El texto conecta directamente con el viaje de la mujer. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.
- eseperches
- 25 jul
- 21 Min. de lectura

“Soy la de los sueños ahogados en la saliva de mi almohada.”
Huda.
Por el mar (Aún si nosotras nos ahogamos), una puesta en escena poética y profundamente emotiva que invita a sumergirse en el universo íntimo de cuatro mujeres que enfrentan la vida desde distintos naufragios. Experiencia escénica que expone, con sensibilidad y fuerza poética, las emociones que enfrentan 4 mujeres en momentos de ruptura, transición y reencuentro con ellas mismas.
Escrita por la dramaturga francesa Anaïs Allais Benbouali y dirigida por Rebeca Trejo, la obra presenta a Max, Huda, Asia y Lunya, cuatro personajes femeninos cuyas historias se entrelazan en un encuentro inesperado, en medio de una tormenta literal y emocional. El reparto está integrado por Mahalat Sánchez (Max), Teté Espinoza (Asia/Lunya) y Astrid Romo (Huda), tres actrices con una sólida trayectoria, que durante 90 minutos muestran el contraste y la riqueza de sus estilos interpretativos, generando una mezcla escénica poderosa y complementaria.

Tuvimos oportunidad de conversar con estas tres espléndidas actrices y su talentosa y sensible directora en torno a esta magnífica puesta en escena.
Que maravilla de trabajo. Salí conmovido, emocionado, tiene todo, texto, puesta en escena, actuaciones, escenografía. Todo, es un trabajo redondo, Rebeca, supongo que eres tú que la que arrancó con esto.
Rebeca. Sí, a la par de Raquel Uriostegui, que es nuestra compañera de generación, ella hizo la traducción del texto, habíamos ya colaborado en Un obus en el corazón, ella haciendo la traducción, en esta onda mía de buscar otras dramaturgias y aprovechar que está viviendo en Francia, que habla muy bien el francés, entonces un poco aliarme con ella.

Ella también está muy contenta haciéndolo, buscando otras opciones de textos, me presentó a esta dramaturga y nos decidimos por este texto. Me hizo un resumen e inmediatamente le dije, Yo creo que nos vamos por este, estuvo de acuerdo y estuvimos trabajándolo un rato, en la carpeta, en la traducción, revisando la traducción al español, si se iba a contextualizar a una situación mexicana, decidir que no, que no era necesario. Toda esa labor que se hace previa a tener un texto bien sólido.
Tienes gusto por la dramaturgia francofona.
Sí, la verdad que sí lo tengo. Un poco también porque siempre he querido hablar bien francés, lo estudié, entiendo, pero no lo hablo y es mi forma de acercarme un poco más a ese lenguaje, y también aprovechar a la amiga que está por allá y que hacemos muy buen equipo. De ahí parte, y aparte, el tema me pareció muy bonito, muy femenino, muy sutil, pero tan profundo a la vez. Me encantó, y a partir de eso empezamos este viaje, que, ya sabes, tuvimos que meter carpetas aquí y allá, afortunadamente ganó el efi el año pasado.

Desde entonces se convocó a todo el equipo que prácticamente ahora está, todos aceptaron, he trabajado con la mayoría anteriormente, ya hay como una complicidad también, ellos saben perfectamente en qué parte del proceso entran, y lo hacemos un poco más fluido de alguna forma.
Voy a terminar diciendo que tengo la gran fortuna, y si, soy muy afortunada de que estas tres grandiosas actrices me dijeran que sí, enormes. La verdad que eso es un plus muy grande, tener en los proyectos actrices que, además que son muy buenas, entregan todo, el compromiso, el corazón, que generan espacios agradables, eso para mí es vital. Que nos la pasemos bien haciendo esto, es muy importante y creo que lo logramos.
Y lo proyectan, se siente que hay armonía, y muchas veces se siente un ambiente enrarecido
Te ponen el pie en el escenario, casi casi.

