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Dejó de amarse a sí misma. Por: Salvador Perches Galván.

Actualizado: 26 ago 2021



En el ya remoto 1983 debutaba en teatro una bella jovencita al lado de un consolidado Fernando Larrañaga en El coleccionista, de John Fowles, al año siguiente, vuelve a los escenarios de la mano del cineasta, Arturo Rípstein en La visita de la bestia, acompañada en escena por Sylvia Pasquel, Elena de Haro y Miguel Ángel Ferriz. En 1985 sube al escenario y al ring de Pelearán 10 rounds, de Vicente Leñero, dirigida por otro gran cineasta José “el perro” Estrada, en el teatro Wilberto Cantón de la SOGEM, con José Alonso, Carlos Ancira y el boxeador Pipino Cuevas.

En 1986 presenta Luv, víctimas de amor y un año después Tengamos el sexo en paz de Darío Fo, Jacopo Fo y Franca Rame.

Una década tarda en volver a los escenarios y lo hace con un proyecto emblemático y muy exitoso Drácula, al lado de su entonces marido Alejandro Camacho. En el año 2000 participó en Como aprendía a manejar, de Paula Vogel, dirigida por Mario Espinosa, en compañía de Jesús Ochoa, Juan Carlos Vives, Irene Azuela y la muy recordada Cecilia Romo.

El mismo año presta su cuerpo, su alma, sensualidad y energía a Marlene en Rosa de dos aromas, siendo Cynthia Klitbo el otro aroma de la rosa, dirigidas por Mercedes de la Cruz.

En el 2002 sufre el maltrato de su pareja, Alberto Estrella, en la gran Defensa de dama, y vuelve a dar cátedra de actuación, al igual que en la comedia Retrato de la artista desempleada, unipersonal en el que interpreta a una treintena de personajes, dirigida por otro grande de la escena Francisco Franco.

En 2008 vuelve a la dupla Dario Fo - Franca Rame, y nuevamente con Alejandro Camacho presentan Pareja abierta.

En 2009 participa en la nueva versión de Entre mujeres y en 2011 en el Insurgentes da vida a Filomena Marturano, para regresar al magno escenario en 2014, nuevamente dirigida por Francisco Franco en el portento El curioso incidente del perro a medianoche.

Esta, es una síntesis de la trayectoria teatral de una mujer extraordinaria, Rebecca Jones, que retorna a los escenarios gracias a Shirley Valentine. Platicamos con la gran actriz sobre este muy afortunado regreso al teatro, en el que no solo actúa, también es la autora de la versión y de la dirección de Una mujer extraordinaria atrapada en una vida ordinaria.

Rebecca ¿cómo una mujer extraordinaria, como tú, encuentra a otra mujer extraordinaria, Shirley?

Esta obra me la ofreció Rubén Lara, que es el productor y mi socio, y la verdad es que el texto de Willy Russell, que es muy bueno, tal cual, como estaba, no me convencía del todo porque era muy larga, además platicado, es decir todos los personajes que ves en la obra, ella los relataba, y yo los actúo.

Ví la versión cinematográfica, que se llama Shirley Valentine, (1989 E.U. con Pauline Collins. Dirigida y producida por Lewis Gilbert). Y mi versión está mucho más estructurada a lo que es la película. Mi versión está registrada como mía porque la verdad es que, desde el título, la obra ya tiene un nuevo look. Por supuesto que está respetadísimo el texto de Willy Russell en todos los aspectos sólo que la estructura la cambie de cómo estaba narrada en la obra de teatro, que había escrito para Broadway, yo cambié todo eso y decidí actuar a todos los personajes y hacerles una personalidad a cada uno de ellos que son los que van moviendo la vida, están provocando que ella se dé cuenta de todo lo que le está pasando y que de el paso para salir de esa vida aparentemente ordinaria, porque todos tenemos una vida ordinaria, si lo queremos ver así.

Lo que hace bonito a Shirley, antes de que encuentre que el amor propio es lo más valioso que podemos tener, siento que es un personaje de esos maravillosos que abundan en el mundo, que a todas las vicisitudes y a todos los agravios le ven el lado bueno y eso es lo que la hace extraordinaria. Platica con la pared; bromea con el marido, que es alguien que la trata de lo peor, le dice ¡ya. Relájate!.

Es una mujer que esencialmente es muy positiva y creo que ese es el verdadero, no me gusta la palabra mensaje, pero siento que nos alerta a que la vida es ahorita y cada segundo, y de paso, si te llegas a conocer profundamente y te caes bien porque, a veces no te puedes caer bien, pero el chiste es no salir corriendo cuando no te caes tan bien, y aprender a estar solo que es el terror del Siglo XXI

En este momento, eso tiene un valor incalculable. En efecto Shirley cae en una rutina y ella se va descuidando por cuidar a todos los de su entorno.

