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Es el personaje shakespereano menos visto. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.


El Mercader de Venecia, una de las obras ejemplares de Shakespeare, en la que resuenan ecos de la comedia latina, problemas de justicia, el debate entre el bien y el mal y el castigo a la crueldad vuelve a escenarios locales, Shylock retorna con celular y ropa actual, gracias a la traducción, adaptación y dirección de David Olguín, en la brillante versión que concluye su enésima temporada en el Teatro El Milagro.

Son tres las líneas que motivan esta adaptación, afirma su autor y director David Olguín, y que también motivan esta exploración de porqué El mercader, hoy, en México, siglo XXI. El primer tema es el punto de vista, que está ahí, presente en la obra: el tema de la tolerancia, que es un tema inmediato, actual, que a todos nos toca y qué tiene que ver con esta pugna ancestral de cristianos y judíos, pero que en realidad está disfrazando. La intolerancia, el terror al otro, el odio al otro, por su religión, por sus costumbres, por su pigmentación, por cómo es, por cómo habla, y de eso trata la obra en términos esenciales y profundos, y creo que es un tema que a nuestro país, en las circunstancias históricas de nuestra vecindad con Estados Unidos, nos toca de manera muy particular, nos toca también de manera muy particular en nuestros soterrados racismos, en nuestra sociedad tan estamentada, tan llena de reyes y príncipes, y que de pronto miran hacia abajo, al diferente a ellos, y, además, con una prepotencia y una violencia inusitadas.

Esta es una obra donde también establezco esa pugna que tiene que ver un tanto, con la coloratura de la piel a la par de la religión, es decir, es una obra arriesgada, también, en términos de los actores elegidos para estar en escena, que, creo que le da o toca parte de la modernidad que tiene este texto.

Por otro lado, el tema económico, que es el gran tema de nuestros días, el tema de la contemporaneidad mexicana, el tema de la desigualdad mundial, el tema de la acumulación, el tema de ¿cómo es posible que un 10% de la población mundial tenga más riqueza que el otro 90%?, los orígenes de la modernidad económica de los bancos y de la gran crisis en ese sentido de la acumulación. Prácticamente es el tema que liga el problema de ¿cómo poder ser justo con tremendas desigualdades económicas?. Está de por medio el famosísimo juicio que se le hace a Shylock, donde está pidiendo su libra de carne y nos habla de la injusticia profunda de nuestro país, del contraste entre la ley tomada al pie de la letra y el problema jurídico de la misericordia, el problema de la violencia, el problema de la flexibilidad frente a las fallas humanas. Y, por último, algo que atañe a la materia pasional que toca la obra, que toca temas como la ambigüedad, o la metamorfosis de los sexos, el antagonista de Shylock, Antonio, que tiene tremendas pulsiones homosexuales, es el dedo flamígero de esta historia, es el valor moral quien señala y que es una columna de la sociedad veneciana, y finalmente como se opone esa pasión terrible que le desata un joven.

Y por otro lado la pasión feroz de Shylock perdiendo a su hija “raptada” por los cristianos enfrentados en un juicio a muerte, entonces esas son el caldo de cultivo de este mercader y creo que en ese sentido toca temas que son muy modernos para nuestro país muy actuales.

Basanio, noble veneciano que ha malgastado su caudal, pide al rico mercader Antonio, amigo suyo, tres mil ducados para poder cortejar a la rica heredera Porcia, que vive en Belmonte. Antonio, que ha empleado todo su dinero en especulaciones de ultramar, decide pedirle prestada la suma a Shylock, un usurero judío a quien antes había insultado por la usura que ejercía. Shylock presta el dinero con una condición: si la cantidad no es pagada la fecha fijada, Shylock tendrá derecho a tomarse una libra de carne de la parte del cuerpo de Antonio que Shylock disponga.

Porcia, por disposición testamentaria de su padre, se casará con el pretendiente que escoja entre tres cofrecillos (uno de oro, uno de plata, otro de plomo), el que contenga el retrato de ella. De todas partes llegan aspirantes solo para fracasar, abriendo los cofres de oro y el de plata; Basanio, con sensata reflexión (y ayuda de Nerisa, la doncella de Porcia), escoge el cofrecillo adecuado, y se casa con Porcia, que lo ama. Ella le da un anillo como muestra de amor, y le hace prometer a Basanio que no se lo quitará nunca.

Llega la noticia de que los navíos de Antonio han naufragado, que su deuda no ha sido pagada dentro del plazo convenido, y que Shylock reclama su libra de carne, exigiendo que sea de la parte más próxima al corazón. El asunto es llevado ante el Dux. Porcia se disfraza de abogado y Nerisa de escribano y, sin saberlo su marido, se presentan ante el tribunal para defender a Antonio, y ¿qué resolución se da en ese sui generis juicio?

El drama figura entre los más famosos y afortunados de Shakespeare, sobre todo por el personaje de Shylock, trazado con robustez y veracidad y que ha movido siempre a los grandes actores a representarlo. El judío rondó por la cabeza del experimentado Mauricio Davison desde hace décadas, y ahora le llegó su turno.

El elenco de esta dinámica y muy actual versión de El mercader de Venecia está encabezado por Mauricio Davison como Shylock, quien afirma: Estoy muy agradecido al maestro Olguín, al Teatro El Milagro, por esta magnífica oportunidad de poder representar a Shylock. Es un sueño que siempre tuve y se logró realizar ahora, lo vi en 1970 con Laurence Olivier en Londres y dije: algún día algún día me gustaría representar este papel.

