Adiós, Carretera 45. Texto y fotos de obras: Salvador Perches Galván
- eseperches
- 7 feb 2022
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En la primera década del presente siglo, Ciudad Juárez mandó un regalo al otrora Distrito Federal: un grupo de “teatreros” activos que decidieron crear su propio foro. A finales del 2012, actores, dramaturgos y directores crearon el Centro Cultural Carretera 45, espacio alternativo al circuito cultural oficial.
El nombre se tomó de la carretera federal 45 (o carretera Panamericana), que atraviesa la República Mexicana desde Hidalgo hasta Chihuahua, lugar de origen de varios de sus fundadores, inspirados por el común denominador geográfico: “Adquirimos este nombre como emblema, debido a que nuestra propuesta artística se enfoca en distintos estados de la República Mexicana y no solamente de la capital”. Antes, como compañía, se llamaron Alborde Teatro. Alborde Teatro fue originaria de Ciudad Juárez comandada, principalmente, por Rodolfo Guerrero y Antonio Zúñiga, dos hombres dedicados enteramente a las artes escénicas, enamorados de su oficio, quienes salieron del norte más hostil para crear espectáculos con la sintonía del texto con el flujo social, con la cotidianidad y el ritmo del presente.
Alborde Teatro dejó de existir para renacer en la Ciudad de México con el nombre de Carretera 45.
Con más de dos décadas de trayectoria, la agrupación se mudó a la Ciudad de México desde 1999, por lo que imprimió su fuerza en los signos, lenguajes, motivos y estructuras que le dio el teatro fronterizo y que buscó horizontes en otras latitudes. Prueba de ello es la inauguración de su propio teatro en la Colonia Obrera, en noviembre de 2012.
Desde su creación, Carretera 45 fue uno de los esfuerzos más osados en el teatro mexicano actual. Desde hace muchos años, en 2001, para Alborde Teatro, construyeron una carpa teatro, con el apoyo del programa de teatro escolar, para llevar teatro a las pequeñas comunidades de Chihuahua, y así lo hicieron mediante una gira por toda la sierra de Chihuahua, con su teatro desmontable. En ese tiempo lograron hacerse de equipo, aunque insuficiente, de iluminación, sonido, incluso multimedia. En la casa de la obrera arrancaron con ese equipo, contaron con infraestructura técnica para arrancar, pero no con recursos para pagar nómina.

Carretera 45 fue un centro cultural independiente dedicado a la difusión de las artes escénicas ubicado en la colonia Obrera; se constituyó como un espacio promotor de teatro dentro de una comunidad en la que, por lo regular, no hay actividades de este tipo.
En palabras de los actores y directores que formaron parte del proyecto, Carretera 45 fue un compromiso artístico, cultural y social.
Antonio Zúñiga, Rodolfo Guerrero, Yolanda Abbud, Gilberto Barraza, Sandra Rosales, Gustavo Linares y Margarita Lozano encontraron un pequeño espacio en la Obrera, a espaldas del metro San Antonio Abad, dirección Taxqueña, ideal para que sólo 50 personas pudieran intimar con la puesta en escena.
El proyecto buscó generar nuevos públicos y acercar a la gente de las colonias cercanas al recinto. Para ello, sus creadores eligieron obras críticas con una propuesta estética de pequeño formato. A las funciones se sumaron talleres de actuación y dramaturgia, todo con el ánimo de difundir la cultura en una zona de escasa oferta artística.
El teatro se construyó con material reciclado de sus propias obras, un muro fue la pared de Pancho Villa y los niños de la bola. Las tarimas donde se sentaba la gente son otra escenografía y las paredes del teatro estaban forradas con las paredes que utilizaban en Mara o de la noche sin sueño.

Todos hicieron de todo; fue construido por los actores, con las manos de los actores. El proyecto, literalmente, fue levantado con sus propias manos. Barraza realizó las modificaciones al techo, escaleras, segundo piso, entarimado, gradas y vestidores de la casa restaurada. Lo diseñó y lo construyó junto con los demás, con sus propias manos, todos participaron pintando.

