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Conservar sus vidas frívolas y acomodadas. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.



Ha llegado un inspector (An inspector calls) es una obra de teatro de suspense, dividida en tres actos, escrita por el escritor y dramaturgo inglés John Boynton Priestley (1894-1984), en 1946.

Comienza con una cena en la casa de la familia Birling. Se está festejando el compromiso entre Sheila, la hija del matrimonio Birling, y Gerald Croft, hijo del próspero empresario George Croft.

Inesperada e imprudentemente, irrumpe el inspector Goole, quien anuncia que una joven se ha suicidado ingiriendo desinfectante. En el transcurso de la obra se descubre que todos los integrantes de la familia, incluido el novio de la hija, tuvieron algún tipo de relación o encuentro con esa joven, la cual utilizaba un nombre diferente para cada ocasión.

Al retirarse el inspector y después de hacer unas llamadas telefónicas descubren que no existe ningún inspector Goole y que ninguna joven murió en la enfermería.

Cuando comienzan a pensar que todo era una broma o que el hombre era un loco, suena el teléfono para dar una enorme vuelta de tuerca a la trama.

Arthur Birling: Patriarca de la familia Birling, es padre de Sheila y Eric. Es el dueño de la empresa Birling y Cía. Es definido por el autor como un hombre de aspecto pesado, imponente, de unos 55 años, de modales desenvueltos pero provinciano en su forma de hablar. Lo único que le importa es el dinero.

Sybil Birling: Esposa de Arthur y madre de Sheila y Eric. Está muy contenta con el compromiso de su hija. Tiene unos 50 años. Es un poco fría. Proviene de una categoría social superior a la de su marido. Es miembro de la Sociedad de Beneficencia Femenina de Brumley.

Gerald Croft: Hijo de George Croft, dueño de la empresa Croft. Esa noche le da el anillo a su prometida Sheila. Es un hombre honrado, inteligente y seductor. Fue quien dedujo la verdadera historia del inspector y de Eva Smith, la joven que se suicidó. Nunca le cayó simpático el inspector.

Sheila Birling: Hija mayor de los Birling, es una chica bella de 21 años que se siente muy satisfecha con su vida, es muy egoísta. Se compromete con Gerald la noche que se desarrolla la escena. Tanto Sheila como su hermano Eric son los que más sufren por la historia de Eva Smith.

Eric Birling: Es el hijo menor, tiene veinte años. Es una persona tímida y le gusta el alcohol. No se lleva bien ni con sus padres ni con Sheila. Sin embargo, es confidente de su hermana y siempre coinciden en sus opiniones. Fue una persona importante para Eva Smith.

Inspector Goole: Hombre misterioso, de malos modales, malicioso, aplomado, sólido y resuelto. Tiene 50 años. Tiene como característica que habla con fuerza, mirando fijo a su interlocutor.

La concatenación de desafortunados hechos en torno a Eva Smith, desembocan en la decisión de quitarse la vida.

La obra se estrenó en 1945 en dos teatros de Moscú. Su primera representación en inglés data de 1946 en el New Theatre de Londres, con entre otros, Alec Guinness como Eric Birling.

A partir de ese momento, la obra se empezó a presentar en escenarios del mundo. Cedric Hardwicke fue el director de la representación en Broadway entre el 21 de octubre de 1947 y el 10 de enero de 1948.

En España se estrenó el 25 de mayo de 1951 en el Teatro Español de Madrid, con adaptación de Félix Ros, dirección de Cayetano Luca de Tena.

En 1973, se realiza una versión para televisión (Estudio 1, TVE).

En 1998, se estrena en Buenos Aires, en el Teatro Ateneo, dirigida por Sergio Renán.

En 2002, llega a Venezuela, al Teatro Ateneo del Táchira, dirigida por Zaida Castellanos.

La versión cinematográfica, An Inspector Calls es una película británica de 1954 dirigida por Guy Hamilton y escrita para la pantalla por Desmond Davis.

An Inspector Calls se filmó en Shepperton Studios, Inglaterra, bajo los auspicios de Watergate Productions Ltd.

Aunque la obra nunca muestra a Eva Smith, la película comienza con flashbacks que muestran la participación de cada miembro de la familia en la vida de Smith. Las relaciones entre Eva y Gerald, y más tarde Eric, se suavizan de acuerdo con la censura del momento. Aun así, se conservan suficientes elementos para que el espectador tenga una buena idea de la profundidad de las implicaciones.

En la obra, Eva es despedida primero por estar involucrada en una huelga; en la película, simplemente la despiden por sugerir que los salarios solicitados eran necesarios para vivir. Del mismo modo, en la obra, Sheila se está probando un vestido cuando ocurre el incidente con Eva en la tienda; en la película, el incidente es sobre un sombrero.