Tiene escenas que figuran entre las más dramáticas y brillantes que Shakespeare escribió. La habilidad con que combina motivos diversos y pintorescos y la conclusión del drama, que celebra la victoria de la caridad sobre la rígida justicia han ejercido su hechizo en el público teatral de todas las épocas.

Me llama mucho la atención, afirma el sensible director-adaptador, que está el personaje femenino más apasionante de toda la obra de Shakespeare, la más inteligente de todas ellas, la más libre, la, diría yo, con mayor ambición de rebeldía para romper un orden patriarcal. Para mí, Porcia es la lectura de un Hamlet moderno, de un personaje femenino que rompe ataduras, que es una mujer moderna, es una mujer de hoy, y me sorprende muchísimo.


Los dos aspectos del Renacimiento, el mundo de los ricos mercaderes y el refinamiento artístico de las costumbres, simbolizado por Venecia y Belmonte; ofrecen una atmósfera italiana que no tienen la calidad siniestra de los dramas isabelinos.

Dramas representados durante siglos con terciopelos y plomos para tensar estos largos vestidos, ausentes en esta puesta en escena, es un vestuario contemporáneo, usan celulares, en el ámbito de Venecia transcurre la obra en una bóveda de banco, como único objeto en el escenario, una caja fuerte. Por el contrario, Belmonte es un lugar más cercano a la naturaleza hay una playa, se abren las puertas de la bóveda y ahí atrás estará la Arcadia y paisajes acercándonos a la naturaleza, y es ese contrapunto: Belmonte como esas posibilidades que nuestra imaginación nos da frente a la cruda realidad de la economía.

En la parte creativa, eternamente Gabriel Pascal haciendo la escenografía y la iluminación, que es mi colega, mi amigo, mi hermano aquí en el milagro; Estela Fagoaga hace el vestuario y Raúl Zambrano la musicalización.

Es justo resaltar que el elenco original se modifico en un 50 %, se conservan, Mauricio Davison, Marisol Castillo, Simona Chirinos y Emmanuel Varela. Se incorporaron: Yenizel Crespo, Iván Zambrano Chacón, Elías Toscano, Romanni Villicaña y Ramiro Galeana Mellín, con igual desempeño histriónico gracias a la sabia dirección de Olguín.

El proceso de puesta en escena, afirma Olguín, fue muy intensivo, es gente muy comprometida la que tengo, son actores de sepa, de extracción universitaria, de extracción de bellas artes y conservan un espíritu de mística frente a esta producción de El Milagro, donde echamos la casa por la ventana, para nosotros producir una obra de ocho actores, cuando habitualmente trabajamos con dos o tres, implica un esfuerzo enorme, pero también es apostarle a un tipo de teatro, apostarle a la idea de que no por nuestra eterna precariedad económica en el teatro, no podamos llegar a un autor así, con una cantidad de personajes significativa, con una buena producción.

Aseveración confirmada por Davison: Ha sido un proceso larguísimo de 50 años de formación del papel, de creación del papel, hasta que llegó el momento en que me habló David Olguín y me dijo: quiero que representes a Shylock de El mercader, y yo dije: ha llegado el momento y hay que iniciar el proceso…. Y ha sido el personaje que más tiempo he tardado en preparar, porque los demás personajes llevan un proceso de tres meses, más o menos, y en este caso, inconscientemente ha sido un proceso de muchos años de preparación, y ante el riesgo de representar algo que vi representado en el escenario de manera tan magnífica por Laurence Olivier dije: yo voy a hacer mi Shylock a mi manera, a mi forma, pero siempre con la mira de tratar de igualar de alguna manera el trabajo de este gran señor.

Es uno de los casos extraños en la obra shakespereana, donde todo mundo puede decir quién es y a qué se dedica Shylock, pero es el personaje menos visto, de pronto lo comparas con Macbeth, con Hamlet y con tantos otros de la obra shakespereana, y es de los poco frecuentados. Es un gran reto, una obra apasionante, una obra que yo decidí por dos razones: movido por un lado frente al gran tema del dinero en nuestro país, en el presente mexicano, y no solo mexicano, creo que es el tema de la desigualdad mundial, el gran tema del desequilibrio general de la economía; por otro lado, también trabajar con Mauricio Davison, este actor dedicado a una línea, un gran personaje que le apasiona y que de pronto me dijo ¿por qué no hacemos el mercader un día? por ahí lo traje como cuatro años y finalmente lo presentamos en El Milagro.



El teatro es de todos. ¡Asista!


Absolutamente recomendable. Imprescindible.

El Mercader de Venecia, de William Shakespeare.

Traducción, adaptación y dirección: David Olguín.

Actuación: Mauricio Davison, Marisol Castillo, Simona Chirinos, Emmanuel Varela, Yenizel Crespo, Iván Zambrano Chacón, Elías Toscano, Romanni Villicaña y Ramiro Galeana Mellín.

Teatro el Milagro. Milán #18, Colonia Juárez. Metrobus Reforma

Sábado y domingo 19 y 21 horas. Hasta el 30 de mayo.

Funciones presenciales y vía streaming.

Entrada general $250/ maestros, estudiantes, inapam, tarjetahabientes BBVA $150/ vecinos de la Cuauhtémoc $100/ estudiantes de teatro, colaboradores BBVA

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