente sigue siendo muy vigente. Evidentemente hay una adaptación para México que yo he realizado dónde hemos metido más cosas que tienen que ver también con la edad, con envejecer, eso no está en la original, ellas cuando lo hacen son unas chamacas y están entendiendo de qué va la cosa.

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Es un texto que me gusta porque, cómo me lo contaba Amy, decía que cuando ellas escriben esta obra, no encontraban en la literatura una visión feminista que hablara sobre la contradicción que ellas sentían, que muchas sentimos y que no nos atrevemos a veces a decirlo, como una parte de nosotros quiere ser libre, y no casarte, y no ser madre, viajar por el mundo y demás. Pero hay otra parte que secretamente lo anhela, o se siente culpable por anhelarlo, en fin. No creo que haya una conclusión en la obra, simplemente se presentan todas preguntas, la complejidad, la disonancia a la que nos enfrentamos, cosas que nos dicen que seamos de esta manera, pero otras que nos ocultan, que nos obligan a presentarnos, a sonar de cierta manera, vernos de cierta manera. Envejecer o no envejecer también, hay muchos, muchos temas que se abordan en la obra y que sin duda la dirección de Amy y la creación que ha hecho con Nora hacen una puesta en escena muy dinámica, muy vertiginosa, muy caótica, muy violenta la verdad, también, en el sentido de este río de pensamientos que no terminan, que no se acomodan, que se desatan con este cuestionamiento de ¿Quién era mi madre? y eso te habla también a ti porque somos, traemos la memoria en nuestras células de todos nuestros ancestros, hombres y mujeres.

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Y al poner en duda de quién era mi madre, también surge la duda quién soy yo… …claro, totalmente… …en Las dos Cassandras el espectador ve a una mujer frente al espejo, después la ve como en un eco, una reverberación, después se enfrentan las dos mujeres, ese juego escénico me encanta, es fascinante y supongo que no fue nada fácil para llegar a eso, seguro llevo un tiempo su creación.

Sí, fue un tipo de acoplarnos, de relacionarnos y yo diría también hay mucho energéticamente, mentalmente que está sucediendo en escena de jugar a la misma mujer, pero no es la misma, las diferentes voces, diferentes facetas, su propia visión de sí misma.

Siento que en el teatro sucede algo que tiene que ver con los símbolos que suceden en escena, escena hay cosas que se vuelven símbolos y que le hablan al espectador de maneras en las que, a veces no sabemos muy bien cómo estamos hablando. En la versión, por ejemplo, en inglés, Nora y Amy son dos chicas canadienses, blancas, de la misma edad, distintas estaturas, pero no vemos el contexto de México, no vemos una cuestión racial, no vemos una cuestión de edad, en el caso de Majo y su servidora, sí la hay, aunque puedes ver simetrías en los cuerpos, somos diferentes, realmente yo soy una década mayor, o más que Majo. Siento que en todo eso hay una parte donde los cuerpos, no desnudos, pero si a piel, todo nos está hablando, y habla, yo creo, que mucho al espectador de cómo esta información hacia el inconsciente, de alguna manera, como nosotros juzgamos los cuerpos de otras mujeres, o los cuerpos de otros, se ha vuelto algo muy común y entonces de pronto siento que mientras la obra va sucediendo, hay otra cosa que va sucediendo de manera aparentemente oculta o inconsciente, que tiene que ver con cómo diseccionamos un cuerpo femenino, que nos va provocando en la mente: aprobamos o desaprobamos, rechazamos que estas dos actrices estén en traje de baño ¿por qué?; desaprobamos que no se rasura las axilas, ¿por qué me está mostrando el vello entre las piernas?. No lo sé, suceden un montón de cosas que tienen que ver sí con las libertades.

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Esto que acabas de comentar del vello, estamos acostumbrados a que los hombres podemos, si traemos playera de manga corta levantar los brazos y enseñar todo el pelambre, o del vientre, la mujer, ¡No!. En traje de baño el hombre no tiene ningún problema de que se le vea el vello de todo el cuerpo, la mujer, ¡No!, ni las piernas. Ese deber ser que te comentaba.

