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Véanlo con humor, no con tragedia. Por: Salvador Perches Galván.

Actualizado: 14 mar 2020



Cuando mi hija Julissa montó la obra de teatro

Este es mi nuevo show, cantaba una canción que decía:

“La madre de mi madre fue herida por la suya.

La mía fue deformada por la suya y ahora

yo soy un producto de ellas dos”.

Rita Macedo.


Así comienza la afamada actriz, productora y directora, Rita Macedo, sus memorias. Cecilia Fuentes Macedo, su hija menor, producto de su matrimonio con el escritor Carlos Fuentes, las recopiló y editó, y luego de poco más de un cuarto de siglo de la decisión de la actriz de poner fin a su vida, a finales del año pasado vio la luz el libro Mujer en papel, luego de un trabajo largo y exhaustivo.


Larguisisímo, afirma la autora de la publicación, 26 años de espera contra todo mundo, y el trabajo de tener que reinventar todas las cartas y convertirlo a la voz de mi mamá, quien dejó solo la mitad del libro, la otra mitad hubo que completarla pero cómo Silvia (Lemus) no me deja usar las dichosas cartas de mi papá a mi mamá, porque decían cosas fuertes, entonces tuve que, no inventarlo, convertir 10 cartas a una sola y contarlo como si mi mamá estuviera diciendo: me escribió y me dijo esto, aquello y lo otro.



El libro es excelente, porque no se notan las costuras. La parte medular del libro son las memorias que Macedo compartió con su hija.


Me dictó un año, el año que murió, 1993, todo el año estuvo escribiendo y yo se lo pasaba en limpio, y cuando llego a lo de mi papá se trabó, que fue en diciembre y a las 3 semanas, bay, bay. Nunca superó a mi papá, hasta ahorita.


Nunca superó perder a toda la gente de ese mundo que tanto le gustaba, intelectual y pensante, y tener que regresar a Televisa, y al medio artístico le pareció horrible, pero no le quedó de otra.


Desde muy joven, Rita Macedo dio muestras de tener el gusto, el impulso por traer a la vanguardia del teatro de su momento, y muy al margen de ser una estrella, que lo fue, siempre tuvo esta parte culta.


Yo creo que desde el internado, que se robaba los libros prohibidos, tendría 8, 12 años ya tenía curiosidad de saber más de lo que se debía. Y en cuanto pudo y conoció el teatro y con la ayuda de Manolo Fábregas y de Ernesto Alonso, que también tenían la curiosidad, fueron y compraron las cosas más vanguardistas y extrañas, la gente en este país salía corriendo del teatro, no entendían nada, pero fue necia en ponerlo y en hacerlo. Entonces, cuando apareció mi papá fue: por fin alguien pensante que entiende de qué estamos hablando.


Y si, si se adelantó a muchas cosas y yo creo que ayudó a Julissa también a que hiciera muchas de esas cosas que apenas va dando cuenta ella.



La hija primogénita de Macedo y de Luis de Llano Palmer, dos pilares del espectáculo mexicano, Julissa, en un ámbito más comercial, ha hecho grandes aportaciones al espectáculo en México, por ejemplo, formó a muchas generaciones de espectadores y siempre estuvo la mano de Rita Macedo, por ejemplo, su diseño de vestuario era excelente.

Sí, le encantaba a mi mamá. Hizo todo el vestuario de Vaselina, ayudo un poquito en José el soñador, pero Vaselinaera su mero mole, hacía todo, todo.


La inolvidable falda azul de Sandy, con su perrito french bordado fue creación de Rita.


Esa fue la primera pero de ahí en adelante desde la versión de Julissa, hasta la de los niños, ella estuvo encargada del vestuario, y de Cachún cachún también. Le encantaba el vestuario, lo único que no le encantaba a mi mamá era la actuación. Actuar no le gustaba, dirigir si, adaptar si, y coser, por más que repelara, le encantaba. En la casa siempre estaba el maniquí a mitad de la casa, que era terrorífico, de por sí, la casa era como de fantasmas y sigue siendo. Cruzar la sala con el pinche maniquí, ¡Ay qué miedo!, si corrías, seguro te ibas a enterrar un alfiler en los pies, ¡horror!.



Yo tengo terror, no puedo andar descalza, nunca más pude andar descalza, y sigo con el terror de que me voy a enterrar un alfiler en el pie.


Declaración sorprendente, dado que siempre se ha reconocido a Rita Macedo como una excelente actriz, estuvo con Buñuel, con Ripsteín, con los mejores de la época de oro, y amadrino los debuts de aquella prolífica y talentosa generación de los 70’s.


