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No veo mis propias películas muy a menudo. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.

  • eseperches
  • 2 jul
  • 6 Min. de lectura

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En una entrevista, el gran cineasta Ingmar Bergman afirmó: Fellini es maravilloso. Es todo lo que yo no soy. Me gustaría ser él.

¿Por qué Bergman dijo que Federico Fellini era “todo lo que yo no soy”?

Ingmar Bergman, fue un guionista y director de teatro y cine sueco, considerado uno de los directores de cine clave de la segunda mitad del siglo XX, dirigió más 40 películas y más de cien obras de teatro.

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Bergman no se conformó con ser el protagonista absoluto del cine escandinavo. Este escritor, director y productor de teatro, cine, radio y televisión, nacido en Upsala (Suecia) en 1918, se crio en un hogar envuelto en la metafísica religiosa. Hijo de un estricto pastor protestante, Bergman decidió estudiar literatura e historia del arte en la Universidad de Estocolmo. Entre 1944 y 1952 se convirtió en el director artístico del Teatro Municipal de Helsingborg, además de rodar Crisis, su ópera prima, y una serie de adaptaciones para el productor independiente Loren Malmstedt en las que ya despuntaban las preocupaciones existencialistas que se convertirían más tarde en marca de la casa.

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Sonrisas de una noche de verano (1955), lo catapultó internacionalmente, y su éxito en el Festival de Cannes lo convirtió en el director de moda dentro del cine europeo y propició la recuperación de sus cintas anteriores. 

Durante los años sesenta Bergman combino el cine con el teatro. Así, su primera etapa al frente del Teatro Dramático de Estocolmo no le impidió rodar, entre otras películas, la antológica Persona (1966), que supuso el inicio de su colaboración con Liv Ullmann y en la que realizó una incisiva exploración del alma humana.

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Su posición a la vanguardia del cine europeo se afianzaría en los años setenta gracias a películas como Gritos y susurros (1972), La flauta mágica (1974), El huevo de la serpiente (1977), o Sonata de otoño (1978). Su intensa actividad fílmica no le impidió dirigir una serie de obras de teatro: El pato salvaje (1972), El misántropo (1973) o El camino de Damasco (1974), o rodar emblemáticos trabajos televisivos como Secretos de un matrimonio (1973) o Cara a cara (1975).

En la década de los ochenta el cineasta se despide temporalmente de la gran pantalla con Fanny y Alexander (1982), su película más popular, ganadora de cuatro Oscars. La última fase de su filmografía queda clausurada con Sarabanda (2003), film que recuperaba a los personajes de Secretos de un matrimonio.

Ingmar Bergman murió el 30 de julio de 2007.

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Federico Fellini es uno de los directores de cine, más famosos y singulares del siglo XX. El estilo de Fellini, de tontos bondadosos, guiones neorrealistas tempranos y estudios carnavalescos de la sociedad y la naturaleza humana, se mezclan para formar el universo en el que residen las sensibilidades únicas del director italiano. En el momento de su muerte, en 1993, había ganado cuatro Oscar a la mejor película de lengua extranjera, empatando con su compatriota Vittorio De Sica por la mayor cantidad de victorias de cualquier director.

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28 años después de su muerte, la larga sombra de su legado va mucho más allá de los premios y reconocimientos. Se puede decir que las películas de Fellini destilan la esencia misma del espectáculo cinematográfico y se ha vuelto imposible referirse a esos filmes sin mencionar igualmente a su fuente de inspiración final, el circo. El circo, sin embargo, no solo como espectáculo, sino que también, como una de las últimas experiencias verdaderamente colectivas.


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Entre estos dos íconos del cine mundial deambulan los personajes de la exquisita comedia Yo tan Bergman, tú tan Fellini título, sin la menor duda, de enorme atractivo para el público cinéfilo y también teatral.

Sigamos con la admiración que el sueco sentía por el italiano.

El éxito y reconocimiento mundial, no fue impedimento para que Bergman admirara a otros cineastas, a quienes a veces deseaba parecerse. En una entrevista con Playboy, expresó su admiración por Federico Fellini, el maestro italiano con raíces en el neorrealismo italiano, antes de incorporar elementos más fantásticos y oníricos a medida que avanzaba su carrera.

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Al describir al cineasta como "tan barroco", añadió: "Su obra es tan generosa, tan cálida, tan sencilla, tan despreocupada". Fellini a menudo trataba personajes que enfrentaban profundos problemas, pero equilibraba esta sensación de devastación e incertidumbre con una imaginería maravillosamente fantástica. Cuando pensamos en Fellini, pensamos en el circo, personajes únicos, seducción y sueños. Incorporó la comedia a su obra, creando un elenco de personajes memorables que aportaron una lucidez extra a sus películas.

