El teatro es una prueba, es una constante de variables. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.
- eseperches
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No es una obra de teatro donde tres actores ensayan una obra, se trata del real proceso de puesta en escena, son tres actores, Rodrigo Vázquez, Enrique Arreola y Juan Carlos Vives, ensayando Nos mataron a Carlota, texto y dirección del propio Vives. Estos tres magníficos histriones, Vives desempeñando tres funciones, generosamente abren su proceso de montaje al público, en una experiencia diferente, al que han denominado La cata, que no es contracción de Catalina, alude a… La rica degustación de la escena, una ligera probadita de nuestros ensayos, la cata del proceso por el que caminamos a estas alturas de nuestras carreras.

Esta experiencia, única, es invaluable para todo público teatrofilo, pero para estudiantes de actuación, dirección, dramaturgia o cualquier área del teatro, es obligada, porque, como si no fuera poco el ver un ensayo, único e irrepetible, por ejemplo a mi me tocó ver el trabajo de la escena 5, que se convierte en un espectáculo por si mismo, al final, hay un diálogo con los asistentes, muy bien aprovechado en la función que esto vio.
Es una cosa fascinante estar en escena, afirma Enrique Arreola, tienes conscientes muchas verdades, muchas alertas, muchas presencias, y ante esas, le vas tomando fuerza a cada una. No hay trabajo en el teatro que no implique mucho trabajo, no es magia, no es un audiovisual. En el audiovisual tienes muchas veces una preparación muy corta para llegar a filmar tu escena, y se acabó. Pero en el teatro tienes la gran oportunidad de trabajar mucho, de juntarte con tus compañeros y decirles podemos echarle una revisada a la escena, y probar cosas, y probar, probar y probar, en el teatro ha sido nuestra experiencia, que solo se logra con mucho trabajo

Ahora las obras se ensayan poco… …teatro al vapor… …en nuestra época se ensayaban tres, cuatro meses, un año, y esa obra que ensayabas un año decias, es mucho tiempo. ¡No!, estás sembrando un proceso de trabajo sólido y contundente, no hay duda. Claro que los sistemas de producción han cambiado, ni modo, y hay que adaptarse, pero si tienes trabajo en tu casa que hacer, ¡Hazlo!, siempre haz tu tarea en casa, siempre ensaya en tu casa, siempre equivócate en casa, siempre apela al error y siempre acude a tu compañero para decir, Nos vemos para pasar la escena.

Como decía el actor viejo al joven: Pruebe, equivóquese. Nadie le está pidiendo un producto terminado, esto es la vida, y la vida tiene errores, y la vida es una prueba, y el teatro es una prueba, es una constante de variables. Se va volviendo más sofisticada la estrategia en cuanto al trabajo.
Un jóven asistente comento, palabras más, palabras menos: El trabajo realista, por ejemplo cuando el actor se rasca el cuello, si en lugar del cuello nos vamos a la parte baja, a las extremidades, si bajamos a las piernas, reflejejará la paranoia en el sistema visual-auditivo, que es lo que hace la esquizofrenia y las paranoias.
Arreola. Hay que aventarse, vienen sugerencias, propuestas, aventémonos a probar, llevemoslo a probar. Si funciona, perfecto. No funciona, ya pasó. Eso es aventarse, seguir corriendo riesgos y seguir tomando intuiciones.

Vázquez. La maravilla de este trabajo es que no puede ser de recetas, por lo cual, no hay limitante, si no hay limitantes te permite imaginar que estás en un abismo, aunque no estés, a imaginar que oyes voces, cuando no las hay. Muchas veces los personajes así surgen, más allá de que uno los diseñe, que digas eso va a ser así, de repente en un ensayo empieza a surgir una cosa, y al rato quién sabe que nos llega, a lo mejor lo condensas y queda más chiquito, según para donde lo quieras llevar. Si es más exacerbado lo haces mas fuerte, pero si lo vas bajando se vuelve más realista y es una cosa como, quizás, más close up. Eso es lo bonito, y eso es lo que te permite ensayar, te permite volverlo a hacer, volverlo a hacer, y volver a sentirlo, incluso en las funciones.
Arreola. A veces el personaje surge de un diseño formal, lo visualizas, y a veces el personaje surge de lo profundo, del fondo, de lo que uno intuitivamente siente como emoción, como fuerza del personaje, y las dos son válidas.
Vázquez. Sin proponértelo, a veces llega y solo se da, llega y se presenta a los tres días, a veces se presenta, sin que tú te lo propongas. ¿Cómo llegaste ahí?. Yo no llegué. Llegó él a mí, no se como llegó. Es bien interesante el proceso.