Si el deber ser. Y fíjate que una de las cosas que a mí me encantan de trabajar con Amy, ella decía: Toda actriz debe probar ser fea, ¿por qué no?, ¿por qué no voy a hacer caras?, voy a mostrar mis cabellos despeinados, voy a hacer, y enojarme y mostrarme, todo mi rostro se deforma porque estoy molesta. Porque hay mucho de ser actriz donde te piden que llores bonito, que no se te arrugue nada y que solo la lagrimitas corran, por ejemplo. Muchas actrices no quieren deformarse, no quieren mostrarse sudando, greñudas, no sé por qué, y siento que en Las Cassandras nos estamos aventando, yo lo había hecho siempre, la verdad no tengo problema con eso, hacer otros personajes a mi me encanta, pero aquí lo estoy haciendo con todo el cuerpo expuesto, vulnerable, eso me encanta porque creo que yo, personalmente como actriz he encontrado que los personajes más ricos son aquellos que están en el límite del deber ser, dónde te pasas, donde ya estoy fuera de la norma, entonces puedo hacer lo que quiera, y ahí es donde me parece que actoralmente encuentro una riqueza tremenda.

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La obra es tan rápida que no hay manera de estarte cuidando que se te vea algo, si no se te ve, ha sido un viaje muy, muy interesante, una obra con sus retos muy particulares, con cosas que nos, hablo por mí, me detonan entender qué hay de Cassandra en mí, que hay de mí en ella, y sobre todo también es la relación con la madre, con la abuela, con las mujeres antes de nosotros. Cuánto hemos avanzado, claro falta mucho, pero yo pueda estar en escena mostrando mi vello púbico con mi traje de baño, siendo grotesca, grande, moviéndome, para mí eso es hermoso, hermoso poder hacerlo, esa es la razón por la que yo hago teatro y produzco el teatro que yo quiero, en donde yo quiero estar.

Resulta absurdo porque si Cassandra está habitando el cuerpo de Vicky y que digas que no quieres que se me marque la línea de expresión. Me ha llegado a pasar que subo mi colaboración y algunas actrices me han dicho, te voy a mandar fotos porque las que tomaste no me gustan porque estoy haciendo gestos, expresiones, si está viviendo el personaje en ti, me parece maravilloso que hagas esos gestos, entonces me mandan fotos como de estudio, con maquillaje, peinado, etc. perfectos, pero sin vida. Creo que ni siquiera era darse la posibilidad de ser fea, si, de preferir ser bella y elegante, que son dos cosas bien distintas.

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Particularmente en las telenovelas que las acaban de operar del cerebro y salen no peinadas porque traen la venda, pero perfectamente maquilladas, todas se despiertan maquilladas, con la pestaña, peinadas, ¿Quién se despierta asi? eso no es cierto, y lo que acabas de decir es maravilloso, y por supuesto que los personajes están vivos.

Claro, además con las partes feas que todos tenemos, esa es la naturaleza humana, todos somos presentables. Hoy me peiné porque estoy presentando a una persona para tener esta conversación contigo, pero cuando yo estoy mostrando historias y quiero encarnar historias, permíteme mostrar el lado oscuro, lo que queremos ocultar, lo que no queremos mostrar, y es mostrarnos en la oscuridad, con los celos, con el odio a ti misma, con las partes oscuras que hay en mi piel. Ser la verdad, queremos la verdad y yo pienso que cada vez más porque con todo lo que estamos viviendo ahora de la Inteligencia artificial, quienes generacionalmente no nacimos con eso, es como de ¿En dónde está la vida real?, todo se empieza a volver falso, todo es falso, todo es una presentación, y ves en instagram imágenes, imágenes, bellas, bellas.

Ahora mismo veía un post en Instagram, me parece que es un antropólogo el que hablaba, hablaba de la colonización de los espacios, y el decía que ya los espacios se están volviendo lo mismo en todos los lugares del mundo, también incluso nosotros, colonizar nuestros aspectos para pertenecer, y no estamos apostándole a nuestras individualidades, a quienes somos, a dejarnos envejecer naturalmente, en fin. Tampoco está mal, no quiero juzgar, y quien no quiere envejecer de forma natural y se quiero operar, está bien, es parte de tu libertad, pero siento que si hay una cultura de disfrazar, de maquillar la realidad que nos aleja. Siento que cada vez más vamos a estar buscando esas experiencias que nos sacudan y nos confronten porque estamos viendo verdad.

