La utopía de dos seres humanos de escapar. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.
- eseperches
- 9 feb
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¡No te preocupes, padre! ¡Eres un genio! Confío en tu trabajo.
–Ícaro a su padre Dédalo, en La batalla en el laberinto.
Ícaro fue un legado de Atenea e hijo del famoso inventor Dédalo. Murió cuando intentó escapar de Creta junto a su padre por no seguir sus indicaciones.
Ícaro y su padre, Dédalo, eran prisioneros en la isla de Creta por el rey Minos. Dédalo decidió escapar de la isla, pero dado que Minos controlaba la tierra y el mar, se puso a trabajar en fabricar alas para que él y su joven hijo Ícaro pudieran escapar. Enlazó plumas entre sí uniendo con hilo las plumas centrales y con cera las laterales, y le dio al conjunto la suave curvatura de las alas de un pájaro. Ícaro a veces corría a recoger del suelo las plumas que el viento se había llevado o ablandaba la cera. Cuando al fin terminó el trabajo, Dédalo batió sus alas y se halló subiendo y suspendido en el aire. Equipó entonces a su hijo de la misma manera, y le enseñó cómo volar. Cuando ambos estuvieron preparados para volar, Dédalo advirtió a Ícaro que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar.

Ícaro ignoró los consejos de su padre, y confiado, se acercó demasiado al sol. El ardiente sol ablandó la cera que mantenía unidas las plumas, y éstas se despegaron. Ícaro agitó sus brazos, pero ya no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el aire, y cayó al mar. Su padre le lloró amargamente, y lamentando amargamente sus artes, llamó a la tierra cercana al lugar del mar en el que Ícaro había caído, Icaria, en su memoria.
Ícaro también es una obra emblemática de Daniele Finzi Pasca, este espectáculo, concebido para un solo espectador, está a punto de cumplir 7 lustros deleitando a los públicos del mundo. En cada representación un sólo privilegiado espectador, elegido al azar por Finzi Pasca, tiene oportunidad de vivirlo en su forma más plena, en la función que el que este escribe vio, le toco a la afortunada Alegría emprender el vuelo con Ícaro. Al resto de los espectadores sólo nos queda la opción de convertirnos en “voyeurs”.

Desde su creación en 1991, Daniele Finzi Pasca ha representado este espectáculo más de 800 veces, en diferentes idiomas, en todo el mundo.
“Ícaro fue creado rápidamente y las pruebas duraron solo dos meses. Desde entonces, continúo perfeccionarlo. Es un espectáculo simple como lo eran las historias que contaba mi abuela. Ella me enseñó el secreto para hacer ñoquis y pastel de manzana; recetas preciosas que utilizo sistemáticamente en mis creaciones teatrales. Preparar una cena es un pretexto para conocer gente.

Mi abuela, que no abandonó nunca su cocina, descubrió el mundo invitando a su familia a comer. Yo preparo mis espectáculos como si fuesen historias que tienen que ser contadas mirando a los ojos del público. Con Ícaro quería hablar de la esperanza dándole vida a un anti-héroe, hecho de la misma materia que cada uno de nosotros que solemos perder y solo a veces, por un instante, logramos ganar.
Hago teatro por el placer de naufragar, de perderme por un momento, una de las cosas más saludables que hay en la vida. Así como nos perdemos, nos escapamos. Una fuga interior que revela aquello que somos. La fuga es una estrategia que nos permite excavar en la realidad para descubrir secretos que las apariencias ocultan. Vengo de una tierra de montañas. Nosotros escapamos afrontando ciertos riesgos.