Yo no creo que fuera tan buena actriz, confiesa Fuentes, a mí no me gusta cómo actuaba. Después de Londres mejoró, porque aprendió técnicas y otras cosas, pero yo veo las películas, no todas, las voy a ver ahora y el tono es igual de exagerado que todas, melodramático, horrible. Tenía buena fama.


Y Buñuel tampoco la quería tanto, ella lo quería mucho. Pero por mi papá le daba chance de entrar y porque ella estaba necia en voy a hacer esto, aquello y lo otro. Pero, como decía Buñuel, por ahí lo pone: Que mejor hable con los ojos y que trate de no inventar más historias porque le sale lo malo.


Bellísimas si era, de eso no repelo. Veo sus fotos y veo cómo cambia, de vieja me parece que es más guapa que de joven, por ahí de sus 40, 50. La veo y digo ya casi tenemos la edad, bueno, me faltan 10 años para tener la edad de cuando se murió, y yo ya la veía bien viejita. Julissa ya la pasó ¡qué susto!.



Si bien Carlos Fuentes le abrió muchas puertas, ella lo apoyo muchísimo.


Ella lo mantuvo 15 años de su vida, él no tenía absolutamente nada. El sillón, siempre decía, el sillón que tenía, que le compró su mamá, y sus libros, es lo único que él tenía y ella se lo llevó y él nunca se enteró ni quién hacía la comida, ni quién limpiaba la casa, ni de dónde salían los muebles, el nada más escribía y escribía.


Ella le puso todo y aparte con la libertad de: Haz lo que quieras, siempre y cuando regreses a casa y yo sea tu consentida de todas, no hay problema, llégale.


A Rita siempre se le vio como una mujer de carácter fuerte, de trato difícil y jamás se pensaría que estaba adscrita a esa figura de mujer abnegada, en el sentido de que aceptará todo tipo de infidelidades.


Pero eso era para asegurar que él estuviera contento y que ella no se quedara sola, si no, no hubiera durado.


Pero nunca fue una mujer abnegada. No. Es la que trabajaba, la que llevaba todo. El nada más jugueteaba a escribir, iba y venía y luego se la llevaba de viaje meses. Pero abnegada nunca fue, y el día que se hartó, agarró sus triques y ya mi, y se fue, desgraciadamente. Yo estaba bien contenta viviendo por todo el mundo y me trajeron aquí a encerrarme en México.


A su tierra natal, Cecilia Fuente nació en México.


Y no me causa gracia. Julissa y Luis pueden agarrar sus papeles de España e irse. Los hijos de mi papá con Silvia, una nació en Washington y el otro nació en París, también podían haberse ido a dónde fuera. La única qué vino a nacer aquí y a quedarse aquí soy yo, ¿por qué yo?.


Cuando mi papá me ofreció en algún momento que si quería que me enterráran en su cementerio de París le dije: ¡Sí, por favor. Aunque sea muerta sáquenme de México!, y luego me quitaron y me robaron el lugar también, ya no estoy en las letras, ya me quitaron, están los dos perros de Silvia en mi lugar. Que triste, es en serio.


Argumentando cuestiones legales, Cecilia Fuentes ha sido despojada de muchas cosas. Las ilustraciones que debía incluir el libro, por ejemplo.


Lo que yo hubiera querido, que no me dejaron hacer, porque salía muy caro pagar tantas fotos, conseguir los permisos, son más hojas. Ya la editora estaba furiosa, que eran 500 páginas así. Entonces le corté al libro un cacho, le dije cuánto quieres que le quité con tal de que me pongas la mitad de las fotos que quiero. Yo hubiera querido que toda la gente mencionada estuviera ahí, porque, ¿cómo sabes quiénes son?, si a mi me costó un huevo conseguir la fotito aunque fuera de internet, imagínate.


Los dibujos autoría de su padre, también fueron excluidos de la publicación.


Si, pero son puros dibujos eróticos. Entonces Silvia dijo: Ningún dibujo erótico y ninguna carta donde diga: Rita mi amor, mi vida. Extraño tus tetitas, tus patitas y tus nalguitas, no, nunca existió mi mamá, prohibido. No entiendo, y por más que le digo a la editora, en las presentaciones por qué no imprimes una de las cartas, en esas cosas no hay problema, sácalas. No quiere, yo creo tiene un trato con Silvia por atrás, que no se deja.



Silvia se volvió una mujer poderosa, que sigue teniendo poder, el poder que obtuvo gracias a su matrimonio con Carlos Fuentes.