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Nos estamos despersonalizando todos, vamos a ser copia de, es como un McDonald's, McDonald's es igual aquí que en China, y todos, todos en el mundo entero, no tienen una personalidad mexicana, ni china, y que pase eso con los seres humanos está fatal. Por eso el gran valor de la obra, salir y enfrentar todo, desde lo físico, pero sobre todo lo muy interno, simplemente decir: me niego a hacer esto y a decir esto, porque no es.

¿Cómo das con la obra?

Conocía a Amy, trabajé con ella en Londres, las dos estábamos como actrices en una compañía de teatro físico que se llama Theatre Ad Infinitum, juntas hicimos una obra de teatro y ahí nos conocimos, después Amy regresa a Toronto, yo regreso a México, pero quedamos en contacto. Supe que ella estaba formando su propia compañía en Canadá, y su primera producción la hizo con Nora, y fue esta, les fue muy bien, la obra de teatro se hizo película, ellas mismas la actuaron, hay muchos aprendizajes respecto a esa película que nos cuenta Amy, porque justo nos decía, En la película nosotros fuimos las actrices, hicimos a las Cassandras, pero los productores siempre decían ¿Quién es la buena y quién es la mala?, siempre quieren ver la historia así.

Las dejaban maquilladas perfectas, entonces Amy decía, nos teníamos que desarreglar antes de ¡Acción!, porque aunque estábamos muy atentas y teníamos un decir en la producción, es difícil.

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Así la conocí y le dije, Amy, vamos a hacerlo en México, ¿cómo ves?. En un principio pensé, lo hacemos con una directora mexicana, la obra se ha traducido al francés, al albanés, al árabe, y yo hice la traducción al español con una beca que nos dio el gobierno de Canadá. Le pregunté a Amy ¿Has visto las puestas que han dirigido otras personas?. Me dijo, Sí, y  ya no lo quiero hacer porque no me gusta.

Porque es un teatro el que ella hace… es que ella no es dramaturga, no es que se siente a escribir la obra y luego la monta, sino que va montando y el resultado de lo que va haciendo lo va escribiendo, eso quiere decir que hay muchas cosas y movimientos que estás haciendo con el cuerpo, que está contando algo, y eso no va a aparecer en el texto.

Entonces la gente que se lleva solo el texto y lo realiza, hay muchas cosas que quedan fuera, y que no alcanza la potencia que tiene la obra que Amy ha soñado. Le dije, pues entonces te voy a traer, vamos a hacerlo, y así fue, así fue la colaboración con ella.

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Con Las dos Casandras mexicanas, por supuesto que sí quedó contenta Amy.

Feliz, feliz la verdad. Me dijo lo mismo que tú me dijiste, me dijo, Vicky que buen casting, fue de las cosas que me dijo, me dijo, Perfecto con Majo. La verdad es que Amy y Nora están muy contentas, tristes en el sentido de que siga siendo vigente un texto que cuando ellas lo hicieron tuvo una potencia muy grande porque fue justo cuando explotó lo del Mee too, pero sigue siendo relevante, sigue hablándonos directo, hay también toda esta cosa de muchas mujeres que siguen estando muy sometidas, ya ni decir que no pueden participar en juegos olímpicos, usan la burka,  no pueden cantar.

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En ciertos países no pueden estudiar, ni levantar la mano.

Sí, sí, completamente. Estamos contentas Majo y yo por la respuesta de la gente.

Vicky, pienso en el luto mexicano que tiene características muy peculiares. ¿Filtraste un poco de cómo se vive esto en México, en tu adaptación, o está tal cual como fue concebida?

No, el carácter del personaje es el que dicta cómo va a vivir el luto, o sea, era predominante la individualidad de Cassandra, y su acidez, porque tiene un humor oscuro, no tiene una relación con la madre realmente estrecha, siento que ella se ha construido como diciendo, No quiero ser como mi mamá, quiero ser otra cosa, no quiero ser madre, no quiero ser esposa, quiero ser escritora, quiero ser independiente, fuerte.

