
El Centro Cultural Helénico, y la compañía Por Piedad Teatro presentan Apuntes sobre el deterioro de mi madre, pieza autobiográfica profundamente reflexiva e íntima, escrita por el dramaturgo neoyorquino Andy Bragen.
Una conmovedora e introspectiva exploración sobre lo difícil que puede ser relacionarse con quienes más amamos. Un dramaturgo intenta escribir una obra a partir de una serie de apuntes que fue tomando durante los últimos días de vida de su madre, en un intento por reconciliar su complicada relación con ella.
El personaje central, una mujer nacida en el sur de Estados Unidos, encuentra en Nueva York un espacio que desafía y enriquece su vida como maestra universitaria de literatura y amante del teatro. Su hijo, un dramaturgo en ascenso, lidia con su incomprensión hacia la adicción de su madre al tabaco, mientras ella enfrenta la falta de empatía de su hijo, Tracy, la madre, es interpretada por la gran actriz Concepción Márquez, con quien tuvimos una interesante conversación.

¿Hay algún tipo de conexión entre esta madre y tú?
Que somos madres, por supuesto, que tenemos dolor por la ausencia de nuestros hijos, sabemos que pronto estarán llamándonos de allá arriba, que no tardamos mucho, ella mas grave porque ya no puede caminar, ya no puede salir; la edad, yo tengo 82 años Salvador yo estoy muy consciente que en cualquier momento me dicen vente para acá y yo estoy abierta a.
En efecto, hay similitudes, pero también diferencias, ella es neoyorkina, es rica, tiene mucho deterioro físico, ha padecido cáncer y ahí hay una diferencia abismal contigo.
No es rica, ella se siente rica pero no lo es, lo dice para que la gente se dé cuenta, soy esto, soy lo otro, sueña, le gusta. Al principio pensé que era muy rica pero ya después me di cuenta que no, vive en un departamento, pero a ella le gustaba jugar a eso, sentirse la dama de sociedad.
Va a Broadway y tiene sus conocidos en el medio teatral, eso sí, porque desde que era un niñito Andrew, el dramaturgo, la madre lo llevó todo el tiempo al teatro, amaba el teatro Tracy, su nombre era Eugene, pero le decían Tracy. Tracy amaba el teatro y a su niño lo llevó toda la vida al teatro.
Me llama mucho la atención el formato de la obra, si dividimos ficticiamente la obra, todo el “primer acto” podríamos decir que son puros monólogos.
Sí, a mí también fue algo que me parece increíble, nunca tengo una respuesta directa de mi hijo, jamás, no hay diálogo, pero el público entiende todo. Está padrísimo.

La puesta en escena de Ana es bien interesante, ir llenando de teléfonos la cama, que ya es el hábitat de Tracy, y digamos que el “segundo acto” que no está dividida la obra, es un solo acto, cuando ella ya no está, es cuando se genera el diálogo.
Ya al final, cuando me dice que morí, me empieza a platicar cómo estuvo la muerte, y empiezan a verse ya en otro imaginario, pero que los une, que se pueden decir te amo.
Digamos que cuando ya no hay contacto físico es cuando ya hay diálogo. Con toda la experiencia que tienes en el teatro, que has enfrentando todos los formatos, estilos, la narraturgia de Wajdi Mouwad, una serie de variaciones dramatúrgicas al formato tradicional, ¿este qué te parece?
Siento que es como una ofrenda a su madre, una necesidad de Andy de hacer un homenaje a su madre que amaba tanto al teatro. Yo estoy muy contenta de estar haciendo esta obra, que te puedo decir, es casi seguro, casi, mi despedida del teatro, no sé. Yo uso oxígeno en las noches, ese oxígeno no está ahí de gratis, está porque realmente lo necesito. Dijo Ana, le queda perfecto al personaje Conchita, te lo ponemos, me lo pusieron y yo lo agradezco mucho. En el día casi no lo necesito, y tengo uno chiquito portátil cuando lo necesito, pero ahí frente al público si me da pendiente, entonces me da tranquilidad, me da seguridad, claro que no estoy en las circunstancias que está Tracy, que sabe que ya no puede pararse de la cama, casi nada, se para para pedir, por favor limpia esto, ya no es posible estar viviendo así. Ella sabe perfectamente que está ya en la recta fina.

