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Ejemplo de superación y amor al arte. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.



Teresa Selma comenzó sus estudios de arte dramático en 1952 en México, en el Seminario de Actores del maestro Seki Sano, y, lo que sería un simple taller de actuación se convirtió para ella en un encuentro con su voz interior, su voz como artista, pero también su voz como mujer y ciudadana, el teatro la liberó, no sólo de la opresión de lo que era la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en su natal Venezuela, sino de la opresión de lo que era su hogar. México recibió a una jovencita oprimida y la convirtió en esa voz potente, con garra, que se disponía a devorarse el mundo, y lo devoró. La transformó en una de las mujeres más fuertes que haya existido en el teatro latinoamericano.


El teatro le dio la oportunidad de ser libre, y ella siempre le agradece con un montaje que valga la pena. Para Teresa Selma hablar de teatro no es sólo hablar de una profesión, es su forma de vivir, su hábito, toda su intimidad, cada obra que ha realizado cobra un sentido ulterior dentro de su existencia y de su forma de ver el mundo. El teatro para Selma, no es sólo entretenimiento, hay en su oficio de actriz una búsqueda filosófica constante, una necesidad de preguntar y encontrar respuestas a las injusticias.

Con más de 70 obras de teatro en su quehacer histriónico, Teresa Selma ha recorrido un sin fin de autores universales: Georg Büchner y su Woyzeck, Bertolt Brecht con Madre Coraje, Esquilo, Shakespeare, Zorrilla, Lorca, Harold Pinter, entre muchos. Selma ha interpretado personajes de textos controversiales: Los Negros de Jean Genet, el drama existencialista de Sartre A puerta Cerrada, El Testimonio de Peters Weiss; Torquemada de Augusto Boal. Ella se abre camino siempre para dar con esa producción teatral que incomoda a la sociedad, siempre encuentra un teatro furioso para remover el pensamiento crítico del espectador y sacarlo de su burbuja de confort, ese ímpetu por la justicia y la reflexión la ha concentrado en prestar su cuerpo a personajes complejos, críticos, punzantes, con temáticas actuales de autores clásico y modernos, sin excluir nuevas generaciones de dramaturgos, así llegó a: Arráncame la vida de Elio Palencia donde aborda el estremecedor tema de una madre y su hijo con sida; Yo soy Carlos Marx de Gennys Pérez, donde se aborda de manera controversial el tema del socialismo en Latinoamérica, o su actual obra en cartelera Mujer No Reeducable de Stefano Massini, donde se aborda el violento tema de la libertad de expresión y las dictaduras.

Curiosa, inquieta, vibrante, siempre a la caza de nuevos retos con contenido humanista, la primera actriz Teresa Selma, ha llevado una carrera ascendente de 7 décadas, entre el escenario, la televisión, la radio y el cine. Su verdadero hogar es la interpretación, su capacidad para desdoblarse y ser otras mujeres, otros asuntos, otros acontecimientos del ser, otras voces.

En la televisión ha estado presente en producciones inolvidables como la telenovela venezolana Por estas Calles de Ibsen Martínez, una telenovela que rompió esquemas tradiciones de hacer melodrama y se enfiló hacia las denuncias de corrupción política e injusticia social, y numerosos programas; como dice ella, “lo que se gana en televisión se invierte en una buena obra de teatro”. También ha estado vinculada a la radio cultural. En Venezuela, Selma perteneció a una de las agrupaciones icónicas del teatro latinoamericano: Rajatabla, y de la mano del gran Carlos Giménez actúo en producciones emblemáticas como El Coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez, Oficina Nº 1, y Casas Muertas de Miguel Otero Silva, entre una treintena de espectáculos que le dieron la vuelta al mundo por diferentes festivales internacionales.

La loca de Bouchout, emperatriz de México, un montaje teatral con el que Teresa Selma le rinde homenaje a Fernando del Paso y La muerte burla burlando, versión que realizó sobre autores como: Francisco de Quevedo, Sergio Magaña, José de Gorostiza, Efraín Huerta, Luis Brito García, que abordan temas como la muerte, el poder y la locura, en unipersonales que Teresa Selma viene haciendo por más de veinte años.

Resumir una trayectoria tan fructífera de una profesional que ha dedicado su vida al arte escénico, resulta imposible, pues Teresa ha hecho teatro de forma permanente desde hace 70 años en los que no ha habido un sólo en que no sorprenda con un nuevo trabajo escénico. El amor y agradecimiento que siente Teresa Selma por México es infinito, en nuestro país se hizo mujer, madre, y artista, en él encontró la fuerza interior que definiría su temperamento y sus garras para enfrentar la vida y el arte.

La actriz de 92 años ha visto florecer y caer muchas ideologías, muchas democracias, y muchas dictaduras. Venezuela y México son sus hogares, cuando mira hacia atrás y ve la destrucción de su tierra natal por un narco-estado, encuentra paz en su México amado, como aquel 1952 cuando llegó para estudiar medicina en la UNAM y se enamoró de esta tierra azteca.

