Esto fue en el 722. ¡No: en 2022! Texto y fotos: Salvador Perches Galván.
- eseperches
- 30 mar 2022
- 4 Min. de lectura

La Ilíada es un poema épico que trata sobre el asedio de la ciudad de Troya por los aqueos, para rescatar a Helena, esposa del rey Menelao, raptada por Paris, príncipe troyano, lo que origina una guerra entre aqueos y troyanos. Está compuesto por un total de 24 cantos en los que se narran diferentes sucesos ocurridos en el último año de la guerra de Troya, la cual se prolongó 10 años.
La Ilíada, junto a La Odisea, son atribuidas a Homero. Los dos poemas conforman un compendio de textos tradicionales que habían sido transmitidos verbalmente por los rapsodas durante siglos.
La Ilíada, representa un texto fundacional de la cultura y la literatura clásica occidental, pero también vincula y fomenta una visión radicalmente masculina del mundo. Sus enseñanzas morales (Ethos) como el honor, la valentía y todo aquello que hace mejor al ser humano, son exclusivamente masculinas.

Contra Ilíada es una obra de mujeres, no solo para mujeres. Una pieza que revisa el discurso patriarcal de la cultura hegemónica, tomando como punto de partida la antigua Grecia, trasladándolo al presente mexicano, uno de los países con mayor cantidad de feminicidios en el mundo. Fue concebida y creada por mujeres de TeatroSinParedes, colectivo encabezado por David Psalmon, quien, evidentemente, no participa en este relevante ejercicio de creatividad y feminismo, realizado por mujeres.
Contra Ilíada: Cantos apócrifos, es un contrarrelato a la visión patriarcal del poema griego, en ella, son las mujeres quienes cuentan la historia, con el apoyo de herramientas multimedia y atmósferas sonoras que se activan con acciones performativas. El propósito: traer las voces de mujeres que históricamente han sido silenciadas.

Contra Iliada: surge de un laboratorio creativo a distancia convocado por TeatroSinParedes a principios del 2021, conformado por Beatriz Luna, Iazua Larios, María Luna, Patricia Loranca y la dirección de Violeta Luna.
Con idea original de Beatriz Luna, la dramaturgia de Sara Pinedo se despliega en 10 cantos, cinco abordan el relato de igual número de personajes que llevan nombres de mujeres del poema homérico. Los textos buscan dar voz a las mujeres, desde la voz femenina. Parte de la herida, de la vergüenza, de la negación, de la violencia femenina, se cultiva desde la infancia mediante prácticas anacrónicas como que las niñas vistan de rosa, y jueguen a las muñecas y a la comidita para preparar su futuro.

En Contra Ilíada, en lugar del relato tradicional enfocado en los hombres, son las mujeres quienes cuentan la historia. Un grupo de mujeres artistas de diferentes ámbitos escénicos se reúnen para crear una pieza transdisciplinar colectiva, generando una narrativa que da espacio a voces de las mujeres que históricamente han sido silenciadas.
Este contrarrelato esta significativamente atravesado con las historias personales de las ejecutantes y con las historias de mujeres que han sido precarizadas e invisibilizadas en nuestro país y que se han convertido en heroínas contemporáneas. Se trata de un cuestionamiento a la visión patriarcal en los textos clásicos griegos, desde una perspectiva feminista vinculada al presente mexicano.

La Ilíada es contra narrada como una postura artística y política, como una exigencia del presente, saturado de héroes violadores y cuerpos femeninos tomados por una guerra ajena. Los cantos apócrifos siempre han estado ahí, ocultos entre los pliegues de la palabra masculina. Se requería leer lo que se omite, seguir el silencio hasta la habitación de las esclavas sin nombre, o de las mujeres mal nombradas libres. Afirman las féminas de la compañía.
Sara Pinedo realiza la dramaturgia siguiendo la estructura original dividida en cantos, los cuales son presentados con los nombres de mujeres icónicas de La Ilíada: Casandra, Hécuba, Andrómaca, Briseida y Pentesilea. La puesta en escena cuestiona todo aquello que simbolizan, proponiendo una contranarrativa a la representación estereotipada de las mujeres en la antigüedad, la cual sigue perpetuándose, como melodrama de la época de oro del cine mexicano, las telenovelas, o los unitarios de las televisoras, hasta nuestros días: la madre abnegada, la mujer cuya palabra es desacreditada, la mujer casta y fiel, la mujer-objeto, la mujer esclava, la mujer como objeto de placer, la fábrica de descendencia, etc.

En la pieza sus creadoras comparten quehaceres y saberes de manera horizontal, donde las disciplinas son “contaminadas” para tejer una propuesta a manera de instalación escénica, el video y la música son concebidas como identidades que interactúan en vivo con las acciones de las performers quienes, a su vez, propician la participación del público, para tender puentes entre la historia ancestral y la historia que se construye en el México contemporáneo, donde 11 mujeres son asesinadas diariamente.
La responsable de la puesta en escena, Violeta Luna, investiga la relación entre el teatro, el arte acción (performance art) y el compromiso social. Su trabajo busca el cruce de fronteras estéticas y conceptuales, utilizando el cuerpo como territorio de problematización, cuestionamiento y comentario, relacionado con acontecimientos sociales y políticos.

Contra Ilíada está constituida por una serie de acciones performativas creadas por un grupo de mujeres pertenecientes a diferentes prácticas escénicas que se reúnen para crear un contrarrelato del poema homérico; se trata de un cuestionando a la visión patriarcal en los textos clásicos griegos, desde una perspectiva feminista vinculada al presente mexicano.
“¿Cuál sería tu nombre si llevaras los apellidos maternos de tus abuelas maternas? ¿Alguien sabe?”, preguntan las actrices al público. No hay respuesta, nadie sabe los apellidos maternos de sus abuelas. Su ascendencia femenina se perdió, junto con el apellido materno que va desapareciendo en las líneas familiares. La historia, como los mitos se escribe con patronímicos.
El 722 a.C. está más cerca de lo que pensamos. ¿Cuántas mujeres viajaron con Agamenón que no fueran raptadas, que no fueran esclavas?, preguntan las mujeres de Contra Ilíada. Cantos apócrifos, propuesta escénica se lleva a cabo a través de un recorrido por diversos espacios del Museo Universitario del Chopo. “Esto fue en el 722. ¡No: en 2022!”.

El teatro es de todos. ¡Asista!
Absolutamente recomendable. Necesaria

Contra Ilíada: Cantos apócrifos. Dramaturgia: Sara Pinedo
Dirección: Violeta Luna.
Actuación: Beatriz Luna, María Luna, Iazúa Larios, Patricia Loranca, Sarmen Almond y Miriam Romero.
Música original y entrenamiento vocal: Sarmen Almond
Iluminación: Sandra Hernández
Multimedia: Miriam Romero
Asesoría en movimiento: María Luna
Foro del Dinosaurio del Museo Universitario del Chopo.
Metro Revolución y metrobus Reforma y El chopo.
Jueves y viernes, 20 horas, sábados, 19 horas, domingos, 18 horas. Hasta el domingo 3 de abril de 2022.
General: $150; estudiantes, maestros, UNAM e INAPAM: $75
Boletos disponibles en: www.chopo.unam.mx
Las personas que adquirieron boletos con descuento deben presentar su credencial vigente en la entrada del museo para ingresar a la función.
La taquilla del museo esta abierta de jueves a domingo de 11:30 a 18:00 h.




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