La del poder no creo que haya sido ella, ella fue como la sirvienta. Mi papá se volvió un señor muy egoísta que quería llegar hasta allá y para llegar allá necesitaba una manita de gato, una mujer que aguantara lo que hacía y que no le estorbaran los hijos. Mi mamá ya no estaba dispuesta a aguantar eso, prefirió regresarse y Silvia le dijo yo te abro ese camino, yo te llevo y le costó los hijos y le costó todo, y él llegó a dónde quería pero acabaron con todo mundo.


Silvia el poder lo tuvo cuando heredó todo y ya lo tiene todo.


A mí no me pudo borrar. Todo el chiste de esto y mi pleito con ella, es: “Yo te dije: Aquí estoy, aparéceme, invítame, hazme parte de. No quiero nada, sólo que me lleves a las cosas de mi papá. No quiso, entonces pues, con la pena, lo voy a tener que hacer por mi cuenta y está verde”. Ya tuve un pleitazo con ella horrible, apenas nos contentamos. Yo no tengo la culpa de lo que los escritores o los reporteros pongan de ella en las entrevistas, entonces se enojó mucho porque en una pusieron algo de sus hijos, de cómo murieron, y me hablaron a reclamarme, que yo tenía la obligación de pedir una disculpa. Le dije yo ¿por qué?, a mí no me afecta, ustedes búsquenlo. Entonces el novio de Silvia empezó a mandarme mensajes groseros y amenazas. Los bloquee a los dos.


En la FIL de Guadalajara alguien de Canal 22 me entrevistó, que no he visto esa entrevista nunca y dije: tengo miedo porque Silvia trabaja con ustedes y va a decir que no la pasen, y dice: No sabes cuánta gente odiamos a Silvia porque nos quita el presupuesto de todos, a nosotros no nos pueden subir el sueldo porque le tiene que pagar a ella.


Yo le dije a Silvia por qué no me entrevistas a mí y así vas a tener más rating ese día. Vamos a echarnos una entrevista al tú por tú, sin guión, así y vas a ver lo bien que te va a ir, y me vio con una cara de: ¡Que!, ¿quieres que te entreviste?, por qué no, estaría divertido. Dime lo que sea Y yo te digo lo que sea, no hay bronca. Pero no se atreve.



Fue doloroso el proceso, ser la depositaria de las memorias de tu madre, porque saca a la luz episodios difíciles de su vida.


Para mí no fue fuerte, nada. Ella se reía, yo me reía y nos divertíamos mucho. Es mi eterna discusión con Julissa, que para mí es una súper comedia y para ella es un dramón, pero yo estaba con mi mamá cuando lo estábamos haciendo y se botaba de la risa, y yo también, decía que padre, que loquera hiciste, ella lo contaba y se reía y se emocionaba.


Cuando yo le digo a la gente es chistoso, véanlo con humor, no con tragedia porque lo escribió botada de la risa, y por eso me gusta tanto esa portada, porque es como de: les mando un besito, chinguense todos. Está burlándose de ella y de todo el mundo, no es para que vean como sufrí, no, al contrario.


Que Carlos Fuentes fuera un mujeriego, los episodios de prostitución, correspoden perfecto con dichos como “La ropa sucia se lava en casa”, muy en la actitud de asumir el modelo de la perfecta familia mexicana.


Pues allá ellos. Todos eran mujeriegos, no mi papá, todos sus amigos, todos eran iguales, las señoras tomaban el café mientras ella le ponían el cuerno a todas, desde García Marquez hasta mi papá. Y su versión de “La ropa sucia se lava en casa” yo siempre les contestó ya no tengo lavadora, yo voy al río a lavar felizmente y que se entere todo mundo, de todo. Si ya lo hicieron porque tienen que estar calladitos.


Cuando fui con Gustavo Adolfo Infante y por desgracia me puse a ver la entrevista en vivo y lo que la gente ponía, quedé horrorizada, me tragaron viva por todos lados y dices: Ay, que miedo. Por eso estoy aterrada, no vaya a llegar un cristiano a matarme. Que Dios me perdone por fría. Cómo es posible que no sienta nada.


Para empezar ya pasaron más de 25 años, ya está todo mas que asimilado, lo que ya lloramos, ya lo lloramos años. No es frialdad, les estoy contando un cuento, una historia con mucho cariño, y no es por burlarme, ni es por falta de respeto. ¿Cómo dejo a la mamá que se suicidara y se fue a trabajar?. Me han puesto como camote, ¿Cecilia o Cecilio?, qué vieja tan fea y tan grosera.