Me gustó mucho La Dolce Vita, sobre todo la escena con el padre. Fue buena. Y el final, con el pez gigante. La película, estrenada en 1960, fue protagonizada por Anika Ekberg, Marcello Mastroianni y Anouk Aimée y narra la búsqueda de la felicidad y el romance de un hombre, mezclando comedia y drama para crear una magnífica obra maestra.

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Fellini estaba mucho mejor preparado para utilizar la comedia en sus películas que Bergman, lo que, como resultado, le permitió a su obra emanar cierta calidez. Bergman una vez admitió a The Guardian: No veo mis propias películas muy a menudo. Me pongo nervioso y a punto de llorar... y me siento miserable. Creo que es horrible.

Parece que Bergman simplemente comprendía el método cinematográfico de Fellini, a pesar de ser cineastas radicalmente diferentes. Al hablar de la brillantez del director de ocho películas y media, Bergman dijo una vez: Es enormemente intuitivo. Es intuitivo; es creativo; es una fuerza enorme. Arde por dentro con un calor infernal. Se derrumba. ¿Entienden lo que quiero decir? El calor de su mente creativa lo derrite. Lo sufre; lo sufre físicamente.

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Con El séptimo sello (1956) se deleitó con la fantasía para explorar la muerte, combinando cuestiones filosóficas con imágenes ajenas a nuestra cotidianidad. Insigne representante de su filmografía más profunda, El séptimo sello es, una alegoría visual de la relación del hombre con Dios y con la muerte.

Esta imagen imprescindible en la historia del cine, del caballero medieval jugando ajedrez con la muerte, representa el leitmotiv de la puesta en escena que ahora nos ocupa.

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Gregor Caballero, un aspirante a cineasta, sobreviviente de cáncer testicular, viaja a Europa para asistir a la presentación de un corto en torno a su vida, nada menos que en el Festival Internacional de Cine de Cannes. La muerte acompaña a Gregor y como en El séptimo sello, ambos juegan al ajedrez, y su presencia está ligada a la enfermedad que un día visitó a Gregor y que le sigue respirando en la nuca.

Una tarde en Roma conoce a Julieta, una clown callejera llena de vida, que cambiará para siempre la vida de Gregor, quien terminará conociendo lugares que jamás se hubiera imaginado, además de enfrentarse a su miedo más profundo…morir.

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Este encuentro cambiará el rumbo de su travesía, llevándolo a explorar rincones inesperados, mientras enfrenta los fantasmas que lo persiguen y su miedo más grande: Morir sin haber realizado su largometraje.

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Una serie de acontecimientos hacen que el viaje se extienda a varias ciudades y el tour está aderezado por múltiples citas y referencias cinematográficas. A la protagonista un novio le roba la bolsa y la avienta al rio, por supuesto que a Julieta la rondan los espíritus, todo ello acompañado por las notas de Nino Rota, infalible musicalizador de Fellini.

Múltiples flash backs nos permiten conocer el pasado reciente de Gregor, eficazmente interpretado por Fitzgerald Navarro, su exnovia abogada, su terapeuta, el director del cortometraje. Por parte de Julieta, un exnovio parisino. La travesía se complica, pérdidas de vuelos, malos entendidos, reencuentros, celos, etc., impiden que Gregor llegue a la proyección de su corto, bastante malo, por cierto.

El siguiente punto de su viaje, Fårö, la isla donde vivió Ingmar Bergman, para después ir a observar auroras boreales.

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Yo tan Bergman, tú tan Fellini del dramaturgo y director regiomontano Luis Guerrero, cuenta con un elenco muy eficiente: el ya mencionado Fitzgerald Navarro, Olga Patlán, Mónica de la Isla y Christian Diez.

Un director de cine sin películas realizadas, una clown que vive una aventura artística callejera por el mundo. Dos personalidades opuestas que logran entablar una amistad gracias a su gusto por el arte, y por ser dos mexicanos lejos de su tierra.

Mónica de la Isla interpreta a la abogada exnovia de Gregor, a la sexosa terapeuta o al exnovio francés de Julieta. Simpática y talentosa tiene un brillante desempeño en la obra escénico. Al igual que Christian Diez, quien también interpreta a varios personajes. 

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Él: un cineasta con sueños grandes y miedos enormes. Ella, una artista libre con más alegrías que motivos. A él lo sigue la muerte... pero ella es vida.

 

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El teatro es de todos. ¡Asista!

 

Muy recomendable.

 

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Yo tan Bergman, tú tan Fellini.

Dramaturgia y dirección Luis Guerrero.

Actuación: Fitzgerald Navarro, Olga Patlán, Christian Diez y Mónica de la Isla.  

Miércoles 20 horas, hasta el 2 de julio.

Un teatro, ubicado en Av. Nuevo León 46 colonia Condesa.

Duración aproximada: 90 minutos.

Clasificación: Adolescentes y adultos.

Entrada general $350. De venta en lateatreria.boletosenlinea y taquilla.

 

 

 

 
 
 

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