top of page
Buscar
  • eseperches

Cómo enfrentarnos a su obra en nuestra época. Por: Salvador Perches Galván.



Escrita aproximadamente entre 1593 y 1594, Romeo y Julieta han traspasado fronteras y generaciones y se ha convertido en una obra maestra de la literatura occidental. La historia, ocurre en Verona, al interior de Italia, tiene como protagonistas a los trágicos enamorados Romeo Montesco y Julieta Capuleto.

La clásica pieza del magistral William Shakespeare, además del tiempo y la geografía, ha soportado cuanta adaptación se pueda pensar, cinematográficamente hablando, existen la de George Cukor de 1936, multinominada a los Óscar, la clásica de 1968 de Franco Zeffirelli y la producción modernista inspirada en la estética de los videoclips y filmada en México de Baz Luhrmann Romeo + Julieta, de 1996. Además existe la fastuosa producción del musical francés de principios de este siglo.


En terrenos teatrales la obra, pese a no ser recurrente en nuestro país, si ha tenido cierta presencia: En el marco de la temporada de Teatro Universal que el INBA presentó en el Palacio de Bellas Artes, el 29 de marzo de 1949 se estrenó el clásico de Shakespeare, dirigido por Fernando Wagner, con la presentación de la joven actriz Beatriz Aguirre. Tuvieron que pasar casi tres lustros para que los amantes de Verona volvieran a pisar escenarios mexicanos, el 15 de febrero de 1963, dirigida por Ignacio Retes, siendo la primera producción del IMSS de ese año.



Diez años después, el 19 de noviembre de 1973, Germán Castillo emprende un nuevo montaje, en el que participan, entre otros, la gran Luisa Huertas, en una versión traducida, nada mas y nada menos que por Pablo Neruda.


En febrero de 1989 regresaron los amantes trágicos, al Claustro del Centro Cultural Helénico, dirigida por Leopoldo Falcón, con Alberto Mayagoitia y Manolita Saval.

Curiosamente, en fechas recientes, se presentaron un par de muy originales versiones, emprendidas por sendas compañías, igualmente propositivas: Seña y verbo, y Colochos teatro.


Gracias a la compañía Seña y Verbo: Teatro de sordos, los amantes de Verona llegan con una propuesta diferente, bajo la dirección de Carlos Corona. El proyecto, impulsado por el creador de la compañía, Alberto Lomnitz, ¡Silencio, Romeo: lo que el amor puede, el amor lo intenta! constituye una original y única forma de presentar el clásico shakesperiano, en el que los bandos rivales son, en este caso, los hablantes y los no parlantes.


Luego de su participación en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro en 2017, la Compañía Los Colochos Teatro estrenó en México, en el majestuoso Teatro de la Ciudad, Nacahue: Ramón y Hortensia, una aproximación a Shakespeare, a partir de Romeo y Julieta. Ramón y Hortensia, no son ni Montesco ni Capuleto, son coras y huicholes y son Ramón y Hortensia, esta es una propuesta del talentoso Juan Carrillo, quien no es la primera vez que se aproxima a Shakespeare, inolvidable su Macbeth nacional y revolucionario, llamado Mendoza.


Y por supuesto que no podemos pasar por alto la propuesta, en realidad las propuestas emprendidas por Mauricio García Lozano, en dos montajes en el teatro Helénico y el Foro Lucerna, misma producción con dos elenco distintos y trazos escénicos diferentes, ambos totalmente plausibles.



Y estos tiempos pandémicos nos ha brindado la oportunidad de disfrutar un novedoso y original Romeo y Julieta, en versión unipersonal, interpretada por el joven histrión Rodolfo Ornelas, acompañado en escena por tres versátiles músicos. Esta versión surge del maestro Mario Iván Martínez, quien, además dirige el espectáculo.


Yo empecé en el 2015 a trabajar con el maestro dos espectáculos familiares, nos comparte el joven Ornelas, titulados Las dos rosas de Oscar Wilde, y Qué me cuentas Don Quijote, donde yo participaba como actor y el dirigía los espectáculos. Después de que hicimos esos dos montajes, por misma propuesta del maestro, me dice: Sería muy bueno que ahora continuemos con un Romeo y Julieta, con un Shakespeare, en unipersonal, y fue así que nos dimos a la tarea de trabajarlo. La adaptación él ya la tenía escrita desde hace varios años y ahora había que traerla de nuevo a la mesa y ponernos juntos a investigar en la práctica, el texto, los pasajes, y de esa manera desarrollamos el proyecto.



El me dio, desde siempre, mucha libertad en proponer cosas, en que yo pudiera hacerle propuestas desde los personajes, hasta en este caso, las tomas de la cámara que ahora se integra a contar Romeo y Julieta. La propuesta de que fuera con músicos en vivo, también fue de mi parte. Era una comunicación, en un vaivén de toma de decisiones donde no había tanta jerarquía, sino que había una posibilidad de que juntos fuéramos proponiendo, creando, ideando cosas y que de esa manera pudiéramos desarrollar el espectáculo.