Entonces empuja a la madre y un poco es mostrar los pensamientos oscuros que tiene respecto a su madre y como esto se va transformando cuando va entendiendo, tal vez porque su madre quería agradar todo el tiempo, porque vivió en otro tiempo. Hay un momento en la obra, justo al final, es uno de los textos que dice Majo, No es justo que una mujer diga lo que piensa, y por eso sea golpeada… …que fuerte… …ese tiempo lo vivieron nuestras madres, nuestras abuelas. Mi abuela, ejemplo, ella no podía mirar a los ojos a sus tíos. Ella se quedó huérfana pronto y no podía mirarlos a los ojos. Mi abuela, dos o tres generaciones arriba, yo soy tercera generación, y no podía mirar a los ojos a sus tíos, y si lo hacía, le pegaban. Mucho menos olvídate de hablar, entonces esto es un aprendizaje de muchas mujeres, y en algún lugar de nuestros cuerpos se encuentra esa memoria.

Hay una cosa que tenemos y que tiene que ver con eso, con, No voy a confrontar, porque algo en mí piensa que puede ser atacado, las huellas de abuso, estamos hablando de solo hace dos generaciones, con mi abuela así era. Entonces hoy que podamos hablar, y que aparentemente no tengamos miedo de ser golpeadas, no sé qué tanto hemos avanzado en ese sentido, por supuesto que hay mayor expresión, veo a las chicas que vienen, las jovencitas que están en sus 20s, en sus 30s, las ves en las marchas y demás, están muy empoderadas.

Yo todavía fui de la generación, yo soy abogada, estudié derecho, y en la Escuela Libre de Derecho nosotras jugábamos cuando nos examinaban los licenciados, los abogados, jugábamos el juego y nos íbamos de falda, tratar de ser bonita, y jugar un juego, un juego que se espera que juguemos. No hace mucho lo veíamos también, los requisitos para ser, no vayas muy lejos, aeromoza, edecán en los bancos, cajeras, eran casi modelos.

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De repente en ciertos castings, piensas ¿esto es una audición para interpretar un papel, o un concurso de modelaje?, tienen que ir con la licra, el tacón y el peinadazo, incluso en el terreno de la actuación.

Todavía no lo superamos, yo veo muchísimo talento que no está haciendo los papeles que debería estar haciendo, porque no cumples con un estándar de belleza que se pide, pero que además, todo mundo sabe que no es, que es irreal. Lo que mencionabas por ejemplo de las telenovelas justamente, y decías ¿cómo se despiertan así con la pestaña?, pero ¿por qué lo seguimos consumiendo?, ¿por qué lo seguimos aceptando?, ¿por qué seguimos alimentando ese monstruo?, ¿por qué no estamos haciendo otras historias con personajes verdaderos, con mejores actores, perdón, también hay que decirlo.

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Yo crecí en una familia en la que no hubo violencia, mis hermanos y yo no fuimos niños golpeados, mi mamá jamás fue golpeada, pero esto no quiere decir que no exista. Lo peor de todo es que hay ciertos ámbitos  en los que la mujer es la principal cómplice, el ejemplo burdo de alguien que atestigua que están golpeando a una mujer, la defiende y ella protesta argumentando que para eso es su hombre y puede hacer lo que quiera. Lo que bien dices, son cicatrices tan profundas que quitarlas, en generaciones mayores, imposible. El futuro esta en la juventud y sobre todo en la niñez, que bueno que las chavas ya no se dejan, aunque algunas han adoptado la agresividad del macho, léxico incluido.

Es normal, yo creo porque hay este efecto del péndulo, dónde has vivido en el extremo, en la opresión, entonces te vas hasta el otro lado porque lo estás rechazando, pero creo que justo el péndulo lo que empieza a hacer es encontrar este punto intermedio siempre. Hay que entender que vamos por ahí, es el comienzo, el rechazo completo, siento que estamos viviendo esa crisis un poco.

Hombres que, por ejemplo, van a ver Las dos Cassandras y dicen, ¿qué quieren ahora que haga?, ¿es correcto lo que voy a hacer?, ¿me van a exhibir?. No saben, ellos están también en un lugar de ¿qué es correcto?, porque  finalmente es un sistema patriarcal que tenemos todos, a todos nos hace daño, no solo a nosotras, también a las masculinidades, no saben qué lugar tomar ahora que las mujeres, muchas, son independientes económicamente, procuran su placer de otras formas. Entonces, ¿Y ahora yo qué hago, cómo me acomodo en tu vida? y también ellas. Estamos viviendo crisis importantes en nuestros roles, y es parte de ir modificando nuestras conductas, reflexionando.