Anaïs Allais, la autora, ¿es joven, quiero creer que está viva?.
Sí, sí, de hecho ella es nuestra amiga lejana, nos repostea cosas, nos manda mensajes. Está súper contenta, estuvo a punto de venir pero por cuestiones de agenda ya no pudo, ella ha estado como muy cerca, y a la vez lejos. La verdad no sé su edad pero se ve joven, es de ascendencia argelina, y un poco esta es parte de su historia personal.
El equipo creativo mayoritariamente es femenino y creo que así tiene de ser. No creo que podría funcionar de otra manera.
Rebeca. Solo está Jesús Hernández en escenografía e iluminación, y Carlos Matus en música. Que también está bien balancear un poco. Es muy bonito.
La escenografía es preciosa, ¿cómo se sienten habitándola, cómo lograron que embonara tan bien cada pieza en su lugar?

Mahalat. Fíjate que, como he dicho, el teatro es un lugar de encuentros y desencuentros, porque así como hay encuentros grandiosos, a veces no los hay, y ha habido sus momentos difíciles también en el teatro, intensos y de desencuentros como te digo. Pero en este caso yo creo que fue la magia del teatro, yo podría decirlo así. Fue la magia del teatro que unió tres temperamentos, tres espíritus al servicio de la puesta en escena, creo que esto es importante, y yo creo que son compañeras, hablo desde mi percepción, desde mi lugar, muy generosas, tanto Teté como Astrid, siento que nos comunicamos, que nos miramos a los ojos, que nos entendemos, que hemos hecho una triada fabulosa en escena.
Fíjate que hay actores que trabajan solos, a mí me ha pasado en otras ocasiones trabajar con gente que no mira hacia afuera, se mira hacia sí mismo todo el tiempo. Aquí, algo que encuentro es que me conecto con ellas, inmediatamente nos conectamos, somos muy respetuosas del trabajo de las demás, cuando es su momento nos fortalecemos, nos ayudamos, porque hay momentos difíciles de cada una.

Todas las obras tienen sus momentitos meticulosos, difíciles, pero yo las tengo, siento que me dan la mano, nos tomamos las tres de las manos y ahí estamos, pero además de nosotras tres, la dirección de Rebeca. Creo que Rebeca es una directora muy sensible, muy abierta, con la que podemos platicar, a la que le podemos proponer también, porque tú sabes que luego los directores, sobre todo hombres, de pronto son rígidos, no todos, hay hombres sensibles, pero luego hay cierta rigidez, también hay directoras rígidas. Pero en el caso de Rebeca ha sido un gran tino que ella se ha abierto sensiblemente, nos ha escuchado, nos ha apoyado y estamos en esa cohesión.

Teté. En mi experiencia, honestamente ha sido un regalo que me dio este año este proyecto, este texto, este equipo, estas funciones, ha sido eso, como una bendición de este año. Un reconectar con mi feminidad, y a mí me parece que una de las cosas más importantes para las cuales se haga esta como coalición de la que habla Maha, es que justo tanto Rebe como nosotras tres, y como Margarita Lozano, nuestra gran asistente, que fuimos las que más nos vimos en trabajo de mesa, después pasar a hacer experimentos y después pasarlo ya a escena, las que más tuvimos contacto fuimos nosotras cinco, y considero que las tres en algún punto. Pudiera decir que la obra habla de que nada es por casualidad, yo creo que justo esta obra nos llegó a cada una de nosotras por esa razón, porque cada una también tenía que conectar con algo de su historia, de su feminidad, y conectarnos entre nosotras para apapacharnos, para podernos escuchar, para poder sanar heridas, para ser escuchadas, porque yo considero que con el hecho de que puedas tener un oído que no solo te escuche sino que además te reciba y te haga parte de este equipo, ya es por sí solo un espacio seguro, un espacio en donde se puede crear.
También estoy de acuerdo con Rebe de que cada vez busco más estos espacios en donde sea feliz creando, si no soy feliz creando, si algo se está saliendo de mis manos, sí hay tensión, pues no, porque hacemos esto porque nos gusta. Fue maravilloso ver como este proyecto desde un inicio, desde nuestras primeras reuniones, era que casi no nos queríamos ir, se nos pasaba el tiempo rapidísimo y seguíamos hablando y hablando y hablando, y era muy hermoso, creo que eso es parte del gran regalo del que te hablo, y finalmente creo que se siente y se nota, eso quiero pensar, en el resultado final.