Se va olvidando de sí misma, se va olvidando de quién era, hasta se le olvida cómo se llamaba de soltera. Es terrible porque “por amor”, nos vamos borrando, creemos que es un acto de amor hacia los nuestros, y lo único que es, es un acto de agresión hacia ti misma, o hacia ti mismo. Porque no es una obra sobre mujeres, no es algo que le pase exclusivamente a las mujeres, de hecho la protagonista lo dice al final: Ojalá que mi marido también agarré la onda.

Esto lo tenemos que entender todos, que el amor es muy bonito al prójimo, pero más importante es a ti mismo y así puedes amar a cualquiera.

En la medida en que uno deja de amarse a sí mismo, pierde la capacidad de amar a otros.

Y de verdad amarte, de otra forma empiezas a depender de otro, a vivir a través del otro. Eso también es otro gran aspecto de la obra, que nos alerta sobre cómo ser realmente. Es muy, muy difícil, porque cuando te tú te enamoras realmente de alguien y ese alguien ya no te quiere, o ya no te pela, ya no quiere contigo, tienes que aprender a ver la vida no a través del otro, sino a través de ti, porque nadie te hace nada: “me puso el cuerno”, me trata muy mal”, “es muy celoso”, “toma mucho”. ¿Por qué te dejas? ¡Punto!.

Claro, es una cosa complicada en mujeres que llevan años y años casadas, como es el caso de Shirley, que yo también viví eso. Yo viví 26 años casada, pero llega un punto en el que cuando te descubres a ti misma y no te da miedo estar sola es maravilloso, pero es una cosa súper difícil de lograr.

Es una obra muy positiva, es una obra qué te saca la risa todo el tiempo, es agridulce porque también te saca la lágrima, sin embargo, no es una tragedia, es una cosa hermosa. Esta obra es tan perfecta, que, aunque platiques de lo que se trata, es sorpresiva, por cómo está narrada, por las cosas que le van pasando, tan es así, que llega a hablar con una piedra en Grecia.


Y es extraordinaria por como ésta actuada, porque no solo haces a Shirley, haces a todas las personas cercanas a ella, a las que ha amado y por las que ella dejó de amarse a sí misma, todas están en el escenario y todas en el cuerpo de Rebecca Jones.

Si. Tengo experiencia en eso porque hice una obra hace mucho tiempo. Retrato de un artista desempleada, que interpretaba 36 personajes ¡Imagínate!. Es un trabajo de muchísimo rigor, es un trabajo de muchísima entrega, la verdad trabajé con dos grandes en aquella puesta en escena: Francisco Franco y Clarissa Malheiros, quien me enseñó muchísimas cosas a nivel corporal, para que fuera absolutamente sencillo para el espectador, sin yo cambiar nada de vestuario, ni absolutamente nada, solo mi tono de voz, y tampoco puedes cambiar tanto la voz porque no somos polifónicos, pero sí trato de engrosar la voz de los hombres, pero sobre todo esta cosa técnica del físico, de que cada uno de los personajes sea como una fotografía para el espectador, y que no se confunda con Shirley, que está siempre con ellos, es una cosa de mucho trabajo.


Una mujer extraordinaria atrapada en una vida ordinaria, es el maravilloso viaje de un ama de casa que aprende a encontrarse a sí misma. Una mujer harta de una vida gris y rutinaria en la que su marido casi no le habla y donde ella cumple los roles de madre, esposa, vecina y termina por olvidarse quien era.

Con amor e ironía, termina hablando con la pared para no enloquecer hasta que una amiga la invita a Grecia. Deja todo y huye sin imaginar lo que le depara ese viaje que la llevará y nos llevará por las preguntas que nos pueden sacar de una vida “sin vivir”, y conducirnos a la plenitud de ser nosotros mismos.

A mí me fascina mi trabajo, para mí no es trabajo, pero sí es mucha dedicación, trabajamos muchísimo en la reposición de este año, le cambie muchísimas cosas, está mucho más padre que la primera vez y aparte tenemos un excelente equipo de luces aquí, en el teatro Aldama, y la verdad es que el trabajo de Daniel Primo, que hace todo el multimedia, es muy bueno. Tengo mi director adjunto, porque yo dirigí la obra, pero obviamente yo necesito que alguien me esté viendo de abajo y ese alguien es José Luis Vargas, que también es muy talentoso, y tengo un equipazo, la verdad. Y no se diga Rubén Lara, que es alguien que no se puede poner en tela de juicio su calidad como productor, y aparte es alguien que se arriesga. Esta es una obra bastante arriesgada, ya la había puesto el con otra actriz en otro momento. También ya la había puesto Susana Alexander hace tiempo.