En el arranque, Margarita Lozano hizo lo ejecutivo, lo secretarial, estuvo en la cafetería y actúa; Abraham Jurado hizo la difusión, también fue técnico y actúa y dirige; Gilberto fue jefe técnico; Yolanda Abbud poeta y actriz, recibía al público en la taquilla; Rodolfo coordinó todo lo artístico junto con Zúñiga, además de actuar y dirigir; Sandra Rosales dirige, y se encargaba de todo lo relativo a la Tesorería, todo lo administrativo, y también actúa. Y los muchachos, tres o cuatro jóvenes, fungieron como técnicos y también actuaban.

Su cartelera mayoritariamente, estuvo conformada por obras escritas, dirigidas y actuadas por ellos mismos, pero tuvieron muchos invitados especiales, tanto nacionales como extranjeros, como Los Colochos, compañía independiente que presentó Mendoza, una adaptación de Macbeth situada en la revolución mexicana.
Luego de nueve años de ofrecer una oferta cultural única en la colonia Obrera, Carretera 45, cerró de manera definitiva ante la imposibilidad de obtener recursos para su permanencia. El domingo 30 de enero ofreció su última actividad, una obra de teatro de alumnos y alumnas del “Diplomado formativo cercanías con el barrio”.

El pago de renta de 29 mil pesos mensuales, les impidió seguir operando. Por un tiempo, el alquiler se resolvía gracias al estímulo México en Escena, pero el año pasado no fueron elegidos y este año la convocatoria no ha salido, por lo cual fue imposible esperar seis meses sin recursos.
Es justo reconocer que el propietario del inmueble redujo la renta al 60 por ciento durante los primeros años de la pandemia, pero este año regresó al 100, y la compañía carecía de recursos para solventarlo.

Oriundo de Uruapan, Michoacán Christian Cortés, en su momento el más joven integrante de Carretera 45, en la prepa, pertenecía al grupo de teatro. ¿Casualidad, causalidad?, conoció a la compañía, dirigida por el maestro Luis de Tavira, en una muestra estatal de Teatro en Michoacán. A los 17 años fue a ver La honesta persona de Sechuan, fue su primer contacto con el teatro profesional y quedó impactado. Al poco tiempo conoció a Zúñiga y a Rodolfo, que empezaron a darle clases, se hizo un grupo, un diplomado, y un par de montajes. Después vino Mara o de una noche sin sueño, a la que lo invitaron a participar como actor, en el DF. En ese tiempo terminó la prepa, agarró su maleta y se vine a trabajar en Mara… en el 2008.
Este es el comunicado de prensa que anuncia el cierre el espacio:
Por medio del presente comunicado, nosotros, el Centro Cultural Carretera 45 Teatro AC, anunciamos el cierre definitivo de este Espacio Cultural Independiente de la Ciudad de México dedicado a las Artes Escénicas. El día de hoy finalizamos las actividades con los alumnos y las alumnas del “Diplomado formativo cercanías con el barrio”, quienes presentan una obra como resultado de su proceso de aprendizaje.

Han sido nueve años en los cuales hemos trabajado constantemente para acercar el teatro a la comunidad de la colonia Obrera, en este largo tiempo han pasado por nuestro escenario cientos de personas creadoras a las cuales les damos las gracias de todo corazón ya que su huella quedará de forma contundente en la historia de nuestra estadía como un foro teatral que sirvió como recinto para la concreción de las labores artísticas de muchas y muchos convirtiéndose en una casa abierta a todos y todas.
También queremos dar las gracias a los y las personas espectadoras que han ocupado una silla en alguna de las miles de funciones que cobraron vida en este tiempo, a las personas habitantes de la colonia Obrera por recibimos tan cálidamente integrándonos a su cotidiano.
Gracias a las personas que formaron parte de estos nueve años del Centro Cultural Carretera 45 Teatro, aportando su labor, esfuerzo y tiempo para sostenerlo. Muchas gracias también a todos los Espacios independientes que se mantienen en la lucha para no cerrar sus puertas. Cada que un teatro cierra, se apaga una estrella.
Todas y todos los que formamos parte de la operatividad de este Espacio: Irais Ríos, Carlos Huerta, Sharon Cash, Pedro Benítez, Héctor Ortega, Carmen Ordoñez y el que escribe este comunicado, deseamos de todo corazón que no se apague una estrella más. ¡Que viva el teatro!
Christian Cortés
Director y representante legal del Centro Cultural carretera 45
Cortés, también afirmó que buscarán un inmueble con renta más accesible, o encontrar un comodato y poder seguir funcionado.