Astrid. Para mí este proyecto es un sueño, es un bálsamo, un bálsamo reparador de espíritu femenino, así, Desde el día que le vi los ojos a Rebe dije, Hay algo que me está llamando, y es muy loco porque yo digo, que extraño que me llame. Soy muy mística en las cuestiones teatrales, y sí creo que el teatro te llama, y que te llaman los personajes, y que algo te tienen que enseñar en el momento preciso en el que estás en la vida, y cuando leo este texto, me conecto de una manera brutal, ¿por qué? yo cuento con mi madre gracias a Dios, y a los dioses y a las diosas y todo, ¿por qué me conecta tanto el duelo?. Y ahorita que digo que es un bálsamo reparador, es que hay muchos duelos, cada una, cada uno, une tenemos muchísimos duelos, y a veces los vamos olvidando, y creo que por eso llega a este momento preciso este proyecto. Estas mujeres que siento que somos las que tenemos que estar, no sé qué pasó en la vida que nos reunimos nosotras, somos las mujeres que tenemos que estar.
Obviamente todo el proceso que ya platicaron mis amores, porque ya no solo son mis compañeras, ya son mis hermanas, ya digo, ¿después de esto qué?, ¡no me pueden olvidar!. De verdad llegar al camerino, platicar, que esto pasaba desde las primeras veces, como que luego luego llegamos a poner nuestro corazón ahí en la mesa, se hablaba del texto y se hablaba de nuestro corazón.

Yo decía, estamos platicando mucho. Pero más bien era como volcar el alma personal ahí, y si eso no hubiera sido, no hubiera sido esto. Por algo sucedió como tenía que darse y yo soy infinitamente feliz, me siento en un espacio justo, seguro, con mujeres que no me juzgan, no me siento juzgada, no me siento no escuchada, no me siento apabullada, no, me siento en un espacio en el que puedo ser con libertad, eso es un privilegio y eso es un gozo porque no siempre sucede, hay pocos espacios así.
Huda acaba de perder a su madre. Max dejó su trabajo y compró una casa que se cae a pedazos. Asia huyó de su país cruzando el mar. Las tres llegan, por azar, al mismo lugar: una casa con goteras, donde deberán compartir no sólo el techo, sino también sus duelos, silencios y esperanzas. Lunya es una presencia constante que no está físicamente, pero permanece. Como el mar, es líquida, profunda, a veces serena y otras veces violenta. Narra, conecta, acompaña. Es memoria y reflejo de todas.

Algo muy interesante pasa en Por el mar, porque no se necesita ser francesa, ni argelina, ni huérfana, ni migrante, ni refugiarse en una casa ruinosa en la playa, para identificarse. Ni siquiera se necesita mujer para poderse identificar con estos personajes, y eso, por supuesto que viene del texto, viene del proceso de dirección y de lo que ustedes proyectan con su excelente actuación.
Rebeca. Cuando la estábamos revisando Raquel y yo, que hablábamos de los personajes, te lo juro, es que hasta en las palabras se describían como esta escrito, las comas, el personaje de Huda, por ejemplo, no tenía signos de puntuación, yo se los puse porque había que entenderla, pero yo sabía que la consigna era pedirle a la actriz, ímpetu en algunos momentos, pensando en eso. Desde ahí pensé ¿qué hacemos, lo cambiamos a Estados Unidos, a México o qué?, lo pensé en algún momento porque me preguntaban, pero la verdad es que yo siento que desde el texto hay una escritura tan particular, que es muy humana, que no necesita, como bien dice Astrid, ¿porqué conecté con esto?, no es que hayas perdido a tu mamá, pero todos perdemos cosas, todos estamos en transición, todos queremos una casa, todos queremos un lugar, queremos un encuentro bonito con alguien… …y todos hemos naufragado en algún momento… …todos somos náufragos y nómadas, no geográficamente, pero no si hay un ímpetu de un cambio, una necesidad. Y en ese sentido pensé, Hay que potenciar eso, lo humano, lo global, como dice Huda de una forma global, porque en ese sentido no vamos a necesitar lo otro, claro que lo vamos a entender aunque no estemos tan bien enterados de la situación entre Argelia con Francia o Marruecos, tenemos una idea. Al respecto me estuve informando un poco, y Raquel me ayudaba mucho también, pero de alguna forma lo vivimos todos los días con Estados Unidos, y si no con nuestra propia vida. En ese sentido lo importante que yo pensé es eso, potenciar el lado totalmente humano, los sentimientos humanos, y que ahí sí todo mundo se va a identificar y que no va a haber necesidad de entender absolutamente nada de esos países en particular.