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A algunos puede no ser tan complicados los cambios, pero seguramente habrá otras personas que les sea prácticamente imposible modificar su estructura, no es tan fácil como resetear el disco duro y ya, no. Seguramente ya no nos va a tocar Vicky pero ojalá que llegue un momento en el que sí vayan caminando juntos, sin problemas de género, ni de superioridad de uno sobre otro.

Somos distintos y complementarios, esta obra maravillosa habla de esto y habla de muchísimas cosas, por eso es tan rica Las dos Cassandras, un espectáculo muy reflexivo, muy bello, y también muy divertido.

Sí, eso tiene, para nosotras también lo es. Le decía a Majo, es como subirte a la montaña rusa, te pones el chalequito, tercera llamada y pum. Nosotras no podemos parar, es muy dinámica, es muy demandante. Fíjate que Amy y Nora fueron las actrices, ellas la crean y entonces Amy me contó, Es que después de haber hecho las Cassandras, yo ya no he hecho otra cosa, porque me invitan a obras y digo ¡No!, que aburrido. Es tan demandante físicamente, emocionalmente, corporalmente, en fin, si es una obra que demanda mucho y al espectador también, no hay descanso para el espectador, ¡Vámonos y pum, pum, pum a cómo es la psique femenina… por lo menos la de Cassandra.

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Sí, pero Cassandra representa a una parte muy mayoritaria de mujeres, y no solo de México, su originen es canadiense, y se ha replicado en varios países, en diferentes idiomas traducidos. Hablando de eso, tu traducción es  espléndida, que no es fácil traducir. No basta dominar el idioma a trasladar, a mi muchas veces me ha pasado    que digo, hablan español pero quien sabe de que país, porque en México no hablamos así, y por supuesto que tampoco refleja nuestra idiosincrasia, y tu traducción es excelente, porque así hablamos en México y si refleja nuestra idiosincrasia.

Muchas gracias. Es una de las cosas que yo peleo mucho cuando son textos extranjeros, cómo los siento cercanos, y en ese sentido yo integro a todo el equipo, llego con una primera traducción literal, luego hago una primera adaptación y después ya en los ensayos, el trabajo en equipo es muy importante. ¿Esto les suena, les suena raro, se escucha bien?, y tomo todas las opiniones que vengan. Incluso sabiendo que la actriz, que en esta temporada está haciendo a Casandra que es Majo, plantearle, ¿te suena así?, ¿quisieras decirlo de otra manera?. La figura del escritor, no es una figura a la que se le venera, el texto dice esto y así tienes que decirlo. No, en este tipo de teatro el centro es el actor y todo se acopla a la necesidad del actor, así es, muy horizontal la manera de trabajar, no hay verticalidad de autor, director y elenco para abajo, no aquí es muy horizontal el asunto, y lo que sí está por arriba de todo, es la ficción y el público, eso es lo más importante.

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Vicky, te ubico perfecto desde Juana in a million, inolvidable, te vi en

Las lágrimas de Edipo, de Wajdi Maouwad, bajo la dirección de Hugo Arrevillaga, y creo que este teatro de formato pequeño es donde te sientes mas cómoda, con unipersonales.

El otro unipersonal que apenas hice con producción de Teatro UNAM y el mismo director de Juana, Nir Paldi y su compañía Theatre Ad Infimnitum,  se llama Hasta encontrarte, es un teatro que, te digo, se centra en el actor, no hay artificio realmente, y es un teatro que además, por la forma y el estilo que he trabajado con Nir, es un teatro en el que hay una investigación muy profunda del tema, trabajamos de manera cercana a las personas que están viviendo el tema, en el caso de Hasta encontrarte, con familiares de víctimas de desaparición. Es un monólogo que hice con Teatro UNAM el año pasado, espero poder tener una nueva temporada, que, yo diría, es el trabajo más demandante que he tenido como actriz.

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Seguramente tu primera carrera, que fue derecho, sentó las bases de todo, luego te formas en el CUT, en la UNAM, reitero, la formación académica de Majo es totalmente distinta, ella estudió en escuelas que se dedican a formar actores de comedia musical, en tí es notoria tu preocupación por hacer un teatro social.