Vives. Hay una anécdota de Pablo Picasso que me gusta mucho, hablando de lo que estamos hablando, y que sirve para el teatro.
En cierta ocasión una mujer le encarga a Pablo Picasso un cuadro: Oiga, es para mi sala, quisiera que usted me pintara un gallo. Sí cómo no señora. ¿Cuándo me lo tiene?. Tal fecha. Llega el tal día y, Señora, discúlpeme pero no le tengo el cuadro terminado, ¿podría ser tal otro día?. Sí, como no, no se preocupe usted es Pablo Picasso, adelante. Llega, le presenta el gallo. Su cuadro es este. Ah, pues mire, está bonito es un Picasso, cuando muera valdrá más. ¿Cuánto le debo?. Tal cantidad de pesetas, o de dólares.
La señora le pregunta ¿Por qué tan caro?. Y Pablo Picasso le dice, Venga conmigo. La lleva a su estudio. El estudio estaba tapizado, paredes, muebles, el piso, las columnas, las ventanas, de, por eso me acordé, de bocetos, de trazos, de intentos, Pablo Picasso buscando, no un gallo, ¡El gallo!, el gallo para esa sala, para esa señora, para esas dimensiones. Pablo Picasso había hecho una radiografía de lo que el gallo era, obviamente para él, pero para quien estaba dirigido, y todo un espacio de dedicación para con la tarea encomendada.

Con respecto a la pregunta que planteaban hace rato, acordémonos que el espectador siempre llega tarde, el espectador ve la punta del iceberg de un montón de trabajo pensado antes. Entonces lo que le preguntabas a Enrique. ¿Cómo se prepara?, y su preparación, por supuesto viene de hoy, pero también viene de ayer, y viene de la semana pasada, y viene desde agosto y si me voy muy atrás, desde el inicio de su carrera, la primera vez que lo vi actuando, en su debut teatral en 1992 en Las amargas, luces de la Aurora, que dirigió Ángeles Castro en un teatro que ya no existe, el Reforma, y que viene a cuenta por lo que estamos diciendo. El día de hoy es un trazo, pero otro día aparece una cola, y aparece un pico, y aparece una cresta. Lo voy a intentar, no salió, lo voy a intentar, no salió, tanto que se retrasa en su fecha de entrega, y por eso las cosas cuestan lo que cuestan, y no hablo de dinero.

Aproveche para preguntarle a Vives: ¿No entra en conflicto el autor con el director, con el intérprete?
Sí, siempre, y que bueno.
Voy por partes. Sí porque si no, ya es sospechoso. Equivale a un matrimonio durmiendo en camas separadas, equivale a comprar un libro y no leerlo, estamos ausentes. Finalmente las tres instancias habitan en un cuerpo, siempre, por elemental y porque así vamos a querer, volviendo al ejemplo, la señora no le pidió a Braque, o a otro pintor contemporáneo, a Monet, o a Kandinsky, a otro pintor, le pidió a Picasso ese gallo, me explico, entonces esta obra que se estrena dentro de un año, va a tener esas características, porque el origen tiene esa amalgama de la misma persona en las tres instancias creativas, y siempre que lo he intentado, siempre es así.
Y afortunadamente, porque si no estamos en los terrenos del trabajo terminado, porque Picasso, por encima de ser el creador del cubismo, fue un extraordinario dibujante figurativo, nada le cuesta, aquí está su gallo son 100 millones de dólares.

Entonces el hecho de que esté en conflicto eso en el proceso afortunadamente, qué bueno que me pregunto cosas aún hoy. Haber, si están para saberlo, yo terminé una versión del texto, después de ponerlo a consideración con mis queridos Enrique y Rodrigo tuve una segunda versión, según yo más depurada, mas limpia que es la que estamos trabajando. Nos arrojamos a hacer La cata, según yo ya estamos listos con el texto terminado, y la gran confrontación benéfica con ustedes acompañados, ¿qué creen?, vamos por una tercera versión, me está resultando por el hecho de hacerlo, y la necesidad de que nos vamos a encerrar otro ratito para tener una tercera, esperemos mejor, más depurada, más exacta versión para poder presentarla a la señora y decir: ¡Esta es!
Rodrigo. Un conflicto bonito. Nosotros lo contenemos, estamos con él, en el mismo hospital psiquiátrico.