La problemática política, geográfica en realidad no es relevante, igual todos migramos hasta al interior de nosotros mismos, de nuestras familias y creo que ahí está bien claro. La madre muerta que aparece y les da pistas para que conecten entre ellas, que las tres están pasando por un mal momento, ante la resistencia de Max, el personaje de Maha que es bastante rudo, pero todo toma su posición y las cosas fluyen, surge la amistad, la lealtad, el apoyo, la solidaridad femenina, pero lo reitero se puede expandir y romper géneros, fronteras y rompe todo.
Max no está al tanto de las condiciones de la casa a la que está llegando y empieza a tener muchas sorpresas que no son agradables.
Maha. Sí, las filtraciones de agua, las reparaciones de la casa, encontró la ganga del precio y como que dijo, De aquí soy, y después le salieron todos los detalles a la mercancía. Pero además dice el texto que era auxiliar de enfermería, entonces a mí sí me da cierta frialdad, cierta cosa pragmática de esa carrera, de estar en un hospital, si nosotros observamos a alguien que va a morir, un familiar, se nos hace muy difícil, pero para una enfermera sucede en el día a día. Me imagino la historia de este personaje que va perdiendo cierta sensibilidad, y luego habla de que ya no soporta a la gente que llora, entonces siento por ahí que hay una especie de hartazgo de su situación, de su vida, como el mismo texto lo dice, de haber llegado a un límite, y llega a este lugar con ganas de estar sola, de descansar, de ajustar cuentas con la vida, con su hija… …se autoexilia… … ajá, y después siente como que llega a ese límite, pero llegan estos dos personajes que por algo están ahí, por algo se cruzan, y a mí me gusta mucho pensar que uno se cruza en la vida con la gente que tiene cierta relevancia, o cierta cosa mágica, como los mensajeros de los griegos, como esa gente que viene a decirte un algo, o a abrir esta compuerta del mar que esta como conteniendo un poco. Está enojada con la vida, siento.

¿Qué tanto pueden identificarse con estos personajes en cuanto a la anécdota, en cuanto a lo que hay por debajo supongo que hay muchos puntos de conexión, es decir, para que ustedes puedan, de sus propias experiencias, ir nutriendo y darle cuerpo a estos seres que las habitan?
Maha. Yo creo que toda la obra nos toca. A veces cuando está hablando Teté yo estoy atrás, la estoy escuchando, estoy escuchando a Huda, que es el personaje de Astrid, y me voy nutriendo al estar oyendo, es que hay algo como de magnificencia, como grandilocuente, ya de entrada colocar a un personaje en el fondo del mar hablando, ya nos conecta a una dimensión grande como el océano.

Teté. Yo también me conecto, sobre todo con estos tres personajes, Max, Asia y Huda, cuando hago a Lunya, que es este personaje que está como en otra dimensión, que tiene más que ver con lo onírico, con la vida, la muerte, esta transición, ahí es donde más me cuesta trabajo, porque obviamente no se tiene esa experiencia, afortunadamente yo todavía tengo a mi mamá, pero sí me puedo imaginar no tenerla obviamente, y también he escuchado a compañeras, amigas que han pasado por ese duelo y que sigue estando ahí y que es un proceso muy fuerte y nada más de imaginarme me duele el corazón, no se realmente cómo lo viva yo en algún momento, pero sí estoy segura que será un proceso único en mi vida y dolorosísimo, de mucha transformación, de entender muchas cosas mías, de mi identidad, de mi madre también. Lo que quiero decir es que en terrenal, estas tres mujeres Asia, Huda y Max claro que me tocan, si no directamente, yo nunca me he ido de mi país a vivir a otro, pero sí puedo imaginarme, o si puedo tener la sensación de no tener a mi familia cerca, porque yo me fui desde los 17 años de mi casa a estudiar a otra ciudad. No tenía yo familia, tuve mi primer hijo sin familia, tuve a mi segundo hijo sin familia. En algún momento si llegué a sentir este, No tengo casa en ningún lado. Cuando me estaba viniendo a vivir a la Ciudad de México, yo no tenía casa, o sea, la casa de mi mamá y de mi papá, era la casa de mi mamá y de mi papá, en donde estaba yo llegando a hacer una base, pero cada vez que venía a Ciudad de México me quedaba en casa de amigos o amigas, me quedaba 15 días en casa de uno, 15 días en casa de otra, y así me iba, de directoras, de directores, etcétera. Y yo vivía con una mochila, como Huda, mi casa era una mochila, y para entonces ya tenía yo a mi primer hijo.