Creo que ayudó mucho al desarrollo de Romeo y Julieta, que no había esta solemnidad que normalmente se puede pensar para una obra de Shakespeare, sino que había un arrojo de proponer muchísimas cosas. Incluso estos fragmentos de la obra en que los músicos se integran como personajes casi de la obra, de alguna manera eso se dio en los ensayos, donde los músicos también levantaban la mano y decían: podemos hacer esto. Yo por mi parte, también hice propuestas y desde luego el ojo del maestro Mario Iván Martínez, que iba haciendo digamos, que la masa fuera redondita.



Romeo y Julieta es, tal vez, la obra más conocida de William Shakespeare, es muy probable que mucha gente ni siquiera sabe quién es el bardo y que tiene otras varias docenas de piezas. Como se mencionó al inicio de este escrito, existen innumerables versiones de los trágicos amantes de Verona y esta propuesta resulta muy amable, informal, y sin duda, representa un buen nicho para chavos, sin que otro tipo de públicos de otras muchas edades pueda disfrutarlo, sin duda, es un buen acercamiento a Shakespeare para jóvenes.

Creo que es importante también que, quienes estamos en escena, por supuesto los tres músicos y yo, somos jóvenes. Yo, confiesa Rodolfo Ornelas, tengo 22 años y la experiencia de acercarse de esta manera a una obra de Shakespeare es, tal vez, una idea de cómo podemos enfrentarnos a su obra en nuestra época actual. De alguna manera, tal vez con el tiempo hemos pensado que ceder a autores como Shakespeare o como Cervantes o como incluso Oscar Wilde, puede ser un poco complejo, o necesitas de cierto conocimiento para acercarte a ellos y de alguna manera en el trabajo con Romeo y Julieta nos dimos cuenta que lo único que nos enfrenta realmente con Shakespeare para entenderlo, es que somos seres humanos, al igual que sus personajes, y que el trabajo debe ser con una claridad y precisión enorme sobre la esencia humana.



Y podemos, muy claramente, encontrar Romeos y Julietas hoy por hoy. Creo que para nosotros cuatro en el escenario, fue maravilloso descubrir de esta manera la obra, descubrir a los personajes, traerlos a nuestro tiempo. Claro, hay un vestuario que alude evidentemente al renacimiento, pero la esencia humana, reconocernos como seres humanos con sus personajes, fue lo más interesante de la obra. También es muy importante decir que nuestro director es experto en Shakespeare, entonces sabe y supo muy bien por dónde llevarnos a todos.


Un reto histriónico representa, sin duda, el interpretar todos los personajes del drama isabelino, tentación que, recientemente levaron a cabo, en otra tragedia shakespeareana, Macbeth, los enormes Laura Almela y Daniel Giménez Cacho. En este caso, aunque haya cierto apoyo de los músicos, cuya labor principal es de músicos, Rodolfo Ornelas interpreta a una buena cantidad de los habitantes de ala Verona dominada por el odio. Son 8, son palabras del actor, en total ocho, y son hombres y mujeres y de muy distintas edades todos ellos, desde la nodriza hasta Julieta.



Me parece que finalmente lo importante era analizar a los personajes en la práctica y pudiéramos encontrar qué elementos de sus circunstancias golpeaban el carácter de esos personajes y que eso encaminara una construcción, eso en cada uno de los personajes.

También era muy importante tener con absoluta claridad, el cuerpo y la voz de los personajes, para que fueran tremendamente distintos uno de otro y que el espectador nunca se confundiera que personaje está viendo en el escenario.


Pero, al mismo tiempo que está ese cuerpo, esa voz y ese carácter en funcionamiento, como actor tengo que ir pensando en lo que viene adelante, para no permitir que decaiga el ritmo que requiere el unipersonal, y al mismo tiempo es una paradoja muy interesante que esa agilidad va de la mano con que viva en el momento presente a cada personaje, su voz, lo que le está pasando en ese momento, y de pronto cambiar al que sigue. Es un reto maravilloso porque tengo la enorme fortuna de poder hacer Romeo y Julieta, lo cual es un sueño para cualquier joven actriz y para cualquier joven actor, y no solamente hacer la obra, sino que tengo la oportunidad de hacer a todos los personajes, y eso es un regalo de la vida.



El switcheo entre los personajes, es incesante. El apoyo de materiales externos, es mínimo. Cada personaje es absolutamente diferente y, en efecto no puede haber confusión en el público. El requisito, es como tener 8 actores y actrices en escena.


El texto, la adaptación del maestro, parece que está hecha para 8 actores, en realidad no ves diferencias. ¡Un texto para ocho actores diferentes!, y la puesta también iba alrededor de eso, un actor prácticamente es como un juglar medieval, se sube a contarte la historia. Aquí era muy importante incorporar elementos como los músicos, como la cámara, porque finalmente esta esencia del juglar que prácticamente se sube a su banquito a contar la historia y a hacer cada uno de los personajes, y ese fue un juego riquísimo, ir desentrañando en los ensayos, en el proceso de búsqueda, de prueba y error, y también de elementos que apoyarán a la construcción de los personajes.


