top of page
Buscar
  • eseperches

Fuera del estereotipo social. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.




En Una familia de tantas, (1949) de Alejandro Galindo, el orden y la tranquilidad de la familia Cataño es quebrantado el día en que toca a la puerta un vendedor de aspiradoras, empeñado en vender uno de sus modernos productos. A partir de ese momento, la adolescente Maru soñará con romper las cadenas que la atan a su conservadora familia.

El Alemanismo fue uno de los grandes momentos de transición en la vida pública de México. Como nunca, fueron inauguradas obras de servicio y bienestar social: avenidas, hospitales, o viviendas. El cine, durante ese mandato, gozó de una etapa fecunda. Durante ese periodo político se dio apertura a una vida nocturna con todas las ventajas y riesgos que ella implica.

Una familia de tantas refleja la culminación de una época, la “porfirista”, y la apertura a una nueva visión de mundo, diferente y precursora de una serie de cambios que se verán claramente reflejados en los habitantes de este “nuevo México”, nos mudamos del rancho grande a la capital. En aquella época, como lo muestra la película la mujer no gozaba de libertad de expresión, ni de ninguna otra, dependía totalmente de una autoridad “superior” masculina: padre, esposo y hasta hermano, para tomar decisiones.

¿Qué tanto ha cambiado el comportamiento de la célula básica de la sociedad denominada Familia, de aquel ingreso a la “modernidad”, hasta la fecha?

El paradigma familiar es fragmentado y reconstruido en Soluciones permanentes para problemas comunes, escrita y dirigida por Francisco Ibarra, creador escénico nacido en Ciudad Juárez, Chihuahua. En 2016 egresa de la Escuela Nacional de Arte Teatral, y desde entonces perfila su trabajo como actor, director y dramaturgo en el contexto de la creación artística con una fuerte actividad en el trabajo cultural comunitario. Es director artístico de Tramoya 71, colectiva entre hombres GBT+ y AldeaTeatro, plataforma para la creación escénica, coproductores con el INBAL de Soluciones permanentes para problemas comunes.

Ibarra sitúa al espectador dentro del entorno de los derechos humanos como herramienta de cambio para un presente libre de prejuicios, introduciendo la perspectiva de género para repensar a la familia en el contexto de la cultura patriarcal.

Siendo la institución más antigua de la sociedad, la familia ha experimentado estilos de vida que se van adaptando a través del tiempo, según los desafíos a los que le toca enfrentarse.

Dos interrogantes son de sumo interés para abordar esta puesta en escena: ¿A qué retos se enfrentan las familias del presente? y ¿Cuál es la lucha de cada miembro de ella para emerger y reconocer su autonomía?

Beneficiario del programa Dirección Joven de la Coordinación Nacional de Teatro, Francisco Ibarra, comenta: “en México, un país con altos índices de desigualdad, se fundan familias de muchas formas y en circunstancias muy diversas. Sin embargo, todas están atravesadas por la cultura patriarcal; este sistema perpetúa la subordinación e invisibilización de las mujeres y todo aquello considerado “femenino”, que ha construido parámetros para las masculinidades que coartan el desarrollo integral de la sociedad mexicana”.

“A través del programa Dirección Joven he tenido la oportunidad de escribir y contar esta historia de la mano de un elenco intergeneracional armado de mujeres y hombres LGBT+ que, mediante la reflexión de su historia personal, han dado a luz a una familia ficticia para mostrar que el orden impuesto por el patriarcado es un producto social transformable y que es posible abrir grietas a estos problemas comunes para lograr un entorno cada vez más amable para todas y todos”, refiere Ibarra.

Esta familia, de tantas, está integrada por una madre soltera, su padre; un hombre de la tercera edad que paulatinamente pierde la memoria y se recupera del alcoholismo, una hija que cuestiona el lugar que se les asigna a las mujeres en su entorno y un hijo homosexual en busca de su independencia y de otras maneras de construirse hombre.

Soluciones permanentes para problemas comunes muestra a un linaje fuera del estereotipo social como un conjunto de universos argumentales cruzados por el género, tiempo y deseo de la realización personal.

Ibarra lleva a cabo un montaje dentro de la teatralidad contemporánea, con una esencia muy lúdica para narrar una historia entrañable, visualmente muy atractiva “jugando” básicamente con tres mesas que se transforman en múltiples cosas, logrando poner distancia a ideas y significados de naturaleza patriarcal.

En su obra encuentran salida reflexiones en torno a la diversidad sexogenérica y la incidencia de esta en el entorno social. Su interés radica en generar una propuesta ingeniosa que mueva significados y posturas en el orden social, trayendo la perspectiva de género como un eje fundamental para pensarnos desde lo personal hasta lo social. Su trabajo ha sido expuesto en diferentes plataformas institucionales e independientes dentro y fuera del territorio nacional.

Sin ser una obra didáctica, invita al espectador a reflexionar y tomar conciencia sobre los cambios que han generado movimientos sociales en los temas anteriormente mencionados; también a celebrar las batallas ganadas en la búsqueda del reconocimiento de los derechos femeninos y personas LGBT+,

El diseño escenofónico ha curado estímulos sonoros utilizando el ASMR (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma) para involucrar la sensibilidad del espectador y acceder a otros modos de escucharnos, tocarnos, percibirnos, etc. Los movimientos coreográficos y escénicos aluden al ingenio humano; capaz de resignificarlo todo y proponer otros órdenes para liberar la expresión.

Soluciones permanentes para problemas comunes es una puesta en escena que se cuenta a partir de saltos desordenados en la historia de una familia para mostrar su origen, hábitos y prácticas cotidianas, y una serie de juegos del papel que, de manera desorganizada, le han dado forma a lo largo del tiempo.

“En la escena jugamos con el tono melodramático característico de nuestra cultura mexicana para sacar de contexto algunas ideas de naturaleza patriarcal y mostrar así a la familia fuera del estereotipo de los envases de leche y en su complejidad, por medio de un dispositivo de universos argumentales atravesados por el tiempo, los afectos, la norma tradicional del género, los medios de producción y las narrativas institucionales”, finaliza el autor y director.

Ah, y como en Una familia de tantas, una llamada a la puerta, de un joven que no vende electrodomésticos, pero si viene a alterar el curso de los integrantes de esta familia de tantas, queman sus naves, y se van.



El teatro es de todos. ¡Asista!


Absolutamente recomendable.



Soluciones permanentes para problemas comunes.

Dramaturgia y dirección: Francisco Ibarra.

Actuación: Humberto Yáñez, Tanía Gonzales Jordán, Alberto Cerz y Daniela Bustamante.

Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque (Paseo de la Reforma Y Campo Marte, s/n, a espaldas del Auditorio Nacional. Metro y metrobus Auditorio)

Miércoles a viernes 20 horas, sábado 19 horas y domingo 18 horas. Hasta el 29 de mayo.

Entrada general $ 150.00, con descuentos para maestros, estudiantes e INAPAM y se pueden adquirir en las taquillas del recinto o a través del sistema Ticketmaster. Jueves $ 30.


33 visualizaciones0 comentarios
bottom of page