Si llegue a sentir esta desesperación de no tener una casa para mí, y es horrible, francamente es horrible, y planteándome todos los panoramas para poder mejorar de ahí.
Lo que quiero decir con estos tres personajes que transitan este duelo, este exilio, esta transición y demás, es que creo que el texto conecta directamente con el viaje de la mujer, no por eso quiero decir que el hombre no la puede entender, sí. No sé si a mis compañeras o a Rebe les haya sucedido esto, pero la mayoría de los hombres que han conectado con nuestra obra, conectan directamente con su madre, o con su abuela, a lo mejor sí como hijo, pero ven mucho a su madre, a su abuela o a sus referentes femeninos, y obviamente tiene que ver con ellos porque es su historia, ellos fueron criados ahí, es parte de su vida, pero conectan directamente con su entorno femenino, y que también nos hace falta que los hombres entren en ese mood, pero creo que es inevitable. A mí me encantó el texto desde un inicio por eso, porque creo que hay un viaje de la mujer que todas tenemos en algún momento, y que todas hemos sido Asia, y que todas hemos sido Huda, y que todas hemos sido Max en diferentes momentos de la vida, pero todas lo hemos sido. Entonces si me conecta fuertemente.

Y los tres personajes, en efecto viajan, se desarraigan, tu personaje, Astrid, quema las naves, se deshace de la casa familiar, donde vivía su madre, que también es fuerte pasar por un momento así, debe ser difícil.
Astrid. Sí, totalmente. También conecto con cada palabra del texto, es una conexión como mística, como que conecto con mi abuela, conecto con dolores de antaño, luego les digo, Me siento cansada, así como con un cansancio ancestral. Y si siento como que vienen todas mis mujeres a sanar algo a través de mí, no sé, pero tengo esa sensación… …claro, y acabas agotada… …siempre que doy funciones. Tengo un amigo que me quiere mucho y siempre me dice Astrid Mariel, es que tú vas y lo das todo, dejas ahí todo, déjate algo para ti. Digo ¡No!, para eso es el escenario, ahí va uno y lo deja, lo que puede y lo que uno tiene también.
Pero sin duda alguna me conecta brutalmente cada mujer, de pronto veo a Max y me acuerdo muchísimo de mi mamá, de pronto escucho las palabras de Asia y en las funciones hay días que me cimbran siempre, un día en el hueco del privilegio, en el hueco del dolor, en el hueco de cruzar un mar, de cruzar un desierto, o sea de lo que implica verdaderamente, más allá de ver un documental, más allá de todo lo que uno pudiera imaginarse, sentir ahí eso. Se me hace una cosa tremenda, y obviamente el dolor de Huda de perder a su madre, y de tener que venderlo todo.