Hay montañas que esperan por ti toda la vida. Definen el horizonte vertical de la imaginación de un niño antes de fijarse en su memoria. Por mis rumbos, hay personas que suben sus montañas cada año para renovar el encuentro con lo inmutable. Cambian los gobiernos, nacen niños en el barrio, se pierden los primeros amigos, pero las montañas, ellas, se quedan ahí y nos esperan.
Lo que tiene de maravilloso este encuentro con lo atemporal, es que cada vez nos encuentra cambiados, transformados. A veces un espectáculo es para un actor, uno de esos lugares donde puede fugarse dentro de sí mismo. Hay historias que se cuentan para encontrarnos cada vez transformados. Ícaro es una montaña que escalo desde hace casi 35 años. Hago teatro para hacer llover en los ojos de los demás; algo así como un masaje húmedo para el alma.”
Daniele Finzi Pasca.

A 34 años de su estreno en Milán, Italia, el fenómeno teatral a cargo de la Compañía Finzi Pasca ha cautivado a todo el público con más de 800 funciones en seis idiomas y 128 ciudades por diversos países, como Alemania, Rusia, Suiza, Argentina, Austria, Francia, España, Portugal, Georgia, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Estados Unidos, Perú, Paraguay, Uruguay y México.

En Ícaro, pieza inspirada durante su viaje por la India donde ayudó a enfermos terminales, y su corta estadía en prisión por evadir el servicio militar, Finzi, creador del Teatro de la Caricia y del Gesto Invisible, busca conmocionar al público, con el fin de reflexionar sobre la condición humana y los límites de la imaginación, a través de la sensibilidad del actor y la mirada traviesa del clown.

Daniele Finzi Pasca, director y actor suizo, es creador de los espectáculos de las ceremonias: Turín 2006 y Sochi 2014, para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos; y dos espectáculos para el Cirque du Soleil: Luzia en 2016 y Corteo en 2005, este último con 8.4 millones de espectadores en una gira de 10 años. Con Ícaro, ofrece una visión sobre la libertad, la esperanza y la belleza para resaltar el anti-héroe que todos llevamos dentro.
Daniele Finzi Pasca, Lugano, Suiza, cofundador de la Compagnia Finzi Pasca, es autor, director, coreógrafo, diseñador de iluminación, actor y clown. Con más de 40 años de trayectoria, Pasca ha logrado establecer una estética peculiar donde funde el teatro, la danza, la acrobacia, el circo, la ópera y el documental.

Con más de 35 espectáculos, la Compagnia Finzi Pasca es una de las principales compañías de arte independiente en el mundo, con espectáculos en gira. Algunas de sus obras más destacadas son: La Verità, Bianco su Bianco, Rituale, Viaggio al Confine, Nomade, Rain, L’Amour de Lion y Donka, entre otras.
Daniele Finzi ha sido director del Cirque du Soleil y del Cirque Éloize. En Ícaro, Finzi Pasca ha puesto en juego la locura del creador, de la risa del payaso y de la solidaridad del actor, para crear un momento lleno de magia. Por medio de un juego visual, el artista habla de los encierros, de los microcosmos cerrados, y de la idea de transgredirlos, de escapar. Surge así la utopía de dos seres humanos de escapar del lugar donde están confinados.

Contándose historias, conteniéndose uno al otro y luchando mano a mano por el ideal, va armándose una trama donde la poesía, la emoción y la risa se conjugan para lograr un efecto de gran unidad. Escapar es importante: pero lo es aún más apoyar al prójimo, hacerlo crecer, ayudarlo a volar, afirma Finzi, quien realiza un teatro visual de gran impacto, en el que los elementos sonoros, el color, la palabra y el cuerpo del actor logran una gran unidad de acción.

El teatro es de todos. ¡Asista!.
Imprescindible.

Ícaro. Dramaturgia, dirección y actuación: Daniele Finzi Pasca.
Con una duración de 90 minutos, Ícaro, escrita e interpretada por Daniele Finzi Pasca, con
Música: Maria Bonzanigo,
Iluminación: Marco Finzi Pasca.
Producción: Compañía Finzi Pasca.
El montaje llegó a la Ciudad de México con funciones del 5 al 7 de febrero en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, gracias al Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura capitalina.




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