Para mí es sumamente importante, aparte de que cualquier obra es importante, cualquier personaje, pero en este momento de mi vida, tiene un gran significado porque puede ser mi despedida del teatro. Voy a hacer otras cosas en televisión, pero es otra cosa no es la misma responsabilidad.
El otro día estábamos dando la función, se para todo el público de repente y voltean a verse, y nosotros, Toño y yo, ¿qué está pasando, está temblando, que pasa?. Yo lo primero que pensé es que estaba temblando, nunca me había sucedido algo así. Una señora hasta atrás, se estaba ahogando, la tenían con los brazos levantados. Que susto, yo me quedé calladita pasó, ¿ya está bien señora?, Sí, ya estoy bien. Retomamos donde nos habíamos quedado, y seguimos. Nunca me había pasado algo así, pero fue muy fuerte, entonces no sé, quizá pueda hacer algunas otras cosas más pequeñas, aquí es un protagónico, que es algo que agradezco al teatro con toda mi alma, que me despida de esa manera.
Yo desde que me acuerdo de ti siempre han sido excelentes personajes, esta colaboración que hiciste con Hugo Arrevillaga.
Con Hugo Incendios la ame. A Hugo lo amo, Pacamambo.
Y con Diego del Río, Angélica Rogel, Sebastián Sánchez Amunátegui, seguir participando con estas nuevas generaciones.
No somos tantas viejitas actrices, jóvenes hay muchísimas, entonces tenemos más chance de que nos llamen.
Con Por piedad teatro también ya habías trabajado, esta excelente compañía de Ana Graham.
Yo trabajé con Ana, ahí mismo en La Gruta hicimos una obra que se llamaba Gracia y Gloria hace muchos años, 24, las dos actuando.

No sé si ya era Por Piedad Teatro, sí estaba Ana, cuando hicieron Interiores, de Woody Allen en el Xola.
En el Xola, te acuerdas más tú que yo. No me acordaba que había sido en el Xola. Ya cuando dudo me voy a mi currículum porque ya ahorita mi memoria no sabes como está. Fue una de las cosas que le dije Ana, tengo miedo, te tengo que decir esto antes de empezar a ensayar, me da mucho miedo porque mi memoria de pronto se me borra, entonces qué hago. Apuntador, me dijo Ana, te pongo apuntador para que, solamente en caso de que se te olvide algo, te de pie, y tengo una chica que hace maravillas, que me permite hacer este trabajo porque así, de repente, mi memoria se cierra de verdad. Siempre está al pendiente, siempre.
Y de hecho de eso habla la obra, del deterioro que de manera natural va sufriendo el cuerpo, no es una enfermedad, es un proceso, entonces no hay una cura.
Exacto. Exacto, es normal así es
Y en la obra se plantean, situaciones muy tristes, la incontinencia, problemas de motricidad, la memoria.

Como tú decías de los teléfonos, para mí es el único medio que tengo, ya estoy hablando como Tracy, es el único medio que tengo para comunicarme con el exterior, con mis amigos, con mi familia, no hay más que hablar. Creo que por eso tengo tantos teléfonos, de repente digo porqué hay tantos números, qué pasa aquí. Para Tracy es el único medio, y ella ya no puede caminar mucho, camina tres, cuatro, seis pasitos, lo que se ve en la función es lo que puede hacer, ya mucho no se puede desplazar, lo único que tiene es el hijo, que acaba de ser papá, está muy emocionado y como que se le olvida la mamá.
Yo lo viví con mi madre. Tenía seis hijas mi madre, mi mamá estaba malita con cáncer, yo estaba divorciada, todas mis hermanas estaban con sus maridos, entonces a veces les costaba trabajo ir, no era tan fácil, vivían más lejos, etcétera, si es difícil.
Por eso justamente es una de las cosas que me llevan a dar vida a este personaje, que se tome conciencia, que por favor se acuerden más de sus viejos. Yo tengo compañero gracias a Dios, no vivo sola, vivo con mi compañero de hace 33 años, Rafael Cortés, ya no le doy lata a los hijos, pero así es la cosa, esa es mi intención. Están solitas carajo, quién les ayuda, en el caso de la madre, no puede caminar, no puede valerse por sí misma.
Mientras son independientes, autosuficientes está bien, pero cuando empieza a haber esas limitantes, eso agrava todo.
Exactamente, ¿qué será mejor?, un asilo, un lugar donde estén al pendiente de ellos, que se tomen la medicina. No sé, que estén cuidados y que no se sientan abandonados. Cada quién tendrá una opción, o una solución, pero que se sientan amadas que se sientan protegidas.
Además, ya en un momento en el que son mucho más vulnerables.
Claro que sí, son un poco como bebés, al final así es, están indefensas.

Durante el desarrollo del texto, el autor Andy Bragen vivió un contraste emocional marcado por la bienvenida a su hija Delfina y el paulatino adiós a su madre, una experiencia que marcó profundamente el proceso creativo; dicho contraste confiere a la obra un sentido universal que conecta con el espectador, invitándolo a reflexionar sobre la condición humana.
El deterioro en la puesta en escena es físico, mental y emocional. La obra sucede a partir de la memoria, a partir de ciertos recuerdos que están en el personaje del hijo. Ana Graham afirma, Hemos tenido la oportunidad de hablar con Andy Bragen sobre su madre y sobre aspectos del texto que a veces no entendemos. Esto ha sido muy enriquecedor para el montaje.

