En Abril Sombra
¡Todavía más luz! Como el poeta, piden luz nuestras almas solitarias. ¡Que se enciendan las lámparas, y que se abran las ventanas!... Y si no basta el sol para mirarnos ¡que se enciendan las almas!
Jaime Torres Bodet
Este poema de nuestro coterráneo, además de tener dos de las cuatro palabras del título de la obra que ahora nos ocupa, viene muy bien para la temática planteada por Alejandra Corman en su monólogo Abril y su sombra.
Procedente de Ecuador la puesta en escena indaga en los recuerdos de una vida para curar heridas emocionales, Abril y su sombra, nacida en el encierro, se gestó en México y, en gran medida, habla del resultado del confinamiento por la pandemia, sobre nuestra salud mental, de cómo la monotonía, la sensación de vacío, el insomnio, pueden llevarnos a cuestionar el propósito de nuestra vida, hacia dónde se está dirigiendo el futuro y si lo realizado a lo largo de los años pudo hacerse mejor para alcanzar los parámetros de éxito preestablecidos. Es ese momento de caos y reflexión en el que se encuentran Abril, y su sombra, una obra que por primera vez se presenta en México con tan solo dos funciones en La Teatrería.
Se trata de un monologo que lleva a los espectadores a adentrarse a la mente de una mujer que vive con depresión, ansiedad e insomnio. Abril es interpretada por Alejandra Corman, que desdobla tres personajes en escena: Abril y sus otros dos yo, también es la dramaturga y co directora de este montaje, siendo su primera obra de formato largo dentro de su trayectoria artística.
Alejandra Corman, actriz, directora y dramaturga ecuatoriana radicada en México desde el 2020, cuenta con una amplia carrera artística en Ecuador. Ha escrito y dirigido más de 10 obras de microteatro y ha trabajado en cine y televisión. Abril y su sombra es su primer unipersonal en donde combina su visión y estilo junto con Gabriela Ruiz, quien co dirige la obra.
Abril vive con problemas de salud mental que, en los últimos años, con el impacto de la pandemia de COVID-19, se han agravado, está en proceso de visibilizar, aceptar y tratar. Aunado a esto, se enfrenta a las exigencias sociales que tienen las mujeres a determinada edad.
Una noche que no logra conciliar el sueño, tal vez con la esperanza de hallar a un culpable de su derrumbe personal, Abril decide visitar recuerdos de su niñez, adolescencia y adultez. En esta investigación descubre la causa, pero también la cura para sanarse a sí misma.
La obra, pese a profundizar en temas delicados, expone el drama a través de lo absurdo, con tintes existencialistas y humor negro, logrando conmover al público porque habla del amor, la amistad y de temas actuales. En escena la actriz muestra su colapso y logra la empatía con el público, dado que es común pasar por momentos parecidos a los de Abril.
“Abril me gritó que necesitaba nacer en un momento donde colapsaron muchas cosas y mi corazón roto me llevó a sanar de cierta manera al escribir esta obra, interpretarla y darle vida. Es importante recordar que, como artistas, el arte nos salva y a veces se nos olvida que podemos crear”, son palabras de Corman.
El equipo creativo del montaje está integrado en su mayoría por ecuatorianos que buscan dejar lo mejor de su trabajo en esta puesta en escena para conquistar al público mexicano. Alejandra Corman es la directora, actriz y dramaturga, cuenta con el apoyo de Gabriela Ruiz en la codirección, Ariana Coral en el diseño de escenografía, Ana Poveda en el diseño de vestuario y Marcela Ribadeneira en el diseño gráfico.
En la producción se encuentran Roberto Wohlmuth, Matilde Castañeda y Alejandra Corman. La canción que acompaña la puesta es de la banda ecuatoriana Mamá Vudú, llamada Plazma.
Abril y su sombra se estrenó el 23 de febrero del 2022, en la Asociación Humboldt del país natal de la multifacética artista y arribó a la Ciudad de México con tan solo dos funciones, los días martes 15 y miércoles 16 de noviembre, en La Teatrería.
