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Monstruos de la vida cotidiana. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.



Logramos hablar con quien ha hecho hablar a los habladores. El infalible David Olguín toma la palabra, bla, bla, bla, y nos explica sus motivaciones para crear Los habladores.

Al estar encerrado en este periodo de confinamiento, y como tenía la intención de recuperar una vena narrativa. Estos habladores nacieron como proyecto y como forma de escritura, muy atrás, por allá de los 90’s. Que Laura me pidió que le escribiera unos textos, unos monólogos para unos alumnos suyos y ahí entre 1998 – 2006, llegué a armar una colección de 20 textos de esa naturaleza, que se publicaron en el 2006 en Ficticia. Yo los llamaba textos baciyelmos por aquel término del Quijote, baciyelmo, que dice que era como una bacia de barbero y a la vez el yelmo del caballero andante.

Yo ponía ahí en juego, una advertencia, que siendo tan escaso el arraigo que tiene la letra impresa en nuestro pueblo, estos textos eran para hacer dichos y leídos, hablados y leídos. Ahí nació esa serie, 20 textos, que corrieron con fortuna a lo largo de todos estos años, se montan mucho para audiciones, en las escuelas, en fin.

Y yo traía ya desde hacía varios años la idea de volver a repetir la prueba, el trabajo de los habladores, y la pandemia me dio la ocasión ideal para volver a retomar ese viejo proyecto.

En la medida en la que uno no sale del asombro de lo que nos está ocurriendo, de los puntos de vista de los mexicanos contemporáneos, del cambio tan radical que está teniendo nuestra sociedad, y me parecía muy importante también encontrar maneras, mecanismos de reconfigurarnos en El Milagro, frente a las nuevas reglas de la distancia, de la dificultad que tenemos para congregarnos a hacer un trabajo presencial. Y también de hablar del presente, que me parece muy importante reflexionarlo, cuestionarlo.


El muy sentimental, corazón de malvavisco Sergio Zurita, pese a que su vida es como un libro abierto, tiene El secreto más importante de su lacrimógena vida, dispuesto a hacer partícipe a los oyentes de él.



Yo tenía muy pocos textos ya escritos y fue en el confinamiento, en las encerronas obligadas, que empezaron a surgir estos personajes, yo les llamó que son como monstruos de la vida cotidiana, monstruos de la vida diaria. Tienen de alguna manera esa idea. La idea de un mural de distintos sectores sociales, de muy diversas perspectivas y que conformaran en su conjunto una pluralidad de tonos, una pluralidad de miradas, y las hablas, las hablas espesas, lo espeso es para mí como un laboratorio del idioma, del habla, y esta idea de hacer contrapuntos todo el tiempo en las naturalezas humanas que busco retratar, siempre acompañados de un pequeño balazo, como si fuera una acotación pero que da un esbozo de quién es esa persona que va a hablar. Creo, a veces, que son como un poquito los lemas que usa Goya en sus grabados, cuando hace los retratos sociales y es un juicio moral, o simplemente una descripción, una entrada del personaje que el plasma en el grabado, en este caso digamos que yo busco plasmar con las palabras.

Así fue cómo nacieron.

La maltrecha y fifi jefa de enfermeras de un hospital del IMSS, en un zafarrancho en el nosocomio en el cual labora, resulta agredida por una turba implacable de chairos, que tiene la certeza de que ella, (la siempre excelente Laura Almela), está inyectando covid fifi, a los derechohabientes, chairos, todo ello frente a los ojos incrédulos de Los galenos fifis.

El proyecto ya para el montaje, de hecho, teníamos el plan de hacer una obra de cámara, que era lo me tocaba trabajar, había ese presupuesto y platicando con Gabriel Pascal le dije: Oye es que ahorita me parece absurdo que nos propongamos gastar en vestuario, en escenografías y demás, cuando la gente de teatro está pasando lo que está pasando. Dije, más bien hay que apostarle a los actores, a recuperar el arte del actor frente al zoom, el riesgo de estar en vivo, sosteniendo un material textual y repartamos lo que haya con los actores, que esa sea la política del Milagro. Una política más de resistencia nos propusimos. Rápido nos abocamos a ver como organizábamos todo esto, y sí, fue en el confinamiento que lo empezamos a cocinar.