Enrique. Esto se construye en mucho tiempo, y yo los invito y los convoco a ustedes que construyan ese tejido con sus generaciones, con sus contemporáneos fuertemente, de verdad no hay nadie más importante a su alrededor que sus contemporáneo, sus compañeros, sus cómplices. Se van a volver sus compañeros de toda la vida, y se los van a topar muchas veces en muchas obras y de muchas maneras, en muchas películas, muchas series se los van a topar mucho, construyan tejidos fuertes.
Este país se está cayendo, hay mucha destrucción del tejido entre nosotros, hemos perdido un poco de confianza y de repente suceden cosas muy raras, pero los teatreros, los que queremos seguir dedicándonos al arte de la actuación, tenemos que construir tejidos fuertes, confianzas poderosas.
Claro, él se avienta la dirección, se avienta la dramaturgia, pero nos tiene a nosotros de referentes, no lo dejamos solo. Entonces confíen en su generación, confíen en sus contemporáneos, ahí está su tesoro. Eso les encargamos mucho porque son los que vienen, los que siguen para hacer teatro.

Vives. Hora de hacer una confesión. Esta obra la terminé, la primera versión en el 2019, y me sirve a la hora de escribir ponerle la cara al personaje que estoy escribiendo, sea quien sea, Gary Oldman, Sean Pen, quien sea, me sirve para que el personaje que estoy escribiendo tenga rostro, y del rostro que tenía yo en mente en la primera escritura, la primera sin siquiera saber bien de qué se trataba, era este hombre a mi derecha y este hombre a mi izquierda, lo cual me parece fundamental: ¿de quién voy a echar mano, rostro si no es de mis contemporáneos?
Es otra vez como la vida ¿qué hacemos tacos, pizzas o hamburguesas? porque yo creo que pizzas, y él piensa que hamburguesas, lo menos que puedo hacer es escucharlo.
Que aburrida sería está puesta en escena que pretendemos llevar a buen término dentro de un año, silencio, silencio, ¡Pizza! y se chingan, sería no solo aburrido, si no tomo en cuenta la enorme riqueza de su propuesta, y ahorita estoy hablando de pizzas, tacos y hamburguesas, pero su propuesta tiene que aportar.

Entonces ¿por qué no hacerlo?, estoy en la misma porque forma parte de nuestra naturaleza, ni siquiera hay discusión, me encantará oírte porque para ti el gran descubrimiento, para nosotros es una manera de aproximarnos. ¿Quién tiene la razón?, es pérdida de tiempo, porque además tenemos eso, tiempo. Por supuesto, hay una fecha límite y hay una responsabilidad, como Picasso, la fecha de entrega se llama el día del estreno, pero hay tiempo suficiente, hay oficio, hay manera de enfrentar las cosas, hay un momento donde hay este espacio de libertad, pero también se va ciñendo, se va ciñendo, se va ciñendo, hasta que llega un momento en dónde es lo que es, afiancémoslo, amalgamemos lo que sí, a lo que sí hemos llegado, a lo que hemos conseguido en este espacio de libertad, si va a haber un momento en donde el espacio de libertad es la punta del embudo, en función de, por supuesto, un resultado óptimo, y estará abierto siempre. Siempre es importante, un director que te dice ¡te callas! porque yo soy el director. Váyase a su casa a seguir haciendo berrinches, no a dirigir teatro.
Enrique: Hay que dialogar inteligentemente. Hay un trabajo de análisis y de actuación y todo esto son como varias capas, en nuestro caso, como nosotros lo aprendimos, ya que tienes asimilada cierta información, establecidos ciertos parámetros, empiezas a soltar el texto, y empieza la memoria a tener una fluidez mas plena, clara, y empiezas a buscar estrategias muy contundentes en el interior y entonces empiezas a tener esos reforzamientos que te da la memoria como segunda naturaleza, y entonces ya no nada más va solita, va buscando las estrategias para poder lograr, porque definitivamente entra con un objetivo y quiere lograrlo eso lo va olvidando uno, como si no fuera importante, pero no, se va sofisticando a tal grado, que vas encontrando cada vez más, cómo me lo dijo para poder responder.
Esta cata es imperdible, y esperemos que vuelva, una vez concluidos los festejos y vacaciones decembrinas, y, por supuesto, esperaremos con ansias la obra de teatro de la cual se desprende esta valiosa actividad escénica.

El teatro es de todos. ¡Asista!

Absolutamente recomendable.
La cata, de Juan Carlos Vives.
Dirección: Juan Carlos Vives.
Actuación: Enrique Arreola, Rodrigo Vázquez y Juan Carlos Vives.
Producción: Búho Grande Teatro.
Género: Teatro de Prueba / Error
Lunes y martes, 20:00 horas, 2 de diciembre de 2025.
Foro El Milagrito del Teatro El Milagro. Milán 24 Entre Lucerna, Calle Gral. Prim y, Juárez, Cuauhtémoc, 06600 Ciudad de México, CDMX.
Entrada general $300. Descuentos a maestros, y vecinos de la alcaldía Cuauhtémoc, $150. Estudiantes en general e INAPAM, $100. De venta en taquilla y boletópolis




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