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El riesgo, la audacia, la apuesta por la diferencia. Por: Salvador Perches Galván.



Luego del espléndido banquete que constituyó el festival virtual de Teatro de Ciertos Habitantes, en donde se pudo disfrutar de la transmisión de seis espectáculos que hacen honor al dicho aquel de lo efímero del teatro, por lo menos, como tanto se discute, del teatro presencial, único e irrepetible. Pero, sin duda, hay que reconocer los privilegios de la tecnología, y muy precisamente, en ese terreno, el de la posibilidad de que obras que nunca se volverán a ver en escenarios, se puedan disfrutar mediante soportes audiovisuales y que constituyen, además de un testimonio de ese hecho escénico, la posibilidad de conocer o reencontrarse con aquellos actos memorables y que, paradójicamente, este rescate, se lo debemos a la pandemia, también, de la creación de una forma hibrida de presentar teatro grabado, ex profeso para ello y no solo como registros documentales.



Teatro de Ciertos Habitantes, tiene más de dos décadas de llevar arte escénico alrededor de los 5 continentes, a más de 200 localidades, muchas de ellas, donde nunca el teatro había llegado.


Todas sus obras han sido muy vistas en temporadas, y en vastas giras internacionales, muchas, comisiones internacionales, una manera de producir muy novedosa en su momento. Han producido con los festivales más importantes de Europa y de Estados Unidos, como el festival de Edimburgo, el Teatro Real de Madrid, el festival de Bruselas. Muchas comisiones internacionales, junto con instituciones mexicanas, que han participado abundante y constantemente con la compañía.



Desde su creación, Teatro de Ciertos Habitantes, se ha caracterizado por realizar pocas producciones, con largos procesos de creación. Tiene pocas obras, y miles de horas de laboratorio. Es una compañía de investigación que ha seguido siempre firme a ello, con distintos acercamientos, por ejemplo, el caso de la primera obra Beckett o el honor de dios, un texto escrito por Jean Anohuil, una gran tragedia. O experimentos como El gallo, al cual llegaron sin ningún ensayo, sin texto previo, eso era parte de aquella aventura. Cada proyecto ha buscado su propia génesis, su propio decir, cambios de contenido y forma.



En 2018, fue el vigésimo aniversario de la compañía, y hubo la posibilidad de ver reunida parte de su producción, gracias a que el Centro Nacional de las Artes recibió, en el marco de su ciclo Carrusel Teatral, a Teatro de Ciertos Habitantes, con el montaje de cinco obras de su repertorio: Nos soy un fracaso, El automóvil gris, Quijote, vencedor de si mismo; Todavía … siempre y El Gallo, 5 obras de cámara exquisitas y muy distintas una de otra, que se presentaron, en febrero del citado año, en el Foro de las Artes. Y ahora, como ya se ha mencionado, virtualmente se pudo volver a disfrutar parte del repertorio de esta relevante compañía.



A lo largo de estos 22 años, perviven: el artista multidisciplinario, es decir, el actor tiene que resolver todo; la música en escena; y conservar el mismo nivel de importancia de las distintas disciplinas, esas son las similitudes.


Lo que ha cambiado es la manera de abordar el texto. Y el espíritu de cambio que tiene la compañía en todo proyecto, eso hace que sea muy distinto en muchos aspectos.


En la dramaturgia que se ha abordado, transitan algunos autores extranjeros como Jean Anouilh, Calderón de la Barca, o la presencia de Paul Barker, compositor británico. Pero ha habido mucho empuje a la dramaturgia mexicana, varios autores han escrito específicamente para la compañía, es el caso de Jorge Kuri, Ximena Escalante, Conchi León, Mónica Hoth, o del propio Valdés Kuri como dramaturgo, quien ha tenido un notable crecimiento en ese terreno a través de Teatro de Ciertos Habitantes.



El promedio de producción es de una obra cada dos años, poco, lo que la compañía produce en cuanto a cantidad, pero mucho en cuanto a actividad, porque cada dos años una obra se presenta una temporada de 50 a 100 funciones en la ciudad de México y luego empiezan giras nacionales e internacionales. Aparte, hacen ciclos de conferencias, cursos, talleres, programas televisivos, radiofónicos, etcétera. Las actividades son muy integrales, no nada más es la obra de teatro, sino muchas cosas que genera a su alrededor.


En esta aventura, cada obra, cada proyecto ha buscado su propia Génesis, su propio decir, de contenido y de forma. Claudio Valdés Kuri, el cerebro detrás de la compañía, ha signado unas, 17 obras, número que se incrementó sustancialmente los últimos dos años, con respecto al ritmo de producción de la compañía, con los trabajos sinfónicos y las comisiones del Museo Tamayo (No Soy un Fracaso y Artaud en mil pedazos), aunado a las óperas no ha producido pero sí concebido (Montezuma, Insectos y Juana de Arco) Todo lo que ha hecho la compañía siempre tiene sus componentes interdisciplinarios y multidisciplinarios en los que el actor es, lo mismo cantante que bailarín, hasta el máximo de sus capacidades.



Para los elencos de todas, o cada una de, las puestas en escena, los retos son múltiples, es decir, algunos son músicos o más músicos y otros son más actores, los músicos tienen que actuar, los actores tienen que cantar y ambos tiene que desarrollar disciplinas físicas desconocidas para músicos o actores, como puede ser la lucha libre. Retos formales bastante complejos que integran el elemento de tener que entregar parte de su intimidad, mostrar mucho de ellos.


¿Cuál es el público de esta siempre sorprendente compañía?.