Algo muy curioso que sucedió en el proceso fue que, amén de construir a los personajes por quienes son, incorporábamos, tal vez, elementos de algún animal para el personaje, o de algún objeto, distintos referentes, distintas fuentes que aportaran a la claridad de construcción de personajes.



Uno de esos personajes, hay que decirlo, es el narrador que va llevando la historia, aparte, de, claro, Romeo y Julieta, la nodriza, Fray Lorenzo. Muy en el principio del proceso yo, por alguna razón, pensaba que Julieta era el personaje que más trabajo me iba a costar, y curiosamente, a la fecha, puedo decir que sí volviera a hacer hoy una función de Romeo y Julieta, me costaría más trabajo el narrador, y eso durante todo el proceso lo viví. ¿Por qué?,¿qué sucede con el narrador?, es ese juglar que no sabemos por qué está ahí. De alguna manera con todos los demás personajes sabemos sus circunstancias, sabemos quién es Julieta, tienen una biografía, el narrador no. Es ese ente que había que trabajar mucho más, en cuestión creativa, en cuestión imaginativa, pero que tampoco desentona de los demás personajes. Entonces yo creo que es el personaje que más trabajo costó, por la poca claridad que había para crearlo y había que organizar mucho más la información de imaginación que íbamos a poner sobre él, que los demás personajes.


Puede ser una suerte de testigo, de lector, o de espectador, o puedo ser yo mismo de alguna manera, y no, porque hay que entonarlo con los demás, hay que hacer un todo, un total de personajes que habitan en el mismo universo, lo veo de esa manera.



En tiempos pandémicos, esta versión es lo más efectivo, la función se puede dar presencialmente sin mayor riesgo, son cuatro integrantes en escenario, que se multiplican al infinito para darle vida a toda la historia.


Pero, Romeo y Julieta se creó para un montaje presencial para teatro. Trabajamos Romeo y Julieta hace 3 años, en el 2017, tuvimos un proceso muy largo de ensayos, de un año, muy, muy largo. Se incorporó un ensamble de, en ese entonces, 8 músicos, y tuvimos una sola función, lo platico como anécdota, fue una sola función después de un proceso de un año, y ahí se detuvo el proceso, porque no entramos a temporada en un teatro, además, fue al interior de la República esta función, en San Luis Potosí.


Ahora tuvimos la enorme fortuna de que el Teatro la Capilla, buscara el trabajo de Romeo y Julieta porque conocían la carpeta y nos dimos a la tarea de desempolvarlo, de retomarlo, pero claro, no podíamos incorporar al mismo ensamble de 8 músicos, entonces el director musical Daniel Moreno Ortiz hizo un trabajo tremendo de readaptación de las partituras para tres músicos, que también es importante decirlo, no son sólo tres instrumentos, en el caso de Daniel va cambiando entre percusiones, viola da gamba, violín, guitarra. Y amén de esto, aparte incorporamos la cámara a que ayudara a contar Romeo y Julieta.


Por supuesto está en nuestros corazones y en nuestras mentes, el presentar presencialmente, cuando se pueda, Romeo y Julieta, tenemos las dos versiones ya trabajadas, la versión en streaming y, por supuesto cuando podamos regresar a los teatros, presentarla presencialmente.



Tres años, para un joven de tan solo 22 años, pueden ser muchos años, en estos tres años han pasado muchas cosas que le han dado, sin duda, otra visión del propio trabajo, de la obra, de los personajes.


Para empezar, en estos años yo entré a la Escuela Nacional de Arte Teatral, justo en el 2018, actualmente estoy cursando el tercer año en la ENAT, la escuela de teatro de Bellas Artes, y definitivamente el proceso formativo que he vivido ahí, ha permeado el trabajo con Romeo y Julieta, lo cual es muy rico porque tengo la enorme fortuna de poder trabajar al mismo tiempo que estoy en la escuela de teatro, y poner en práctica lo que en los salones de clase voy aprendiendo, investigando, descubriendo, en un montaje profesional como éste. Y, por supuesto hay una, quiero suponer, que hay madurez personal, humana, que también aporta a los personajes, que aporta mayor claridad, que también haya un mejor manejo de la voz, un mejor manejo del cuerpo. Pienso que mi paso por la Escuela Nacional de Arte Teatral es definitivamente un punto, un escalón importante para redescubrir Romeo y Julieta.


Romeo y Julieta tuvo una breve temporada vía streaming, fue exitosa y se sumaron funciones. Empezamos el 4 de noviembre y la idea era terminar el 20, iban a ser solamente cinco funciones en streaming, pero gracias al apoyo del público, se extendió la temporada y estaremos los tres primeros viernes de diciembre. Ya estuvimos el viernes 4 de diciembre y nos quedan viernes 11 y viernes 18.





El teatro es de todos. ¡Asista!, presencial y virtualmente.


Romeo y Julieta. De William Shakespeare

Adaptación y dirección: Mario Iván Martínez.

Actuación: Rodolfo Ornelas.

Viernes 11 y 18 de diciembre a las 20 horas, vía zoom.

Venta de boletos Boletopolis.

Las imágenes que ilustran este comentario son cuadros congelados de la transmisión, por lo que son propiedad de la producción.

19 visualizaciones0 comentarios
bottom of page