Durante su breve historia, la institución participó en importantes coproducciones, por ejemplo, con el INBAL realizó La boda de los pequeños burgueses de Bertolt Brecht e Historias comunes de anónimos viajantes de Antonio Zúñiga.
Por primera, y única vez, Luis de Tavira dirigió a la compañía estable de Carretera 45 y a vecinos de la colonia Obrera en una interpretación libre de Antonio Zúñiga y del propio De Tavira de La boda de los pequeños burgueses, una versión barrial del original de Brecht, cuya fiesta se desenvuelve en un salón del corazón de la Obrera. A ella llegan distintos invitados inesperados, lo que convierte a dicho acontecimiento en un verdadero desastre, entre muebles rotos y carteras robadas.
Historias comunes de anónimos viajantes, escrita y dirigida por Antonio Zúñiga, se desarrollaba en un camión urbano que salía del Centro Cultural Carretera 45 junto con los actores y el público a bordo. Cada personaje abría su mundo interior durante el recorrido por el barrio de la colonia Obrera.

Otros montajes memorables en Cultural Carretera 45: Casa Calabaza de Maye Moreno (obra ganadora del Certamen Nacional de Teatro Penitenciario 2014), bajo la dirección de Isael Almanza; Otelo para tres Yagos de Óscar Serrano Cotán y Mónica Perea, dirigida por Serrano Cotán; El apocalipsis ranchero de Remi Jackson, escrita y dirigida por Fernando Huerta Zamacona, y León de Francis Monty, dirigida por Hugo Arrevillaga.

Otro montaje de la compañía, para la memoria, lo fue Lo que soñé ese día que me quedé dormido bajo el puente. La sensación de absoluta soledad en la que viven miles y miles de habitantes en las grandes ciudades es una de las problemáticas que el teatro contemporáneo explora con frecuencia. Estos sentimientos de aislamiento, anonimato, e invisibilidad son los que inspiraron a Antonio Zúñiga para escribir la obra, con absoluta franqueza y crudeza.

Dirigida por José Alberto Gallardo, el polémico y escandaloso montaje se estrenó en el Teatro el Galeón y posteriormente tuvo una temporada en la sede de la compañía: Carretera 45
Y qué decir de las coproducciones internacionales. Recordamos dos, con especial entusiasmo:

La compañía, en colaboración con la colombiana Prisma Teatro, discutieron sobre la basura, no como desecho orgánico o inorgánico que arrojamos al mundo, sino la suerte de entramados que dejamos dentro de él y de nosotros en la puesta en escena La Epopeya de los Recicladores, proyecto apoyado por Iberescena y el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, creación de Antonio Zúñiga, dramaturgo, director y también actor. En este trabajo, en donde se abordó el problema de la mafia de la basura en Latinoamérica resonaba la voz de Shakespeare.
La epopeya de los recicladores procede enérgicamente de Shakespeare, y los personajes son los de Shakespeare, Ofelia, Titus, Enrique IV, Ricardo III, Romeo y Julieta, el Moro etc.

La particularidad de este proyecto es que se realizó binacionalmente, es decir, participaron actores de Colombia y actores de la Ciudad de México, de Carretera 45.
Una idea que es recurrente de los dos países, es, lamentablemente el problema de la basura, Bogotá y México, y todas las grandes ciudades, tienen más o menos la misma problemática con relación al uso y al desuso, al reuso y a la explotación que conlleva el uso de la basura.
La compañía pidió que la gente que tuviera ropa usada para tirar se la dieran, y la llevaron, y con ella se armó el vestuario; pidieron que los ayudaran con escobas y les regalaron escobas, y esas formaron parte de la utilería, botes. El suelo era de cartón, fueron a una distribuidora de cartón de la que juntan los pepenadores, y les vendieron 120 pesos de cartón, y con esos 120 pesos de cartón hicieron un piso que maravilloso, precioso. Utilizaron tarimas de Carretera 45 de reúso, y también para la iluminación usaron los mismos recursos de lámparas, los mismos botes transparentes etc. es decir, hicieron una obra de reciclaje.