Creo que está muy bendecido este proyecto, viajamos con dos cajas. o sea que vamos a poder ir a toda la república y Estados Unidos para llevarla. Estoy súper contenta.


En 1994 se montó la obra, de Willy Russell, (también autor de Educando a Rita y de Hermanos de sangre, que produjo en México de manera excepcional Julissa) en el Foro Shakespeare a cargo de Gina Morett, producida y dirigida por el cineasta Rubén Broido, bajo el nombre de ¡Claro que te quiero!.

En 1998 y 1999 Susana Alexander la protagonizó y produjo con el nombre Pepe y Valentina. Y en 2013, el productor Rubén Lara anunciaba que Erika Buenfil interpretaría a una mujer emancipada en Shirley Valentine, que el dramaturgo británico Willy Russell estrenó en 1986. El productor informó que Buenfil estaría acompañada de dos actores.


Y Shirley Valentine regresó a nuestros escenarios exactamente el 11 de marzo del 2020, 12 días antes de que se declarara la pandemia. Dimos como 4 funciones, y nos estaba empezando a ir súper bien, pero así pasa, y por algo pasan las cosas. Yo sí le copió eso a Shirley, porque ahora ha quedado mucho más bonita, y como bien dices, es mucho más importante el momento en que la volví a poner: ahora, después de lo que nos enfrentamos en el mundo entero respecto al encierro, al aislamiento y a la soledad a la que mucha gente se enfrentó, sin querer, porque una cosa es la soledad que te hace sentir mal al estar solo; o la soledad elegida, qué también es diferente a que de repente te des cuenta que no te gusta estar contigo mismo, que estás acostumbrado a estar rodeado, rodeado, rodeado de gente y de pronto nos enfrentamos a eso, y para mucha gente fue tan difícil que hubo suicidios.

Hay 40 mil historias de divorcios covid. Estar encerrado con alguien, si no te quieres tú, si no sabes estar contigo, eso no va a funcionar. Subió la violencia en las casas, no nada más por eso, pero siento que si tiene mucho que ver la dependencia que tenemos siempre hacia el otro, para todo, para la aprobación, para pelearnos, yo no digo que tengas que vivir solo para disfrutar de la soledad. Lo que dice Shirley: te puedes sentir solo en pareja, en familia, o entre miles de turistas.

El otro día me llamó mucho la atención que hablamos de esto en un programa, de la soledad y una actriz dijo: “Lo que pasa es que ahora ya no estás solo porque tienes las redes sociales” y me llamó muchísimo la atención porque yo tengo 400 mil seguidores y claro que me importan, lo que piensen, lo que digan de mí, claro que sí, porque de eso vivo, pero no son mis amigos, no es alguien a quien yo pueda acudir en un momento difícil. Como ponen en Twitter: “Hoy amanecí chípil” y 40 gentes ponen: “Te mando un apapacho”, ¡y no se conocen!. Me parece lo más triste que puede haber, creo que estamos viviendo la era de la real soledad con la gente que se supone que tiene cientos de miles de amigos en Facebook, a la mera hora están más solos que nada.


Es la gran paradoja puedes tener 400 mil o tres millones de seguidores, o de “amigos”, pero no pláticas con el que está a tu lado

Exacto. Entonces hay una falta de comunicación absoluta entre las parejas, ya no hablamos, ya no nos comunicamos. Que te hablen por teléfono es rarísimo. Ahorita que vi tu número en el teléfono dije ¿Quién será este?, porque ya nadie habla, todo son mensajitos.

Una mujer extraordinaria… es una obra muy certera, ojalá que la pandemia no invada más nuestras vidas, porque la gente sigue espantada de ir a lugares, pero tu viste lo bien que está el teatro, es muy amplio, hay muchísima sana distancia, y todos los protocolos al ingreso, entonces espero que pronto levanté esto, y que la gente se siga vacunando.


Tu trabajo, dijiste, es agridulce, lo es, se ríe uno mucho, pero sale uno con esta conciencia, porque es una obra absolutamente reflexiva, que invita a pensar ¿cómo estás viviendo tu vida?.

Eso mero. Una señora me espero a la salida, no podía parar de llorar, pero estaba llorando de felicidad. Mi hijo me fue a ver también, y me dijo: Mamá, me sacaste las lágrimas, pero bonito. Que padre darnos cuenta, que padre que te hace reflexionar. ¿Cuántas veces nos estamos castigando nosotros mismos?, por tener miedo, pero, sobre todo, por no caernos bien.

También tiene que ver con la muerte, desde que yo me enfrente a la cercanía de la muerte, me puse a estudiar mucho acerca de los tibetanos y lo que es la muerte para ellos, leí el libro de los muertos, y lo que dicen es que tenemos miedo a la muerte porque no sabemos quiénes somos, no nos conocemos.