Actriz, directora y dramaturga ecuatoriana radicada en México, Corman es Licenciada en Periodismo y ejerció principalmente en revistas culturales. Inició su carrera artística en el 2010, cuando se mudó a Barcelona, España a estudiar actuación. A su regreso, adquirió experiencia como directora de casting de cine. Trabajó en este campo en películas como La mala noche, de Gabriela Calvache y Gafas amarillas, de Iván Mora Manzano, entre otras.
A la par, se formó como guionista audiovisual en distintos laboratorios y talleres hasta que decidió cursar la Maestría. La escritura estuvo siempre presente, desde sus primeros años en el periodismo, pero su acercamiento al teatro fue gracias a Arístides Vargas, en donde inicia su faceta de dramaturga.
Ha escrito y dirigido más de una docena de obras cortas, y se ha mantenido activa como actriz para cine, televisión y teatro en obras como Mujer de cascarón, dirigida por Martha Ormaza, (idea original de Alejandra); Amanecí como con ganas de morirme, dirigida por Carlos M. Gonzáles; entre otras. En el 2018 formó parte del prestigioso Conservatorio de Verano del Art of Acting Stella Adler Studio, en Los Ángeles; y desde 2020 vive en Ciudad de México.
En Abril y su sombra combina su visión y estilo como directora, actriz y escritora en una pieza que la enfrenta con sus propias frustraciones como mujer y como artista. Fue acreedora a un premio como guionista de cine, ganando una beca para ir a Festival de cine de Bolivia y la última película en la que colaboró como directora de casting fue Fango, de Diego Araujo.
Abril está en su tercera noche sin dormir, el insomnio la incita a hacer memoria para encontrar a la persona responsable de que la vida de Abril esté en caos. Siempre es alguien el responsable de nuestros errores, nunca es uno. Es un gesto natural y humano. Abril y su sombra se centra en el ejercicio de reconocerse y aceptar responsabilidades.
Alejandra Corman realizo la obra de una manera atípica. Sin tener el texto terminado tuvo fecha de estreno, el compromiso requirió de cuatro meses, entre México y Ecuador, para dar cuerpo a una idea que rondaba su cabeza desde hacía años: un monólogo, que narrara las vicisitudes de una mujer luchando por encontrar respuestas para entender decisiones, acciones, omisiones, miedos, ansiedades, alegrías, amores y rupturas.
En octubre de 2021 y con 10 páginas avanzadas, Corman empezó un trabajo que tuvo mucho de experiencia colaborativa, con ayuda de productores y asesores en creación de textos dramáticos, fue dándole forma al texto final.
La obra tiene mucho de sus experiencias y sensaciones, ¿qué tanto logró alejarse de ella para convertirse en una pieza teatral?. “Llegué a un punto de mi vida en que necesitaba gritar lo que me pasaba”, confiesa la dramaturga a lo que añade: “Todo empezó a tener forma cuando llegó Gabriela Ruiz, la codirectora. Nos pusimos a revistar el texto, releerlo, replantearlo, a ensayarlo”.
El trabajo no solo fue exponer lo que tenía adentro, sino crear un personaje que tuviera esa misma necesidad de gritar. “Necesité decirlo tantas veces que dejó de ser mi vida y se convirtió en una obra”, asegura la dramaturga.
Abril y su sombra es un viaje interno, que al exponerse en público, desentraña muchas cosas. “Esta obra me salvó la vida”, finaliza la dramaturga, directora y actriz, quien, tal vez con la distancia de haber dirigido a otra actriz, o haber sido dirigida por otra directora, habría llegado aún más lejos en este viaje.
El teatro es de todos. ¡Asista!
Recomendable.
Abril y su sombra. Escrita, dirigida y actuada por Alejandra Colman.
La Teatrería (Tabasco 152, Col. Roma Norte, Alcaldía Cuauhtémoc), se presentó el 15 y 16 de noviembre.
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