En cualquier ciudad del mundo el problema de la basura atrae consigo historias de desigualdad, violación y del uso del poder de ciertas componendas políticas. En La epopeya de los recicladores Antonio Zúñiga puso el centro del debate no estas componendas; sino en revalorar la pregunta esencial de qué hacer con la basura.
Lo que más me entusiasma de todo el montaje, afirmo Zúñiga en su momento, es ver el pequeño espacio de Carretera 45 abarrotado de actores, hay 14 actores en escena, y caben perfectamente, y además caben también 35 espectadores. Hacer una obra así, en multitud, me entusiasmó muchísimo dentro del pequeño espacio de carretera.

La gente fue un proyecto que nacióa iniciativa y conocimiento de Bárbara Colio quien conoció al grupo Pérez&Disla integrado por Juli Disla y Jaume Pérez, que tenían este proyecto montado en España y que después también montaron y trabajaron en Chile. Colio intuyo que el proyecto le quedaba perfecto a Carretera 45 por su dinámica, la naturaleza de carretera de estar en el barrio, de hacer teatro para el barrio, y para la gente. Le mandaron el texto a Zúñiga, lo leyó, vio el proyecto, coincidió con Bárbara y de ahí nació la triada, Perez&Disla, Carretera 45 Teatro y Barco Drama Teatro de Bárbara Colio. La compañía participó también con la producción y trajeron a los españoles, que a trabajaron con Carretera 45 mes y medio casi dos meses estuvieron en residencia en la sede de la compañía y de ahí nació La gente como proyecto artístico.
La gente, nos compartió en su momento el actual director del Centro Cultural Helénico, habla de la gente, de lo que somos, de los que vivimos, de los que caminamos en la calle, de los que habitamos este país, y de los que tenemos la intención de hacer cosas para transformarlo, de eso trata, es una reunión de vecinos, una reunión vecinal, una reunión en la que se intenta conseguir un objetivo común: crear una plataforma de cambio de transformación y a eso es a lo que invitamos al público. Esta experiencia nos ha ayudado a crear nuestra propia identidad, a valorizar nuestra identidad y a reforzarla.

La intención de Carretera 45 Teatro fue, durante su casi década de vida, conformar un teatro de barrio y establecer vínculos con distintos espacios independientes de la capital. El Centro Cultural Carretera 45 Teatro se ubicó en Juan Lucas de Lassaga 122, colonia Obrera. ¿Por qué en la Obrera?
En su momento así lo explicó en un comunicado uno de sus principales artífices: Antonio Zúñiga:
“Nosotros siempre hemos hecho un teatro que habla sobre los temas que nos conciernen a la sociedad mexicana, que nos conciernen como personas involucradas en este momento, en este espacio político, social, en el que vivimos en México. Y entonces, ese teatro es en muchos sentidos rijoso, un tanto golpeador, busca una especie de impacto social frente a la idea, muy tradicional de Aristóteles, de crear una catarsis con el espectador. No hay vuelta de hoja, no somos innovadores en ese sentido, pero somos persistentes. Y entonces, trabajando sobre esto, no nos correspondía irnos a Polanco, ni a Santa Fe, ni a Coyoacán. Nos correspondía venirnos a la colonia Obrera, donde nuestro teatro encontrara un espectador referencial idóneo. Aquí en Tlalpan están las sexoservidoras y los sexoservidores, y la gente tiene la idea de que es difícil vivir aquí en la Obrera, o que por lo menos es una colonia conflictiva”.

La colonia y sus habitantes los recibieron bien, al principio con un poco de sorpresa, con el tiempo asistieron a sus funciones, en donde tenían 50% de descuento con la credencial de elector que probara que eran vecinos del barrio.
El lugar abrió un espacio a compañías independientes seleccionadas por convocatoria y ofreció talleres artísticos que contribuyeron a la reflexión y exploración escénica contemporánea.
El reto principal fue lograr que los habitantes del barrio asistieran a ver las puestas en escena mediante proyectos muy enfocados a lograrlo y a un lenguaje que popular. Ampliar el espectro a la gente de a pie, a los barrios de la colonia, fue siempre la prima que orientó los trabajos de los creadores y docentes de Carretera 45.
Talleres recurrentes fueron, teatro de dramaturgia para principiantes, teatro social educativo, clown y estética y dramaturgia posdramática, también talleres de bailes de salón, hip hop, ballet para niños, danza aérea y yoga.
La casa de la obrera, fue un teatro abierto a la coparticipación, a los grupos independientes, a los jóvenes que egresan y no tenían espacios para presentarse, un teatro para la gente.
Durante el periodo más agresivo del confinamiento, conversamos con Christian Cortés, sobre la propuesta escénica virtual, de la compañía, Correspondencias entre desconocidos: Acto colectivo de resistencia contra el olvido.
El compromiso y el enfoque que hemos adquirido como compañía desde hace siete años, contigo y con todo el público que nos ha seguido hasta el día de hoy, nos lleva a este nuevo puerto.