El resultado es magistral, Olguín logra retratar de una manera tan fiel, no solo los rostros, sino la fonética de cada uno de sus habladores. Cómo olvidar al mulato que lleva a su negrito al desfile.

Viene de una experiencia que yo tuve, con un amigo que fuimos a Oaxaca, hace ya muchos años, 20, 25 años, nos fuimos en unas vacaciones en un auto medio destartalado, que se nos descompuso en la carretera justo frente a un pueblito en la Costa Chica que se llama Santo Domingo, es un pueblo de negros. Siempre me asombró mucho, porque para mí fue descubrir un México del que yo no tenía la más remota idea. Eran talleres mecánicos muy precarios y el coche por fortuna se nos destartalo ahí, además había fiesta popular. Esa noche pernoctamos ahí, nos hicieron un campito en el taller mecánico y nos fuimos a dar la vuelta a Santo Domingo. Fue el gran descubrimiento, que es toda esa zona de Oaxaca – Guerrero, de los pueblos de eso que llaman nuestra tercera raíz y que andando al tiempo pues empezaría ya más de manera literaria, a ver dónde estaban esos giros tan particulares que tienen estas poblaciones. Hay un libro no me acuerdo el nombre, es Melgoza el autor, que hace una revisión literaria de todo ese territorio de la Costa Chica.

Está también mucha influencia de la literatura latinoamericana y lo que hice ahora para refrescar todo el asunto era meterme a ver los vídeos, oírlos hablar, pescarles la dicción, las maneras y demás y conté ahí con la fortuna de trabajar con este muchacho Esteban Caicedo, qué le apasionó por su raíz que también tiene una raíz negra, le apasionó la historia y bueno, se fue hasta la cocina él también, hizo un viaje a la Costa Chica.


Siempre solidario con la banda y pese a no creer en la eficacia del cubrebocas ante la amenaza del virus coronado, el super banda Raúl Villegas asiste a la farmacia para comprar uno de buena marca, local al que llega en flamante BMW #LordTapabocas.




Creo que cada uno de estos textos tiene su historia detrás, yo lo que he batallado mucho es por pescarle la naturaleza de la persona, por serle, a veces, más fiel al punto de vista qué tiene el personaje, más que a mi punto de vista y en medio de todo pues hacer una disección personal / social.

El agrupamiento de los habladores logra un equilibrio entre lo que se escucha y lo que se ve, con muy pocos recursos, porque Olguín apuesta al histrionismo.

Una de las premisas era juntar generaciones, apostar a actores con muchísima solidez y buscar nuevos cuadros, nueva generación, en ese sentido apelamos mucho a la generosidad de los mayores porque también establecimos una diferencia de los honorarios con la intención de apoyar a los jóvenes que están insertándose en la realidad laboral y en condiciones creo que, sí de por sí siempre la tienen difícil, ahora la tienen negra, sumamente difícil lo que está ocurriendo para nuestro gremio.

En ese sentido, estos actores de esa talla, de ese renombre entendieron y aceptaron, se solidarizaron con esa idea y con el proyecto, era esa mezcla.

Por otra parte algunos que han tenido la fortuna del renombre, del estrellato, por así decirlo, pero también es gente que de alguna manera ha estado cercana al Milagro, Joaquín Cossio es alguien con quien he hecho muchas obras y que era también decirle: Oye echarnos una mano, que tu fama, más allá de tu talento, apuntale el proyecto, apuntale también a la tarea que hace El Milagro y apuntale a los jóvenes. Yo creo que es un tipo de trabajo que le apuesta a la resistencia.


Con Zest, vuelve a la vida… nos recuerda, a los que ya acumulamos décadas de memoria y de edad una actriz, desempleada (que poco original estado laboral). Blanca ella, Bertha Vega asiste a un Casting café con una “muy amiga suya”, que la manda, literalmente, a chingar a su madre, aunque ella, no va.



