Alguien que viene a contar su historia. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.
- eseperches
- 13 oct 2021
- 7 Min. de lectura

A través de sus historias pasadas, Kassandra nos explica nuestras historias presentes:
las nuestras insoportables guerras,
las nuestras infortunadas Troias
Sergio Blanco
Casandra es hija de Príamo y Hécuba de Troya; Kassandra no es, aquel personaje que conocemos de las tragedias griegas. Kassandra es un joven marginado que habla en una lengua que apenas conoce para contar su propia historia… Pero las palabras no son lo único «que dice» en este monólogo escrito por Sergio Blanco, la barrera del lenguaje es superada por la carga emocional que envuelve la historia de esta heroína que ilustra algunas de las problemáticas político-sociales más importantes del mundo contemporáneo, como la violencia, la migración, la discriminación, la clandestinidad y el exilio.
A partir del mito de Casandra, Sergio Blanco escribe en una lengua que no es la suya, un monólogo en el cual la heroína troyana en su precario inglés de migrante contemporánea, vendedora de productos de contrabando, nos cuenta su historia y desmitifica su propio mito.

La dificultad de habitar un mundo en el que ser diferente supone una desventaja. Kassandra
En la mitología griega, Cassandra (la que enreda a los hombres, o hermana de los hombre) era hija de Hécuba y Príamo, reyes de Troya. Casandra fue sacerdotisa de Apolo, con quien pactó, a cambio de un encuentro carnal, la concesión del don de la profecía. Sin embargo, cuando accedió a los arcanos de la adivinación, Cassandra rechazó el amor del dios; este, viéndose traicionado, la maldijo escupiéndole en la boca: seguiría teniendo su don, pero nadie creería jamás en sus pronósticos. Tiempo después, ante su anuncio repetido de la inminente caída de Troya, ningún ciudadano dio crédito a sus vaticinios. Ella, junto con Laocoonte, fueron los únicos que predijeron el engaño en el caballo de Troya.
Apolo amaba a Casandra infinitamente pero, cuando ella no le correspondió, él la maldijo: su don se convertiría en una fuente continua de dolor y frustración, ya que nadie creería sus predicciones.

Aunque Casandra previó la destrucción de Troya, la muerte de Agamenón y su propia desgracia, fue incapaz de evitar estas tragedias, tal era la maldición de Apolo. Su familia creía que estaba loca y, en algunas versiones, la mantuvieron encerrada en casa o encarcelada, lo que la hace enloquecer. En otras versiones, simplemente era una incomprendida.
El “síndrome de Casandra” es un concepto usado para describir a quien cree que puede ver el futuro, pero no puede hacer nada por evitarlo. Por ejemplo, en la película Doce monos. la doctora Kathryn Railly investiga este síndrome y a quienes lo sufren.
En la película de Woody Allen Poderosa Afrodita, Casandra aparece como uno de los personajes, avisando al protagonista de su mal futuro.
En 2013, la dramaturga mexicana Silvia Peláez escribe su obra teatral Visiones o el complejo de Casandra, en la que la protagonista es una periodista de televisión, ambientalista, que tiene el poder de predecir eventos terribles pero nadie la toma en cuenta, hasta que, presionada por subir el índice de audiencia del programa, realiza un acción límite frente a las cámaras. La autora hace un paralelismo entre el Jefe de la periodista con Apolo, y el compañero de trabajo, Ayante, con Áyax. En una primera versión, la obra se presentó en lectura dramatizada en el Teatro La Gruta del Centro Cultural Helénico en 2013.

Sergio Blanco es uno de los dramaturgos uruguayos con mayor proyección internacional. Sus obras han sido estrenadas en diversos países. Su formación académica comienza en Uruguay donde estudió filología. Tras recibir una beca por la Comédie Française, se instaló en París para realizar estudios de dirección teatral y puesta en escena.
El dramaturgo ha contado que sus primeros vínculos con el teatro se establecieron desde muy pequeño. Hay dos episodios en su infancia que lo marcaron considerablemente, ambos sucedieron cuando tenía ocho o nueve años. El primero tiene que ver con la liberación del padre de su mejor amigo, un prisionero político durante la dictadura. El día que fue liberado, sus padres compraron una bandeja de masitas para que se las llevara. Cuando la puerta de la casa se abrió, quedé aterrado con el estado físico de aquel hombre: parecía un cadáver. Blanco estaba aterrorizado ante aquella imagen. Pero pese al horror que sentía, tuvo que disimular todo el tiempo. El dramaturgo piensa que aquella fue su primera escena de teatro. Por aquel tiempo, se produjo el segundo episodio clave. Fue la noche que sus padres lo llevaron, por vez primera, al teatro, a ver El burgués gentilhombre de Molière. Recuerdo el momento en que se levantó el inmenso telón y recibí de golpe toda la luz que venía de la escena. Inmediatamente, sentí que se abría ante mí un nuevo mundo. Y a medida que la obra fue avanzando, me fui dando cuenta de que ese nuevo mundo que se desarrollaba delante de mí era mucho más interesante, más bello y más intenso que la vida real. Ha declarado el exitoso dramaturgo con proyección internacional. La aparición de aquella luz fue un momento de revelación; a partir de ese instante no volvo a ser el mismo. De alguna manera, esa luz fue su entrada en el teatro.

Su investigación artística con la autoficción se inauguró con la escritura de Kassandra. La autoficción reúne en un mismo relato datos biográficos reales y datos biográficos inventados, y en el teatro coexisten la verdad y la mentira en un mismo soporte y en un mismo tiempo. Tanto la autoficción como el teatro, hacen un poco lo mismo: confunden el ser y el no ser. Creo que esta es la razón por la cual el teatro se lleva tan bien con la autoficción.