El montaje online muestra a tres seres discriminados que habitan su soledad, su autoexilio, sus poéticas y rituales cotidianos, mientras se cuestionan el sentido de su existencia durante el transcurso de un año y descubren que, a la distancia están interconectados por una red de metáforas, rituales y objetos que dan testimonio y veracidad de su historia de vida.
El texto escrito por Saremi Moreno y dirigido por Christian Cortés, contó con las actuaciones de María Elena Olivares, Humberto Yáñez y Lilie Khavetz;
“Empecé a dirigir Carretera 45 desde enero del 2020 con todo el ánimo y todas las ganas, y empezaron a suceder cosas, enero-febrero fueron meses, aunque inicio de año, fueron buenos meses, conseguí lo que hasta ahorita nos está manteniendo como espacio a nivel recurso. En marzo ya no se pudo salir de casa, y tenía ya compromisos y proyectos de este apoyo que conseguí al inicio de año y tenía que darle salida por algún lado, porque el dinero no iba a seguir fluyendo, uno se quedó en casa, pero la renta y las pequeñas nominas que tenemos, tenían que seguirse solventando”.

Crónica de un cierre anunciado:
“Carretera 45 es miembro de RECIO, que es la Red de Espacios Independientes de la Ciudad de México, somos 11 espacios que estamos ahí y tres de estos espacios, incluido Carretera 45 estamos en la cuerda floja. Porque no ha habido apoyo de nada, absolutamente de nada, el gobierno no ha sacado un peso para los espacios independientes, ni el gobierno federal, ni el local. Todo son placebos, todo son promesas, solo atienden a individualidades y no entienden que no es una individualidad sino un colectivo que conforma el espacio escénico, el centro cultural, el foro de teatro, la sala. No es una persona, es un equipo y tener un espacio requiere aparte de personas, pagar muchas facturas mensuales.
Y no les importa, están invirtiendo millones y millones en el Corredor Cultural Chapultepec, en el teatro Cosmos que se está llevando 50 millones de pesos. En RECIO hemos pedido 5 millones para salvar 11 espacios y ha sido una negativa nos han dicho no. No hay dinero, no hay dinero, no hay dinero. Es lamentable porque están dejando a un lado totalmente el acceso, el derecho a la cultura. Obviamente uno entienden que estamos en una emergencia sanitaria y hay prioridades, no estamos pidiendo nada que en la transparencia del ejercicio del recurso no exista, sí existe, pero no les importan los espacios culturales, no les importan y menos los independientes.
Es una burla horrible, es un cero escucha, no les importa nada. Los espacios dan muchos empleos, no son solamente una persona o dos, si sumas la cantidad de personas que trabajan en los espacios independientes tan solo de la Ciudad de México, da empleos a miles de personas, a cientos de familias, no solo son actores, actrices, vestuaristas, maquillistas, diseñadores, escenógrafos, también son los técnicos, también son las personas que se hacen cargo de las cafeterías, de taquillas, acomodadoras y acomodadores, las personas que hacen la limpieza, todo mundo”.
Poco mas de un año se adelantó Cortés al final advertido.

Fenómeno fue la última obra que pudimos ver en la entrañable casa de Carretera 45, a la que tuvimos oportunidad de asistir desde su nacimiento y que lamentamos profundamente su pérdida, como lo es el cierre de cualquier foro o teatro, de la capital o del interior de la república, ante la mirada indiferente de las autoridades, tanto federales, como locales, únicamente interesadas en “crear” proyectos con los que pasen a la historia, como la dupla Fox-Bermudez con su biblioteca, por citar solo un ejemplo, que, sin duda la lista crecerá en final del gobierno de la cuarta transformación




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