La película hace que el inspector sea más explícitamente "sobrenatural" que el original teatral. En la obra, es acompañado por la criada, mientras que en la película simplemente aparece de repente en el comedor como de la nada, acompañado de un acorde ominoso en la música de fondo. En medio de la película, inspecciona su reloj de bolsillo y le pide a Eric que entre en la habitación. Afirma que acaba de escuchar a Eric entrar por la puerta; pero dice esto antes de que Eric atraviese la puerta. Asimismo, al final, cuando la familia recibe la llamada telefónica de que la policía local se dirige a interrogarlos, el Inspector supuestamente está en el estudio, pero cuando la familia revisa para ver si está allí, encuentran una silla vacía.

Con un humor constante El inspector llama a la puerta, en el más puro estilo de Agatha Christie, nos adentra en la hipocresía de la sociedad británica burguesa de principios del siglo XX, evidenciando, como en toda buena crítica, los vicios de los seres humanos.

Cuando el inspector llama a la puerta da inicio un enfrentamiento de las responsabilidades individuales en el entramado social, se desatan una serie de intrigas y se develan importantes secretos. El inspector interroga a cada uno de los miembros de la familia, sorprendidos de ser objeto de una investigación, dada su reputación. Pese a percatarse de esas responsabilidades individuales, los personajes, excepto Sheila y Eric, quienes reconocen que sus acciones impactan en la vida de otros, se niegan a asumirlas, y solo se preocupan por conservar sus vidas frívolas y acomodadas. Al final, pasaran los años, los lustros, las décadas, y seguiremos igual.

La familia Birling no se imagina que sus vidas están a punto de ¿de cambiar?, pese a ser desenmascarados. Es el año de 1912 y mientras celebran el compromiso de Sheila con Oliver, un golpe en la puerta anuncia la llegada de un inspector.

El inspector llama a la puerta, es una de las obras que, desde su estreno, en 1945, ha sido llevada al teatro constantemente, lo que habla de su trascendencia y de su excelente estructura dramática.

Extrañamente, todo parece indicar que esta excelente puesta en escena, es su estreno tardío en escenarios mexicanos. David Villegas, actor y productor, comenta que este montaje se estuvo gestando en su cabeza durante diez años, desde que leyó el texto y se propuso producirlo, con el objetivo de que el público mexicano la disfrute, así como la ha disfrutado el resto del mundo en sus diferentes montajes, desde que fue concebida por Priestley.

El productor asegura que el público que asiste a ver la obra encuentra una historia balanceada, con una buena dosis de comedia y con el suspenso como protagonista, además del claro trasfondo social. El suspenso que tiene la obra atrapa al espectador y lo invita a participar, como detective, en cada momento conforme va avanzando la trama.

Villegas, quien también es parte del elenco, señala que en escena son siete personajes y la mayoría son sospechosos de la muerte de una joven: Carlos Aragón, como el inspector, Pedro Mira como el padre, Lourdes Gazza como la madre, Leilani Ramírez la hija, José Ramón Berganza es Eric, David Villegas el prometido y Helena Aparicio como la criada, son los actores que interpretan a sus personajes con gran certeza. Al final, la obra tiene un giro de tuerca impresionante, que trasciende más allá de la lectura.

El responsable de la puesta en escena, Otto Minera, apunta que se trata de una buena pieza de teatro, muy bien escrita, de gran calidad literaria, con mucha calidad dramática y enorme riqueza artística. A ello añadimos, muy bien producida, con una bella escenografía presencial, atractivo vestuario de época, impecablemente interpretada. Un montaje redondo, que merece más permanencia en cartelera.

Concluye el experimentado director y gestor cultural “Se trata de una pieza dramática perfectamente tramada, construida para otorgarnos el placer del teatro; una historia que nos va revelando una parte de lo que hacemos los hombres y las mujeres en el mundo, eso siempre nos resulta interesante, qué hacen los demás”.



El teatro es de todos. ¡Asista!


Absolutamente recomendable.



El inspector llama a la puerta. De: J. B. Priestley.

Dirección: Otto Minera.

Actuación: Carlos Aragón, Lourdes Gazza, Pedro Mira, José Ramón Berganza, Leilani Ramírez, David Villegas y Helena Aparicio.

Diseño de escenografía y vestuario: Edyta Rzewuska.

Diseño de iluminación: Patricia Gutiérrez.

Diseño de escenofonía: Joaquín López “Chas”.

Diseño y realización de maquillaje y peinado: Aketzali Reséndiz.

Productor general: David Villegas.

Producción ejecutiva: Fabiola Núñez.

Asistencia de producción: Laura Amezquita.

Asistencia general: Kenia Negrete

Teatro Orientación. Centro Cultural del Bosque, a espaldas del Auditorio Nacional.

Metro y metrobus Auditorio. Hasta el17 de julio.

Jueves y viernes 20, sábados 19, domingos 18 horas.

El costo de los boletos es de $150.00 y pueden adquirirse en las taquillas del teatro y a través del sistema Ticketmaster. Descuentos habituales.


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