Para empezar ¿qué hacen viendo ese programa?, están viendo un programa de chismes, y están ellos chismeando peor, y aparte criticándote.

Pues ya ni modo, que me coman viva si quieren, mientras no llegue nadie a echarme un sermón o una pelota en la cabeza.



¿No hay una actitud retadora, provocadora de tu parte?. mucha gente lo puede tomar así.

Si ya lo noté, pero no era así. Ahora ya tengo miedo, al principio no y estaba muy contenta, yo siempre he sido así la gente que me conoce sabe que así soy, que digo barbaridades y hago barbaridades, nunca he buscado sobresalir, ni que me hagan caso, ahorita se dio, pues aprovechemos el momento. Pero siempre he sido hocicona y cañón suelto, eso se lo dije a Silvia desde un principio: ten cuidado porque, a mí lo que me pregunten, lo voy a contestar, y no es por lucirme, simplemente no le veo nada malo, si pasó, pasó y lo digo y se acabó. Esa manera de ella de todo calladito, por eso le fue tan mal, las cosas que se oreen y se lo decíamos en el momento, mejor habla de tus hijos y de sus problemas, vamos a ayudarlos entre todos, nada. La gente no entiende ni Luis entiende.


Consciente o inconsciente, el libro, puede incomodar, como diría Carlos Fuentes, a las buenas conciencias.


Pues allá ellos, que no lo lean, que no lo compren y si quieren, pues que lo lean. Por suerte, hasta donde yo voy, he tenido muy buena respuesta de la gente y me dicen cosas bonitas los que entienden, y los que no entienden no me dicen nada.


Aquí opera la hipocresía de la gente, la necesidad de estar mostrando la cara bonita mientras el interior está pútrido.


Yo te aseguro que mi papá estaría feliz ahorita con todo este desmadre, encantado, es justamente lo que él hubiera querido hacer siempre y que se tuvo que aguantar por dar la otra cara y subir y subir y subir. Como uno no pretende subir a ningún lado, no importa. A mi no me afecta en nada, ¿cómo que tu mamá era esto? que era puta….. ¡Y!, que bueno que lo hizo, así tuvo casas, coches y todo lo que quisiera tener. A mí no me afecta pero ni un poquito, me vale. Me afecta mas no haber podido hablar con mi papá de tantas cosas antes, cosas que están en las cartas y que no me enteré hasta que las leí un poco tarde, pero no, no tengo conciencia, ni sentimientos encontrados, ni nada.



Con este libro queda evidenciada la buena pluma, de Cecilia Fuentes Macedo, ahí está la genética. Es su primer libro, ¿pretendes seguir haciendo más?


No lo se. Yo soy muy buena pirata, pero no tengo imaginación para hacer cosas. Este es una pirateada del diálogo de mi mamá que la tenía yo muy fresca y me fue muy fácil mimetizarme con ella y su tono hace años, ahorita ya no la oigo, ya no me acuerdo cómo sonaba, ya no podría ahorita hacer lo mismo. Pero en su momento si me fue muy fácil continuar e ir a meter mi tono en la primera parte para que no brincara con la segunda y muchas cositas si cambie a mi forma de escribir y de hablar, para que lo otro no brincara.

La autora demuestra buen oficio en un género perfectamente explotable.


La piratería. Es lo que les digo, úsenme como pirata. Yo quisiera, me encantaría que se hiciera una serie de esto, si me dejan adaptarlo a mí. Sé que a mí me saldría padre, tantos años de televisión y con tantas películas vistas, digo denme chance de adaptarlo, nada mas que alguien se lance. Pero ¿quién se va a lanzar a pasar por siete décadas?, lo que costaría eso en un programa, sería espantoso pero nunca sabes. Si se puede, yo encantada lo hago.


Por suerte no he recibido más quejas pero ya veo toda la familia de Ernesto Alonso pegándome, Horacio Villalobos decía: Híjole, como que tu mamá no solo era esto, sino que la regenteaba la mamá de Manolo Fábregas. Se me hace raro que todavía no me hayan caído demandas y gritos. ¡Ya llegarán!.



La primera presentación del libro fue en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el 30 de noviembre o algo así, y el 31 de marzo, si la contingencia por el cononavirus lo permite, se presenta en la Cineteca Nacional, a las 5 de la tarde está programada Rosenda y a las 7 la presentación, Diana Bracho será la principal oradora. No sé qué más vaya a pasar.



Mujer en papel es realmente un caso inusitado en México, un país en el que cada vez se lee menos, en el que el consumo per cápita anual de libros es bajísimo y agotó su primera edición en una semana o algo así.