Mi papá fue a ver la obra y me dijo, Me acordé mucho cuando se murió tu abuelita, porque si tuvimos que vender todo y así de rápido. Como que nunca pensé en el dolor de mi padre, en ese momento, cuando pasó ese momento de tener que venderlo todo. Y sí, también hay una cosa como artista que nunca he sentido que tenga yo un arraigo, algún lugar, siempre le digo a mi mamá que somos como gitanas, mi mamá y yo siempre nos hemos sentido como gitanas, como que somos de aquí y de allá. Yo nací en La Raza, en Azcapotzalco, luego como que viví en Clavería con mis abuelas, luego como que medio me fui a Atizapán, y ahora estoy viviendo en Coyoacán desde hace 13 años, pero no es mi casa, la rentó. Como que el único lugar, y Rebe lo sabe, que me he sentido en mi casa, es mi coche, y es mi traslado, es mi transición, a donde llego a los lugares. Esa es la verdad, mi única casa, obviamente ahorita donde vivo es casita y vas poniéndole plantitas, y va siendo tu nichito, pero verdaderamente yo pienso: Yo no tengo un arraigo particular a algún lado, como que siempre he andado del tingo al tango, y también eso es parte de. Y justo este momento en mi vida también es muy de transición, sí siento que estoy pasando por un dolor interno particular, que digo ¡Ay güey!, si estás pasando por ahí también, de otras formas y uno sabe cómo lo acomoda, pero sí ahí está.

Yo supongo que en algún lugar en el que las cuatro se sienten seguras es el teatro. Que puede cambiar de nombre, de fisonomía, de arquitectura, pero es el teatro en general.
Astrid. Totalmente y aparte me encanta que los personajes, yo voy viendo las fotos o las veo en escena, y siempre, no sé si les pasa, pero como que celularmente cambia uno, o sea, ahorita nos veo y digo, Ah, somos Maha, Teté, Rebe, pero ahí, de verdad algo pasa que dices, Hay algo de verdad.

Rebeca, ¿es la primera vez que se monta a Anais en México?
Sí es la primera vez, de hecho es la primera vez que se traduce un texto de ella al español… …gran dramaturga… …es una gran dramaturga, no la queremos soltar. Tiene otras obras por ahí muy bonitas
Lo que lamento muchísimo, prácticamente de todas las temporadas es la brevedad de ellas. Porque esta obra es para que se develara placa de 100 representaciones en una primera temporada. ¿Cuántas funciones van a sumar en total?
20
Supongo que ya estarán viendo para que se mueva a otros lugares y haya más temporadas. Esta obra tiene mucha vida, y que siga viviendo.
Algo se nos ocurrirá
Y a las autoridades también.

Les reitero que es muy emotiva la obra, pero no es sensiblera; tiene partes bien rudas, pero es bien poética; tiene una serie de cualidades, y sin ustedes tres, sin la dirección de Rebeca, sería imposible. Han hecho un trabajo verdaderamente excepcional, que merece tener mucho más que 20 funciones.
Rebeca. Ya sé, con lo complicado que está ahorita todo, si no sucede algo antes, trataremos pues meter otro efiartes, que tenemos el apoyo ahorita, y la verdad que este tipo de apoyos han venido a rescatar a muchas personas porque es una forma de tener mejores sueldos, está complicado hoy en día. Si no sucede algo antes, el próximo año pediremos una extensión de temporada, o algo así.
Teté. Si no, metemos efis para las 80 que nos faltan para llegar a la 100.
Si Algodón de azúcar en su sexta temporada logró develar placa de 100, porqué no podría pasar lo mismo con Por el mar.

¿Qué les deja a cada una de ustedes prestar su cuerpo a estas mujeres, que son personas, no arquetipos, no estereotipos, son seres humanos.?
Maha. A mí me deja, primero gratitud, porque sí creo que, independientemente de que no nos gusta decir que esta obra es feminista, ni mucho menos… …es femenina, pero no feminista… …pero la gratitud a que una autora mujer genere personajes de mujeres, porque luego en el teatro, de pronto hacemos cuentas y el protagonista es hombre, el que no se qué, es hombre; o una mujer y seis hombres. En las películas, en los medios audiovisuales, siempre hay mucho personaje de hombres… …Rebeca. O mujeres protagonistas, pero en función a un hombre, esposa, amante, madre… …por ahí veía una obra también muy feminista, pero dirigida por un hombre, no voy a decir por quién, pero cómo me vas a contar tú, cómo vas a generar personajes de mujeres desde tu visión, porque es una lucha de muchos años la de las mujeres. Ahora, de las mujeres en el teatro, es otra lucha, hay mas directoras, como Rebeca, como Angélica Rogel, Gabriela Ochoa, Aurora Cano, está habiendo un movimiento de directoras bien importante, y eso es una gratitud para mí.

