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El año que vivimos en peligro. Por: Salvador Perches Galván.



Diciembre 31, 2020.



Todo comenzó El año pasado en Marienbad (Francia, 1961. Alain Resnais), no, perdón, en Wuhan, China, en un mercado de pescados y mariscos, que cerró el 1 de enero de 2020. Esta situación fue notificada a la Oficina de la Organización Mundial de la Salud en China el 31 de diciembre de 2019. Autoridades locales encontraron un nuevo tipo de coronavirus, que fue aislado el 7 de enero de 2020.






Los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común, hasta enfermedades más graves. Un nuevo coronavirus es una nueva cepa que no se había encontrado antes en el ser humano. Esto tenía que darse, por supuesto, en un Año bisiesto (México, 2010, Michael Rowe), que apareciera como por arte de magia ¿o de brujería?, una nueva cepa de este virus, con muy altos índices de contagio y de letalidad.


El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró que el coronavirus Covid-19 pasó de ser una epidemia, a una pandemia por el número de países infectados. “La OMS ha evaluado este brote y estamos profundamente preocupados, tanto por los niveles alarmantes de propagación y gravedad, como por los niveles alarmantes de inacción. Es por ello que hemos decidido decretar el estado de pandemia”, afirmó el funcionario, quien reconoció que "todos los países deben adoptar una estrategia combinada integral", basada en "contención" y "mitigación", para "controlar la epidemia y hacer retroceder este virus mortal". Es decir, prácticamente se decretó que era El año de la peste, (México, 1979. Felipe Cazals).

La alarma estaba dada, y el daño hecho, el virus viajó a lo ancho del mundo como en una trama creada por Stephen King en un futuro que nos alcanzó y rebasó. O, como el argumento de una cinta hollywoodense de desastre, de la que ignoramos cuándo y cómo será el final. Ha sido un año raro, atípico, molesto, tanto como tener una uña enterrada durante doce largos meses, un Año uña (México, 1979. Jonás Cuarón).

El mundo entero te esperaba con júbilo, 2020. Desde 1919, no se repetía un número similar, antes, en 1818, y todavía más remoto1717, y así sigue la secuencia regresiva, es decir la primera dupla numérica repetida, para dar identidad a un ciclo de doce meses, situación que se da cada 101 años, pero nadie advirtió que este sería Un año con 13 lunas (Alemania Occidental, 1978. Rainer Werner Fassbinder), un año distinto, que haría cambiar al mundo entero, que, en su historia, jamás se había unido simultáneamente, para atender a una misma situación, sin percatarnos que este sería, tal vez, El primer año del resto de nuestra vida (Estados Unidos, 1985. Joel Schumacher).

Hace 10 años, 2010 el año que hicimos contacto (Reino Unido, 1984. Peter Hyams) con una pandemia similar, pero muy menor. Si en aquel entonces alguien nos hubiese dicho: esto es solo un ligero propedéutico de lo que vendrá, todos, absolutamente todos, lo hubiéramos tachado de loco, o de muy imaginativo, con la posibilidad de hacer el guion de una película tan hilarante por su insólita trama, que nos provocaría La comezón del séptimo año (Estados Unidos, 1955. Billy Wilder), sin saber que no se trataba de una comedia, tampoco de una tragedia, pero si de una situación alarmante que ha modificado al comportamiento de la población del mundo entero, y que invita a una profunda reflexión de lo que hemos hecho con nuestras vidas, con nuestra forma de socializar, con nuestro entorno y nuestra conducta hacia nuestros congéneres, con la naturaleza y los animales. Pese a lo complicado de la situación, este, no fue Un año perdido (México, 1993. Gerardo Lara).

Ha sido El año que vivimos en peligro (Australia, Estados Unidos,1982. Peter Weir), el peligro que da el enfrentarse a un monstruo invisible, silencioso, pero democrático, no hace discriminaciones de género, raza, edad o posición social, creencias religiosas, de nada. La creación de, no una, sino varias vacunas contra el COVID, por supuesto que arroja mucha luz sobe el camino, porque esperamos que el 2021 no se sume al anterior para constituirse en Los peores años de mi vida (España, 1994. Emilio Martínez Lázaro).

2020 también has sido El año del descubrimiento (España, 2020. Luis Lopez Carrasco), de que, el auténtico problema no es la enfermedad en sí, a pesar de que tiene una morbimortalidad importante, sino que, debido a sus características epidemiológicas, viene en oleadas infectando a toda una población que no tiene inmunidad previa. Resultado: COLAPSO DEL SISTEMA SANITARIO!!!

¿Te consideras Un buen año (Estados Unidos, 2006. Ridley Scott)?, provocaste crisis sanitarias, la economía mundial al borde del colapso, largos confinamientos que han provocado problemas emocionales e incrementos de violencia intrafamiliar, internets saturados por oficinas en casa y por educación a distancia. Y, todavía falta valorar daños colaterales en todos los aspectos.

Agonizas y los tradicionales Feliz año amor mío (México, 1957. Tulio Demicheli), Happy new year (Estados Unidos, 211.Garry Marshall) o Buenas noches año nuevo (México, 1964. Julián Soler), solo se han podido dar de forma remota, por whatsapp, por zoom o cualquier otra aplicación que, dicho sea de paso, han sido de enorme utilidad para acortar distancias, acercar a la gente de los cinco continentes, comunicarnos a distancia con pares que tenemos en el mundo y a quienes, lo mas seguro es que nunca nos veamos personalmente. Pero también aprendimos a valorar lo que, por cotidiano, no sabemos apreciar, como un afectuoso abrazo, un beso. Has sido un año de contrastes, de claroscuros, hay quien te odia y te quiere borrar de la historia, dicen que incluso muchos no van a sumar a su historia el cumpleaños correspondiente. No creo que alguien te ame, pero muchos pensamos que, dentro de lo malo que ocurrió a lo largo de tu finita existencia, también habrá que valorar que los retos que nos fueron impuestos, se han traducido en aprendizaje, acoplamiento, disciplina, crecimiento, etc. Al final, la luz solo se aprecia en la oscuridad y ahora ya se ve un destello al final del túnel. Solo me resta decir que nos vemos El año próximo a la misma hora (Estados Unidos, 1979. Robert Mulligan.


Agradecemos las invaluables aportaciones del maestro Eduardo de la Vega y de los colegas y amigos José Romero y Luis Carrasco que, con su sapiencia cinematográfica, ayudaron a incrementar la lista de títulos fílmicos.




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