Si te preguntan ¿Quién eres? Tú dices, Salvador. Tú no eres Salvador, ese es el nombre que te pusieron, de ahí, hasta la tarjeta de crédito. ¿Quién eres?, pues mi tarjeta de crédito, mi casa, mi coche, mi cuenta de Facebook, lo que la gente cree que es en vida, y entonces dicen: ¿cómo me voy a ir a un país que no hablo el idioma, sin pasaporte y sin nada de mis cosas?, porque no saben quiénes son. No somos más que espíritu, entonces si uno piensa eso, no debes tener miedo a morir. Te toca estar aquí en la tierra, el tiempo que te toca estar. Yo sinceramente sí pienso en eso muchísimo y la obra tiene que ver con eso, porque cuando uno se conoce bien, cuando uno está tranquilo con uno mismo, cuando uno siente paz dentro del impase de todos los días, tenemos que estar luchando contra él, dices ¡Está chido, hasta aquí llegué!, bueno venga, lo que venga, la verdad.


En efecto, es muy importante tomar conciencia de que todos somos finitos, de que todos tenemos fecha de caducidad, y cuando uno aprende eso y aprende, que tú nos das una muy buena lección con tu trabajo, a auto apapacharse, es muy rico.

Exactamente, a quererte, a apapacharte, a darte cuenta que puede ser tu último segundo en la tierra. No sé por qué somos tan soberbios, que pensamos que ¡A mí no me va a pasar nunca! primero pensamos eso, siempre decimos, llegar a los 90, 95, si bien me va, si no hasta los 80, mínimo. No, no es así tenemos la muerte aquí juntito y cuando uno tiene la habilidad de tener esa conciencia, dices: No voy a perder el tiempo con pendejadas, no voy a pelear con nadie, no voy a permitir que nadie me saqué de mi centro, no lo vas a permitir porque te puede caer un rayo en ese momento. No te tiene que dar una enfermedad mortal. La vida es así, impredecible, la vida es como la muerte, y la muerte es tan importante como el nacimiento, y ya estamos hablando de cosas más profundas.

Es a lo que invita esta mujer extraordinaria.


Con una impresionante trayectoria en teatro, como ya se vio líneas arriba, en cine y televisión, Rebecca, eres una mujer de retos, y Una mujer extraordinaria representa uno mayúsculo porque de ser actriz, pasaste a ser adaptadora, directora y multi actriz en la puesta en escena.

Estoy muy orgullosa de mi carrera, la verdad estoy orgullosa, porque la he gozado, cada papel que he hecho, cada segundo que he tenido la oportunidad de estar en un set de televisión, en un estudio de cine, en un escenario. Estar cerca del público, para mí, es grandioso, grandioso y conectar como estoy conectando con el público en esta puesta en escena, la verdad, como bien dices, no es nada fácil atrapar al público desde el principio, y que ya no te dejen de ver, es una belleza. La verdad estoy muy agradecida con lo que me ha dado la vida y con lo que me ha dado esta carrera, y agradezco mucho, mucho tus halagos, tu opinión acerca de mi carrera, gracias, gracias. La verdad estoy contenta de mi carrera.

Tu carrera es ejemplar, pasaste por un trance particularmente difícil y creo que esta obra te llega en el momento que te tenía que llegar, para volver a pisar tierra y emprender otra vez el vuelo.

La película es simpatiquísima, evidentemente, como es película, ella hace su papel y otros actores hacen los otros personajes, sale el griego, sale el esposo, salen todos en la película. Aquí yo los hago a todos, y aparte, cuando tuvimos la primera lectura, me dice mi productor adorado Rubén: Reb: No podría ser un poco más guapo el griego. ¿Cómo quieres que lo haga más guapo?. Tú sabrás. Le digo, déjame ver que inventó para que la gente lo vea guapo. Y quiero que sea súper millonario. Estoy muy contenta... y llena de color, como los que van tiñendo la ropa de Shirley conforme va recuperando su autoestima. El color retorna a su vida monocromática.



Lamentablemente, por la tercera ola de contagios por covid, la obra está en pausa, pero, en cuanto los semáforos lo permitan volverá a escena, y hay que correr a verla.



El teatro es de todos. ¡Asista!


Absolutamente recomendable.





Una mujer extraordinaria atrapada en una vida ordinaria. De Willy Russell.

Adaptación y dirección: Rebecca Jones.

Actuación: Rebecca Jones.

Producción: Rubén Lara.

Teatro Aldama. Rosas Moreno 71 Colonia San Rafael. Metro San Cosme.


LAS FOTOGRAFÍAS, DE JORGE ASTORGA, SON CORTESÍA DE REBECCA JONES




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