Hay algo que no encontré en la carrera de derecho, como abogada, tiene una cosa árida que no soporto, pero sigo teniendo este vínculo con la sociedad, con lo que me parece que es justo o injusto, debo aclarar que no me considero activista, no va por ahí. Creo que el teatro puede ser un medio de cambio, de dar voz a quien no la tiene, de sensibilizar a las personas respecto a fenómenos que no entendemos, que juzgamos ligeramente, o que se nos presentan de forma muy ligera. Entonces sí, si es el teatro que me gusta hacer, yo pienso que el día que yo deje este plano, saber que si contribuí un poquito, y no se solo algo donde yo estaba al centro, yo no me quiero poner al centro, en el centro tienen que estar los temas, las historias, el público, lo que podemos transformar, eso es lo que yo creo, lo que sueño, porque de otro modo sería mucha frivolidad.

El teatro que solo entretiene, que es comedia, es muy válido que se haga, es necesario también, pero yo Vicky Araico desde El Ingenio del Caldero, no, hay gente que ya está haciendo eso otro, entonces porque voy a hacer eso, yo hago otra cosa. Me gusta mucho la interacción con gente de otras latitudes, trabajar con extranjeros, ver su visión, entender otras cosas, el centro del cuerpo, el cuerpo como vehículo que comunica también me gusta. Siento que es como el lugarcito que yo he encontrado de lo que me gusta hacer, y tampoco me interesan las grandes escenografías, son muy costosas y terminan siendo basura para el planeta.

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La verdad es que por eso es teatro de pequeño formato, que tenga un impacto fuerte, salas pequeñas. Hay gente que dice, ¿Por qué no agarras un teatro más grande?. Porque se pierde, no son puestas en escena para teatros enormes, la intimidad crea una magia, un diálogo, es muy cercano, estamos respirando el mismo aire, empezamos a respirar juntos. Entonces esa magia yo no la he encontrado en obras de teatro grandes, no. Me gusta este tipo de teatro, en términos de los productores han de decir, Hay Diós, como sacas los números. No se. Pero no es solo el dinero, lo económico, es un factor de intercambio. Con eso no nos vamos de aquí, cuando nos vayamos no nos llevamos nada, nada, nada.

Tú trasciendes a partir del mensaje que siempre das en tus obras, que es importante, necesario, fuerte.

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Hasta encontrarte, al igual que En primera persona, de David Gaitán, dirigida por Mauricio García Lozano, son muy dolorosas porque ahí no hay ficción, es el retrato fiel, brutal de lo que tristemente pasa en este país. En los monitores del metrobús pasan los reportes, y ves desaparecido, desaparecida, desaparecido, mujeres, hombres, adultos, niños, ancianos, bebes, algunos desaparecidos en  el curso de los últimos meses, pero hay algunos que tienen 20 años, 10 años desaparecidos. Esta realidad es apabullante, ante la mirada indiferente de las autoridades… …o la complicidad… …claro porque, ellos no pueden solucionar nada, pero negarlo no lo remedia, porque dicen que ya no hay desaparecidos, que ya no hay violencia, que ya no hay feminicidios, o casi.

Te felicito por tu trayectoria, por traer esta obra, por producirla, por traducirla, por elegir a Majo, que de verdad hacen una mancuerna maravillosa.

Sí es lo que nos han dicho. Yo le dije a Amy, es que somos muy distintas, y decía, Entre mas más distintas mejor, después me dijo, De hecho no son tan distintas, en esencia hay algo, y este comentario que tú me dices lo he recibido muchísimo, que es un gran acierto, y está siendo para las dos una experiencia muy potente, retadora, nos coloca en un espacio de vulnerabilidad con nosotras mismas, con nuestras concepciones del mundo, con nuestra manera de presentarnos ante el mundo siendo mujeres, y nos hace cuestionarnos también, ¿por qué decimos que somos así?, ¿por qué hacemos lo que hacemos?, ¿en nombre de quién, o qué, tomamos las decisiones que tomamos?.

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Invita a una reflexión, yo siempre pensé que esto era así, y resulta que no, o que me gustaba esto y no me gusta tanto como pensé que me gustaba, o al revés, pensé que me disgustaba y sí me gusta. Y esta obra invita a todo esto y  también a nosotros los hombres, porque además no es una obra sexista, ni feminista.