Otra premisa que nos importaba sostener, era la idea de que lo principal era dar la batalla, abrir la brecha por lo presencial, y una manera también de convencer tanto al actor como al espectador del cuidado, de la seguridad al máximo que estamos tratando de tener unos con otros, era esta idea de los monólogos, de que pudieran ver a una enorme cantidad de actores, la más posible, con textos sólidos, que cuidáramos mucho la producción, en medio de esa sencillez de la que tú hablas, y que el espectador, a fin de cuentas, se diera cuenta que lo fundamental en el teatro son los actores, que ahí está la maravilla de la escena en el encuentro actor - público. En el intercambio de miradas y el intercambio de energías.

De temáticas variopintas, el único tema tratado en varios monólogos lo es … El covid. ¿Cómo agrupo los textos, por el tema, por quienes los interpretarían?

Si había esa intención, que luego se mezcló un poco. Pervive un poco la idea de una determinada progresión que se ve más marcada en el último programa. Si, si buscaba hacer contrapuntos de todo, que no se me carga algunas partes del programa hacia lo solemne, que creo que en el segundo programa se carga un poquito más para allá, pero bueno, ahí si ya fue inevitable por las agendas, que tenía que entrar en esa negociación.



También importaba que muy rápido se notará la idea del contrapunto social y del contrapunto de temas, que por una parte van temas íntimos, familiares, vamos a pensar inclusive de cómo puede estar un hombre en el mundo, una mujer en el mundo, y de pronto hacer textos que revelaran estructuras sociales, prejuicios sociales, atavismos temas políticos que hicieran radiografía del presente, que estuviera presente él coronavirus, ahorita, en este momento, la pandemia. También los nuevos climas políticos, con la 4T, es decir si dialogar con la actualidad y con el presente, eso me parecía importante y en ese sentido fue que pensé tanto los tema que abordan los programas y como agruparlos.

¡Bájate joto!, es la orden que recibe el desconcertado Diego Jáuregui de su tía que porta el nombre de la virgen morena del Tepeyac. Ningún interés guarda el Siempre solícito y solidario sobrino por recibir La herencia de la incomoda familiar, se trata de cumplir la promesa hecha a su moribunda madre de no desamparar a su hermana menor, la Lupita con todo y canción a go go, a ritmo de 45 revoluciones por minuto.

Y esta historia… continuará, la próxima semana, con:

Mariana Villegas en Susana Distancia; Enrique Arreola participa en Oh my God; en El queridato participa Valeria Navarro y en El Dios Salvaje, José Carriedo. Sofía Gabriel Luna en título fellinesco Y la vida, como la nave, va y el maravilloso Diego Jáuregui regresa con el Epílogo: El habla del silencio

Y por supuesto que seguiremos hablando con el creador de los habladores, el cada vez más solido David Olguín.

El teatro es de todos. ¡Asista!

Absolutamente recomendable. Imprescindible.

Los habladores 2020.

Textos y dirección: David Olguín

Escenografía e iluminación: Gabriel Pascal*

Vestuario: Laura Martínez Rosas

Actuación: Laura Almela, Enrique Arreola, Esteban Caicedo, José Carriedo, Joaquín Cosío, Manuel Domínguez, Sofía Gabriel Luna , Alejandrina Hergon, David Hevia, Diego Jáuregui, Daphne Keller, Valeria Navarro, Silverio Palacios, Mauricio Pimentel, Natalia Solián, Georgina Tábora, Bertha Vega, Mariana Villegas, Raúl Villegas, Rosario Zúñiga, Sergio Zurita.

Del 1 al 25 de octubre jueves y viernes 20:30 h Sábado 19 h Domingo 18 h

Cada semana un programa distinto, con funciones presenciales y vía streaming.

Entrada general $250/ maestros, estudiantes , inapam, tarjetahabientes BBVA $150/ vecinos de la Alcaldía Cuauhtémoc $100/ estudiantes de teatro, colaboradores BBVA $80.

#JuevesDelEspectador $100. Boletopolis.com Compra tu Abono Los Habladores para ver los 4 programas por $ 750 (funciones presenciales).

El teatro es de todos. ¡Asista!

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