México siempre le brindó la oportunidad de ser libre. Hace casi un lustro Selma regresó a Venezuela: “Quería despedirme de mi patria, porque quizá no vuelva”, y pudo despedirse de su paisaje, su cerro El Ávila que arropa la ciudad de Caracas, sus calles, y lo más importante pudo despedirse de su escenario venezolano y su gente del teatro, quiénes recibieron a la maestra de más de 5 generaciones, con amor y respeto, porque a la larga, un país no es su gobierno, es su gente, y Venezuela está repleta de gente cálida, amorosa y alegre. De vuelta a México, con sus amigos de toda la vida, con su familia teatral, el país donde sabe que algún día morirá y al que le agradece tanto de lo bonito que ha vivido, sigue haciendo lo que mejor sabe hacer: interpretar, actuar, vivir otras vidas.

La tenemos, sobre un escenario, haciéndonos reflexionar sobre la importancia de la libertad de expresión en tiempos violentos con su Mujer no Reeducable, donde interpreta a una periodista asesinada, tema que no es indiferente para su México amado.

La niña que miraba el mar por las rendijas de una habitación donde su rigurosa madre la castigaba en Puerto Píritu, comprendió a temprana edad, que la libertad, ante todo, es un estado combativo del espíritu, nadie, ni nada, ni el hogar más opresivo, ni la dictadura más feroz, puede arrebatarte lo que has cocido a tu piel con hilo de acero… “Y Teresa Selma se coció a su carne un sentido de libertad pleno, quizá su única prisión donde se siente cómoda y feliz, es sin duda, el teatro” afirma la dramaturga venezolana Gennys Pérez.

Teresa Selma, debutó en 1957 en la obra Amor. Ha prestado su voz para series y películas, entre las décadas de los 60 y 70, con títulos como El bebe de Rosemary, Tony Rome y Viaje fantástico, entre otras. Actividad que dejó de hacer cuando se le empezó a complicar la vista.

Con estudios profesionales en psiquiatría, Selma da vida a una doctora del comportamiento humano en El consultorio de la Dra. Spellman, obra que Alberto Estrella escribió y produce para ella con gran generosidad; donde interpreta a una doctora en psicoanálisis que decide realizar una sesión abierta de terapia y la visitan diversos personajes que en realidad son proyecciones de su personalidad múltiple, el monólogo, con casi una decena de personajes, cada uno con una energía diferente, es dirigido por Andrés Tena.

Respeto mucho la medicina: ejercí mi profesión durante cinco años, pero lo combinaba con la actuación, entonces preferí dejarlo, pues tienes que entregarte en cuerpo y alma a las dos disciplinas, tuve que escoger”. Teresa Selma fue psicoanalista y trabajó en La Castañeda.

El mejor festejo para celebrar 92 años de vida, (y 71 años de trayectoria) es tener los pies en el escenario, y que mejor que hacerlo en el del majestuoso Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, quien, sin duda, estará feliz de tener en su recinto a la gran Teresa Selma, quien sola, llenará el magno escenario en la función especial del jueves 21 de julio.

Selma continuará con la puesta en escena, donde interpreta a una psiquiatra con personalidad múltiple. La historia permite cuestionar qué tan dispuestos estamos a entregar todo el amor para volvernos locos, sin perder la cordura. El espectador observa cómo la psicoanalista se adueña de diferentes personalidades, que van desde un sensual cubano, una reguetonera atrevida, hasta un alcohólico frenético o una mujer con delirio de persecución.

Andrés Tena, director de la puesta en escena, señala que el desarrollo de la trama se construyó a partir de la acción, puesto que prestaron atención a lo que era necesario para cada personaje. Con dicha complejidad actoral, el director considera a Teresa Selma como un ejemplo de superación y de amor al arte.

La puesta en escena cuenta con un destacado grupo de creativos: la autoría de Alberto Estrella, la dirección de Andrés Tena; la escenografía e iluminación a cargo de Mónica Kubil, Cristina Sauza en el vestuario, la musicalización de Brandón Torres y, finalmente, Gennys Pérez en la asistencia de escena.



Absolutamente recomendable.



El Consultorio de la Dra. Spellman. De: Alberto Estrella.

Dirección: Andrés Tena.

Actuación: Teresa Selma.

Función especial el jueves 21 de julio a las 20:30 horas, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36, col. Centro Histórico, cerca del Metro Allende).


Con las disposiciones del semáforo epidemiológico vigente: uso permanente de cubrebocas, gel antibacterial y registro de código QR por parte tanto del personal del teatro como de los espectadores.

Admisión: Luneta, Primer Piso Central y Primer Piso Lateral $200, y Anfiteatro y Galería, $150. Los boletos se pueden adquirir en la taquilla del teatro y en las plataformas digitales de Ticketmaster.


El Círculo Teatral. Av. Veracruz 107, Condesa.

Domingos a las 18:00h / -

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