Ahora, que una dramaturga de allá, desde aquella geografía, escriba personajes de mujeres, universos de mujeres, desde el punto de vista de la sensibilidad de las mujeres, para mí ya es, repito, de agradecer.
Mi marido y yo egresamos en el mismo momento de la carrera de actuación del CUT y es triste, pero yo empecé a notar que conforme fuimos cumpliendo 35, 36 años, a él le salían muchos más personajes que a mí. Es como si dijéramos, las dramaturgias son para hombres, las historias son de hombres, hay un porcentaje, yo te lo puedo casi firmar, de menos personajes de mujeres, y sobre todo que una autora escriba de variadas edades, de variadas condiciones, personajes interesantes, profundos, y eso yo me lo llevo pero con mi corazón. ¡Hicieron un personaje para una mujer de 50!, sin que seas la abuela de la protagonista, cosas así, que son bien duras para las mujeres, y yo sé que muchas actrices de mi generación dicen, Oye, sí es cierto, no hay personajes de mujeres que describan el universo, el sentir de una mujer, la sexualidad, todo esto que está puesto como extensiones del tema central de la propuesta de la dramaturgia, y de la dirección de Rebeca.
Pero que maravilla que haya personajes de mujeres, yo sigo aplaudiendo siempre que se escriban personajes interesantes, más allá de, Ay la mamá, que está ahí, en su casa. Dramaturgia que podemos ver.
Pero qué padre que son personajes vivos, en un momento de transición de su vida, en un momento de reencuentro, de duelo, de reconocer las fracturas propias. Entonces yo me llevo la gratitud para Rebeca, para la autora, y para mis compañeras. He dicho.

Teté. Yo también estoy en el mismo mood de la gratitud y del privilegio de poder ser parte de este proyecto, de esta historia y de este equipo. Como bien decimos las coincidencias no son solo eso, vuelvo a repetir el discurso de, Todo pasa por algo, nos tuvimos que encontrar por algo, y estoy muy agradecida con el teatro, con la vida por ponérmelas en mi camino, por conocerlas más a fondo, a Rebe ya llevo años conociéndola igual, pero a mis dos compañeras, a Astrid y Maha no las conocía de esta forma, y francamente todo ha sido regalo y regalo y regalo. Estamos cansadas también porque ha sido muy intenso el asunto, y como bien dice Astrid, de pronto meterse en ese mundo terminas exhausta, pero nos encanta estar cansadísimas, pero al mismo tiempo saber que todo eso tiene un motivo tan grande, una razón de ser tan grande, que supera nuestro cansancio. Muy feliz, yo me quedo con esta sensación de felicidad, de gratitud y de mucho amor por todo mi equipo, por las palabras de la dramaturga, por todo lo que fue sucediendo después, porque Rebe se encontró el texto, por todo este suceso de cadenita, hasta ahorita.
Como los griegos, que ya todo estaba predestinado y solo era cosa de que llegara el momento preciso para que se colocaran las piezas.
Teté. Si creemos en el destino, ¡Sí!
Ahorita creamos en ese destino que planteaban los griegos y sus oráculos.

Astrid. Cómo dice el personaje de Lunya, Todo lo que sigue acaba de suceder, justamente ahí está todo.
Igual, mucho agradecimiento de poder, primero compartir el escenario con estas dos joyas y portentos de la actuación, eso sí, y con Rebe, que es una mujer que amo profundamente, que admiro mucho, que la veo y es una gran artista, la conozco desde hace mucho pero nunca habíamos trabajado. Siento mucho amor, y sobre todo es un gran privilegio poder pisar el escenario, siempre que Huda dice, Es como el final, no sé cómo explicarlo, pero es. Cuando digo esas palabras siempre pienso en estar ahí y que nunca quiero que sea el final, es muy loco, porque uno como artista, como actriz, quiere siempre estar haciendo muchas cosas, pero estas ahí y es que me siento en el agua, me siento como pez en el agua, es mi espacio, es mi hábitat. Y ese regalo, ojalá que todas las actrices y los actores pudiéramos estar en escena todo el tiempo, porque pienso, hay tantos proyectos, tanto buen teatro, tantas personas gestando proyectos, tantos talentos, tantas buenas actrices, actores, artistas y digo, todos deberíamos estar, todos deberíamos de poder tener el derecho de estar en el escenario.