No lo es, no, porque también ustedes están envueltos en este sistema, desde otro lugar, pero también hay obligaciones impuestas.

Yo siempre he dicho que la cultura sentimental masculina, a partir de que los hombres no debemos llorar, ya nos coartaron la posibilidad de manifestar muchos sentimientos, porque se llora por muchas causas. Yo me acuerdo que decían en casa de mi abuela paterna, Los hombres que están en la cocina huelen a caca de gallina. Eso qué quiere decir, que los hombres no podían entrar a la cocina, obvio cocinar. Y después se quejaban de los machos cuando ellas mismas lo fomentaban. Muchas mujeres decían, Cuiden a sus gallinas porque mis gallos andan sueltos…

Ah sí, total.

Las hermanas eran las criadas de los hermanos, o como tu abuela que no podía ni siquiera voltear a ver a sus tíos.

Yo tengo amigas que me dicen cuando voy a mi casa, algunas de provincia que vinieron a estudiar a la Ciudad de México, cuando regresan a sus casas, ¡Sírvele a tu hermano!, se les compunge el alma.

Y muchas situaciones similares no son conscientes, cosas muy inconscientes que no tenemos idea, realmente está dentro de nosotros. Amy lo dice, es que está en mis párpados, yo así veo el mundo, así juzgo a otras mujeres, así veo. Es un ejercicio muy grande, hay gente que no se da cuenta, ¿Por qué dicen eso?, ¿Por qué dicen que estamos oprimidas?. No es cierto.

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Hace ya muchos años, afortunadamente, y me encantó verlo, en aquellos viejos microbuses, a un hombre bastante joven, solo, cargando a su bebé con su pañalera. Insólito, los hombres eran proveedores, las señoras se encargaban de la formación y educación de los hijos, cambiarle el pañal al niño, jamás. Y ver a este joven padre con su bebé en brazos, con su pañalera, fue de mucha ternura. Dije: Este es el buen camino.

Sí, sí hemos dado muchos pasos, pero nos faltan muchos más. Y la obra invita a esta reflexión, sin juzgar, sin decir esto es correcto o esto es incorrecto, simplemente es plantear el problema, plantear el caos en la mente, la disonancia cognitiva ¿cómo tengo que ser?, ¿qué tengo que hacer?

Y ahora sí que al que le queda el saco, que se lo ponga y que empiece a modificar su estructura.

Gracias por permitirme compartirte un poco del viajezon, el viajezon que es cada proyecto, es largo pero es satisfactorio cuando ves los resultados y cuando ves el impacto en la gente, que van a salir de ver la obra y no van a salir a decir, Ah, vamos a los tacos, y ya paso. Que en los tacos platiquen de la obra.

 

Cassandra, una escritora de 40 años, enfrenta el día de la muerte de su madre. Mientras su familia espera que organice el funeral y escriba algo emotivo, ella despierta sin voz y sin nada bueno que decir. Confrontada por recuerdos, conflictos no resueltos y su propia identidad, Cassandra se pierde entre pensamientos y emociones que la confunden sobre si habla de su madre o de sí misma. La obra pone en evidencia las tensiones entre lo personal y lo social, lo íntimo y lo impuesto.

 

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El teatro es de todos. ¡Asista!

 

Absolutamente recomendable. Imperdible.

 


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Las dos Cassandras , de Amy Nostbakken y Norah Sadava.

Dirección: Amy Nostbakken.

Actuación: Vicky Araico y Majo Pérez.

Producción, adaptación para México y coreografía Vicky Araico Casas.

El equipo creativo incluye a Analí Sánchez Neri, Sergio Cano y Vicky Araico Casas en la adaptación y traducción de la música original, compuesta por Amy Nostbakken, con la dirección musical de Dave Pineda.

Las dos Cassandras es un proyecto que llega a México gracias al apoyo de OMNILIFE, a través del estímulo fiscal EFIARTES, otorgado a la compañía teatral El Ingenio del Caldero.

Sala Xavier Villaurrutia, del Centro Cultural del Bosque, atrás del auditorio nacional. Hasta el 22 de junio.

Miércoles a viernes 20 horas, sábado 19 horas, domingo 18 horas,

 

 
 
 

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