Cualquier público, ha afirmado el siempre indecible Valdés Kuri, cualquier habitante del planeta, de tal manera que las obras, todas las que han hecho, se han presentado con públicos muy cultos, en festivales de gran renombre, pero igual en pequeñísimos pueblos, casi caseríos. Sin importar las condiciones del recinto, puede ser un palenque de gallos o el Lincoln Center, pero es la misma obra y entienden a distintos niveles o distintas lecturas.

El público no es algo abstracto para ellos, pero no olvidan que le están hablando de algo, siempre es un acto de comunicación, de comunicación de un mensaje concreto. En Beckett había público que lo sacaron del teatro y lo llevaron a un lugar real, a las escaleras del Convento del Carmen, o las escaleras del mundo por donde presentaron la obra, un convento, un patio, etcétera, y era meterse un poco en la extra cotidianeidad con el público.


En … de Monstruos y prodigios hicieron juegos en los cuales el público entró en discusiones sin saber que estaba entrando en discusiones, en un pleito real entre ellos y entre los actores, también de alguna manera seducido o engañado. En ¿Dónde estaré esta noche? los actores salieron de entre el público y completaron el elenco con el público, porque no tenían suficiente elenco.


Existen subproductos de algunas obras, esto es producto de la vasta investigación que hacen para cada proyecto que se crea, mucho más de lo que se puede entregar en hora y media, De monstruos y prodigios tiene un libro bellísimo. Hubo conferencias, una serie radiofónica sobre monstruos y prodigios, etcétera. De ¿Dónde estaré esta noche?, hay un muy buen documental que realizó TVUNAM.


De El gallo salió un disco, y un documental sobre la puesta en escena. De El automóvil gris realizaron una película, claro, originalmente es una película, de ahí surgió un espectáculo escénico, con TVUNAM se produjo la película que recoge la experiencia de las actrices, es decir se puede ver El automóvil gris, la película muda, pero con las voces de la intervención, que son las de Irene Akiko, Fabrina Melón y el piano de Ernesto Gómez Santana.


Siempre hay subproductos, y después de más de 20 años de andar por el mundo, el objetivo actual es la transmisión del conocimiento, transmitir esto a otros grupos, a nuevas generaciones, a artistas que quieren aprender otras formas no sólo de crear, sino de producir, difundir y sostener una compañía.


Los habitantes que se incorporan a cada proyecto, es bien interesante, porque la compañía no hace audiciones, mucho ha sido intuición y encuentros en el camino, gente que ha decidido ser, por algún tiempo, habitante, que, por cierto tiempo, han decidido entregarse a un proyecto específico muy comprometido, porque en ocasiones han llegado a ensayar ¡hasta un año la misma obra!, todos los días y en esos periodos nadie es pagado, son periodos que la gente entrega su trabajo por muchas horas del día, porque no hay quien pueda pagar eso y finalmente, en temporadas y giras se empiezan a convertir en negros los números rojos.



Otra de las características de la compañía es que sus elencos han sido multinacionales, que también es curioso porque no ha sido buscado, sencillamente, se han encontrado en el camino, gente que aquí o allá, artistas o no artistas que han sentido la necesidad o la intuición de venir a México a trabajar a través del teatro.


El riesgo, la audacia, la apuesta por la diferencia y la búsqueda son constantes en la producción de Teatro de Ciertos Habitantes. Dentro de la filosofía del trabajo artístico de la compañía está el cambio como algo fundamental. El cambio como factor importantísimo para el artista occidental, no repetir temas, búsquedas, ni hallazgos, no repetir formulas, pero tampoco repetir los procesos. Los procesos son individualizados, cada obra requiere un proceso distinto, tiene sus componentes de largos periodos de gestación, hay una parte de trabajo físico que se trabaja muy seriamente, igual el trabajo vocal, pero el centro del proceso cambia, lo cual, es mucho más difícil porque hay que reinventar todo.


Curiosamente la compañía, en términos administrativos, terminó por conformarse, toda, de artistas, de intérpretes escénicos, es decir, todos los que trabajan en oficina son también intérpretes. Producción, administración, difusión, todos ellos son artistas que pasan por el escenario también.



En un país en el que impera el paternalismo, donde es recurrente solicitar apoyos gubernamentales. La compañía recurre a lo que más se estila ahora a nivel internacional: coproducciones, en las cuales distintos teatros, instituciones, festivales, juntan su presupuesto para hacer una sola producción y todos cumplen su misión de crear cultura. Aprovechando este modelo han hecho sus producciones. Eso tiene que ver, por supuesto, con un reconocimiento que otorgan las instancias productoras, si no sería imposible. Ese reconocimiento se ha logrado gracias a la calidad, no solo de contenidos y de formas, sino de calidad humana, la originalidad, y un arduo trabajo de promoción.


Teatro de Ciertos Habitantes tiene un gran prestigio internacional que ha sido, de alguna manera, planeado o deliberado. Hay obras que han mantenido más tiempo en repertorio porque sirven para abrir brecha. Aunque la compañía es de investigación, de búsqueda, es decir no se trata de una compañía de repertorio, pero hay obras que siguen abriendo brecha, porque son fáciles de viajar o porque son muy conocidas. Hay festivales que quieren novedades y hay festivales que quieren cosas muy probadas, y TCH tiene disponibles ambas cosas.


El teatro es de todos. ¡Asista!.



La totalidad de la producción de la compañía es:

Becket o el honor de Dios; De monstruos y prodigios. La historia de los castrati; ¿Dónde estaré esta noche?; La piel; Montezuma; La vida es sueño. Auto sacramental; El juego de los insectos; Baja la voz; El automóvil gris; El gallo; Todavía… Siempre; No soy un fracaso; Quijote, vencedor de si mismo; Artaud en mil pedazos; Juana de Arco en la hoguera; Triple concierto; Qiqi.


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