Sí, ya va la segunda, y ya van a imprimir la tercera, lléguenle. Tengo unos cambios que hacerle, pero espérenme. Lo ayuda mucho las fotos, siempre todo lo visual lo permite, y obviamente pues había un hambre a lo retro, qué bueno que hasta los jóvenes, yo dije puros viejitos va a haber y ya nadie va a comprar el libro porque ya se murieron todos los que conocían de esa época, pero no, hay un montón de jovencitos que están encantados. Yo la veía en La Llorona, yo la vi en tal cosa. Que bueno que siga.


Y escribir, si se me antoja, pero me gusta más dibujar, entonces yo tengo la esperanza que me den chance de volver a hacer mis dibujos ahorita que está uno de moda. Y escribir si tengo ideas de cosas, pero todas me van a meter en un lío, sea la que sea, y son más como historias cortas. Me muero por contar el velorio de mi papá, es toda una historia, tengo que cambiar los nombres de todo el mundo. Así como el robo de mi mamá más en detalle. Tengo varias cositas.


Está también la anécdota de las cenizas de mamá, esa es otra historia, las tengo apuntadas.

Historias cortas que funcionarían muy bien con un humor negro, muy ácido.


La gente no entiende el humor negro. ¿Cómo que se robó a la mamá también?, ¿en dónde fue?. Ya no los traigo porque me los vayan a robar, traigo la uña de mi papá y el hueso de mi mamá para todas las entrevistas y me encanta sacarlos, digo: Ya se chingaron, ahí están juntos para siempre y me acompañan a todos lados los cabrones. Y la gente: ¡Hay, cómo que regala las cenizas de su mamá y aparte se ríe!, ¿está loca, o qué?. Que lata con la gente que no entiende nada. Si, si la regalo.


Vayan en navidad a casa de mi hermano Luis, donde están todas las esposas de Luis, el marido y los hijos de Julissa, los novios, los hijos, las ex esposas y en un termo ponen a Don Luis de Llano, en una caja sale la abuela Julia, y en un ziploc está mi mamá, transparente y todos al centro de la mesa. Imagínate para las pulgas de mi mamá y su elegancia estar en un ziploc, debe parecer espeluznante. Entonces para uno es normal y a la gente obviamente le parece aberrante. Pues allá ellos, estos son los locos Adams, tú cuando ves a los Locos Adams no te espantas de que Merlina se coma una tarántula, ¿verdad?. No, porque tu cabeza está preparada o a que el tío Lucas coma focos. Pues es lo mismo, tienen que ver a esta familia como a los Locos Adams y no brincarles, esta familia es así y ya.



Sin duda alguna, un libro de narraciones breves, en dónde surgen esas historias familiares, en ese tono, sería maravilloso, de gran atractivo para un buen número de lectores.


Lo intentaré. Todos los días me paro con la ilusión de: ¡voy a trabajar!. Fracaso todos los días. En mi casa apenas si quepo, tengo una sala grande y un estudio decente, pero la muchacha pasa de aquí p’ allá, entonces mientras haya gente que pasa atrás de mí no puedo hacer nada, y cuando salgo, el gato se me echa encima y me abraza, se sube por acá y no quiere que haga nada y te roba los papeles y el otro te roba la computadora y se mete a teclear. No puedo, necesito un estudio, un lugar para ponerme a hacer las cosas que quiero.


También lo de mis viajes se me antoja mucho, me encanta narrar mis viajes y dije, puedo hacer libritos chiquititos, con fotos y la narración y hacérmelos yo a mí y no depender de una editorial, y si nadie lo compra pues es mi problema, y si alguien quiere leer las narraciones negras de mi visión de los viajes, pues ahí están también. Si voy a hacer cosas, pero no tengo idea ni para dónde.


Podrías instalar tu estudió en casa de Julissa, ahí tiene espacio y estarías tranquila.


Tiene techos muy altos, no podría nada más de ver va hacia arriba. Yo necesito un hoyito, estoy acostumbrada, viví muy bien siempre que estuve en Nueva York donde era un cuartito con todo, chiquito. Soy como un osito en su caverna, el espacio me estorba, un barco en Canadá un barquito de esos que rentan, algo lejos. Aunque sea Valle de Bravo me conformo, por lo menos hace frío y hay agua.




Mujer en papel

Cecilia Fuentes Macedo

Editorial: TRILCE EDICIONES S.A

Género: Biografía

458 P.P:

Encuadernación: Rústica

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