Por eso son tan breves las temporadas
Astrid. Yo creo que sí todo se organizará mejor se podría todo.
Rebeca. Tu puesta anterior es de un autor ya muy conocido en México, Wajdi Mouguad, Un obus… ya se había montado previamente, pero ahora nos descubres a una dramaturga inédita en México. ¿Qué te deja esta experiencia, desde buscar y encontrar un texto hasta la puesta en escena?
Estoy muy contenta con el equipo que se ha formado, con ellas, y lo que más alegría me da es verlos contentos, tanto a las actrices como a los creativos, a Paola que es la productora, y sobre todo al público. Verlos así para mí es muy grande.

En la función que esto escribe vio, el aplauso fue muy prolongado tuvo que esperar Astrid para poder hablar, esto es maravilloso porque además, fue espontáneo. Me parece una obra verdaderamente virtuosa, para mí sería un error tropicalizarla, trasladarla a cualquier país del mundo. Creo que debe de suceder en donde sucede, además se comunica perfectamente no se siente ajeno.
Rebecas. Lo repito, son temas del ser humano, en cualquier geografía le suceden, de alguna u otra forma a alguien.
Ni siquiera tienes que estar enterado de qué onda con Argelia y los conflictos con los franceses.
Rebeca. De hecho fue gente del IFAL el primer fin de semana y yo en algún momento pensé, ¡Ay Dios!, mío no se vayan a ofender o algo. No porque diga algo en contra de ellos, pero del asilo, bien que mal están hablando de una migrante que llega. No sé qué pensé pero me preocupe y no, estaban súper contentos, súper contentos, me decían ¡Qué bonito!. Estaban muy felices.

Es un espectáculo, en el mejor sentido de la palabra, bellísimo, lo tiene todo. Les agradezco muchísimo esta entrevista grupal.
Maha. Muchas gracias a ti por entrevistarnos. Y nosotros también al expresarnos reafirmamos cosas, nos ponemos a pensar en nuestros personajes, en la historia, y empezamos a hacer conexiones, entonces gracias a ti querido Salvador.
Rebeca. Que bueno porque mañana hay función.

¿Hasta dónde podemos nadar cuando todo parece hundirse?
Una historia sobre migración, duelo, desarraigo… y la posibilidad de seguir a flote. Un viaje poético sobre la resistencia femenina. Por el mar es una obra sobre resistir, sobre acompañarse y sobre la determinación de seguir adelante, incluso cuando todo parece empujarte en contra. Una pieza escénica cargada de belleza, fuerza y verdad.

El teatro es de todos. ¡Asista!
Absolutamente recomendable. Imperdible.

Por el mar (Aún si nosotras nos ahogamos, de Anaïs Allais Benbouali.
Dirección: Rebeca Trejo.
Traducción: Raquel Urióstegui.
Actuación: Mahalat Sánchez (Max), Teté Espinoza (Asia Y Lunya) Astrid Romo (Huda).
Producción: Paola M. Salguero, Rebeca Trejo Y Edgar León
Diseño de escenografía e iluminación: Jesús Hernández.
Diseño de vestuario: Lissete Barrios.
Música original y diseño sonoro: Carlos Gómez Matus
Diseño audiovisual: Karla Sánchez Y Miriam Romero.
Diseño de movimiento: Arantza Muñoz Montemayor.
Ilustración: Lau Charles.
Dirección técnica y programación: Ismael Carrasco.
Asistencia de dirección y coordinación de producción: Margarita Lozano
Asistencia de producción y making of: Edgar León.
Diseño gráfico y social media: Bien Chicles.
Gestión de derechos de autor y gestión cultural: Raquel Urióstegui.
Difusión y prensa: Manojo de Ideas.
Funciones: Jueves y viernes 20 horas, sábados 19 horas, domingos 18 horas. Hasta el 3 de agosto.
Teatro El Granero, Xavier Rojas, del Centro Cultural del Bosque, atrás del auditorio nacional.
Entrada general: 150 pesos. Boletos disponibles a través de Ticketmaster y en la taquilla del Centro Cultural Del Bosque.




Comentarios