La escritura de Kassandra surgió durante una estadía en Atenas adonde fue invitado para el estreno de su pieza Slaughter. Tuvo que pasar varios días en la capital griega y estaba muy solo. Una mañana, se desperté y pensó que lo único que podía tener en común con Esquilo, Sófocles y Eurípides era escribir una pieza de teatro en Atenas. Con solo dos días de estancia, salió temprano a caminar, con un mapa de la ciudad en la mano. Fue escribiendo en las calles del mapa todo lo que se le iba ocurriendo en las calles reales del itinerario. Poco a poco, el mapa empezó a quedar oscuro de texto. Cuando regresó al hotel, tenía casi toda la pieza escrita en el mapa. Era un monólogo y escrito en inglés, una lengua que desconoce. En cierta manera, Kassandra es una pieza que me fue dictada por la propia ciudad. Son palabras de Blanco. No es una obra que escribí en Atenas, sino una obra que Atenas escribió en mí.

La escribió en inglés porque sintió que para hablar de los temas que quería abordar, tenía que hacerlo en esa lengua. Quería hablar del destierro, del exilio y del desarraigo, entonces supo que el personaje tenía que hablar en una lengua que no fuera la suya, sino que fuera una lengua de sobrevivencia. El inglés que habla Kassandra es muy precario y, al mismo tiempo, muy roto. Si Kassandra habla un inglés dañado, roto, deshecho, es porque ella también está hecha trizas. Su lenguaje dañado está mostrando las roturas del personaje.
¿Monólogo, unipersonal, Stand up?. Blanco siempre ha considerado Kassandra como un monólogo de alguien que viene a contar su historia, y cada momento se acerca mas Simplemente eso. Sin lugar a dudas, hay un componente trágico en la historia de Kassandra, y eso le confiere al personaje un carácter mítico y, al mismo tiempo, lo ubica en el lugar de una heroína. Es el relato mítico de una heroína. Y es justamente la presencia de estas tres nociones relato/mito/héroe lo que vuelve a Kassandra un personaje profundamente seductor.

Red Creativa presenta Kassandra, protagonizada por Emiliano Ulloa en donde el dramaturgo y director teatral radicado en París, propone una Casandra contemporánea: una chica trans, prostituta y migrante, que vende productos de contrabando afuera de un bar clandestino. Un personaje femenino lleno de matices que habita el cuerpo masculino con inconformidad y habla un idioma que no es el suyo.
Con esta pieza teatral, Blanco aborda temas como el destierro, el exilio, la vulnerabilidad de las y los migrantes, la libertad sexual y la dificultad de habitar un mundo en el que ser diferente supone una desventaja.
Emiliano Ulloa, joven con trayectoria, presta su cuerpo, voz y alma a este personaje femenino con el cual recorremos la marginalidad en la que sobrevive con un inglés precario, en el que narra su historia, la cual sigue siendo relevante hoy en día.

Luis Eduardo Yee, autor de Manada, Mandíbula, o DHL, entre otras, toma la batuta de la dirección de esta pieza teatral que convierte a esta heroína de Troya en una migrante de nuestro tiempo. Llevar a escena Kassandra ha sido uno de los retos creativos más divertidos y conmovedores a los que me he enfrentado. Es hablar de lo reconocible desde lo ajeno. Es una hermosa invitación a escuchar y a reconocerse, afirma el también actor, director y dramaturgo.
Llevar a escena Kassandra con este equipo de trabajo está siendo la confirmación de que los mitos son cuestionables, vigentes, renovables; y que el transcurrir del tiempo modifica la forma en que vemos lo ya sucedido, y frente a ello tenemos la oportunidad de mirar nuestro presente con otros ojos, y -ojalá- imaginar futuros mejores para todes”.

Sergio Blanco es uno de los dramaturgos contemporáneos de habla hispana más reconocidos en la actualidad. Su teatro le ha valido entre otros premios, el Premio Nacional de Dramaturgia del Uruguay, el Premio Nacional de Dramaturgia de la Municipalidad de Montevideo, el Premio del Fondo Nacional de Teatro, el Premio Florencio al Mejor Dramaturgo y el Premio Internacional Casa de las Américas, etc.
La escritura me permite pensar el mundo, pensarme, pensar las cosas y las personas. Yo no sé hacer otra cosa. Lo único que sé hacer es leer y escribir, nada más. Entonces me dedico el día entero a eso. Y además es la mejor manera que encuentro para combatir el miedo a la muerte, al paso del tiempo, a las separaciones… Cuando escribo dejo de tenerle miedo a todo eso. Es un acto de una soledad extrema pero que tiene una profunda fe en que habrá alguien que vendrá más tarde a leer lo que uno ha escrito. Siempre escribo pensando en alguien – que no es nadie en particular –, pero en quien tengo esperanza.
Sergio Blanco.

El teatro es de todos. ¡Asista!
Absolutamente recomendable.
Kassandra. De: Sergio Blanco.
Dirección: Luis Eduardo Yee.
Actuación: Emiliano Ulloa.
Lunes y martes 20:30 horas. Hasta el 9 de noviembre,
Foro Shakespeare, Zamora 7 Colonia Condesa. Metro Chapultepec
El costo del boleto es de $ $250 y se puede adquirir en la taquilla del recinto y en https://boletos.shakespeareycia.com/Kassandra




Comentarios