Andy Bragen, que es el autor de la obra, es el personaje que interpreta Antonio.
En efecto, y vino a México a ver la obra, tengo una foto con él, te la comparto.
¿Cuál fue su reacción, cómo vio su obra en versión mexicana?
Me dijo que estaba muy agradecido. Que le había gustado mucho. Me dio las gracias, estaba muy emocionado.
Andy Bragen es un dramaturgo estadounidense que ha sido aclamado por su escritura innovadora y emotiva. Ha creado obras que exploran temas como la identidad, la familia y las relaciones humanas en un mundo cambiante, las cuales han sido producidas en teatros de renombre en todo Estados Unidos. Además de su trabajo como dramaturgo, es maestro de escritura creativa en la Universidad de Nueva York y ha sido honrado con varios premios y reconocimientos, incluyendo una beca de la Fundación Nacional para las Artes.
No fue difícil, supongo, para Ana y Antonio, porque ellos viven parte de tiempo en México y parte en Nueva York.
Son amigos de Andy desde antes, fueron a ver su obra en Nueva York, se la pidieron, la metieron a Efiteatro, y por eso se hizo, pero son amigos de Andy.

Ana Graham es gente de teatro, y Por Piedad Teatro en realidad no tiene Piedad porque montan unos textos bien rudos, por ejemplo de los primeros Devastados con la que dan a conocer en México a Sarah Kane, dramaturga a la que seguramente no le fue nada bien en la vida porque así lo expresa en su teatro, y es una característica de la compañía, ellos no montan teatro bonito ni teatro complaciente, siempre presentan teatro que invita a tomar conciencia de nuestra realidad, sea la más inmediata, o no tan inmediata.
Qué maravilla es algo que yo admiro mucho en Ana, esa entrega, esa búsqueda, esa capacidad que tiene ella realmente, y no para, no para de trabajar. Ana y yo estuvimos juntas en el Núcleo de Estudios Teatrales, ahí nos conocimos.
En el NET, la escuela de Julio Castillo.
Que ahí nos dio clases el propio Julio, Luis de Tavira, Pepe Caballero, Héctor Mendoza.
Toda la plana mayor del teatro en México estaba en el NET.
Yo dije: ¡Tengo que estar ahí, no me importa si tengo que comer frijoles!. Porque en ese tiempo no estaba muy bien de dinerito y dije, no me importa. Le dije a mi hijo, no nos importa si comemos frijoles. Era el único que me quedaba, ya se habían ido los otros. él trabajaba en el CONALEP, ganaba $1000. No jefa, ¡adelante!. Es que necesito estos maestros. Todos me han llamado, Julio Castillo no, pero me dijo: ¡No dejes de hacer teatro!. Nunca se me va a olvidar eso. Dijo: Un día vamos a trabajar juntos. Pero no se nos hizo.
¿Pero tú ya eras actriz cuando estudiaste en el NET?
Ya había hecho teatro. Yo trabajaba en el INEGI, yo hacia mapas, ahí trabajaba yo, pero desde niña yo quería ser actriz, de hecho, de niña, a los 7 años me tiré en la banqueta, éramos ocho hermanos, me puse en la banqueta, pasó un carro, me ven tirada, y dice el chofer: ¿Pero esta niña que tiene?, hay que llevarla al doctor. Me cargaron me subieron al carro y entonces dijeron, Hay que llevarla con Benita. Benita era una enfermera que vivía cerca de mi casa y tenía una verruga enorme, y a mí me daba terror esa mujer porque creía que era una bruja. Y yo, ¡No, estoy bien, ya estoy bien!. Esa fue mi primera actuación.
Y fue totalmente convincente.
Así fue mi inicio. Luego ya cuando estaba en el INEGI hicieron festejos para celebrar el onceavo aniversario y entre los eventos para festejar, había una obra de teatro. Llaman a Josefina Brun, ella era la directora de la revista La Cabra y hacia teatro en la UNAM, la mandan llamar a ella y lanzan una convocatoria. ¿Quién de los empleados quiere participar? ¡Yo!. Sí me aceptan, montan Pelícano conmigo, se da la representación y adiós, se acabó. Al mes me llama la maestra, Conchita, fíjate que voy a montar El círculo de tiza de Bertolt Brecht, y quiero ver si puedes hacer el papel de la madre. ¡Te imaginas!, yo nunca había estudiado nada, nada, nada, y me estaba dando un personajazo. ¡Claro que sí!, y ahí te voy, hacemos El círculo de tiza.
Ya de ahí, yo tenía una compañerita que hacía teatro experimental, estábamos en un grupito, y de repente me dice: Conchita, fíjate que estoy con Margules en De la vida de las marionetas, (Ingmar Bergman), pero me están ofreciendo un estelar en una compañía más chiquita, una compañía casi de principiantes, y faltan 15 días para que estrene Margules, ya le dije que quisiera que alguien más haga mi papel de secretaria porque me dieron este papel más importante. ¿No quieres entrar tú?. Yo, ¡Si!. Entonces me dice, mira Margules me dijo, Pues usted no se va a menos que me traiga a alguien aquí que ya se sepa el personaje y salga, solamente así se puede ir. Me lo aprendí, era cortito, eran unas dos escenas. Me la traes y que venga aquí al ensayo.
Llegó al ensayo. Vengo de parte de… ¡No diga nada!, cuando le toque su escena se mete y la hace. Sí, sí maestro. Me meto. Cuando termina el ensayo voy con el maestro. No diga nada. Mañana nos vemos. Me quedé.
Es el destino, no hay de otra Salvador, no puede ser de otra. Luego me dijo, ¿Dónde estudió usted Conchita?. No he estudiado, la vida me hizo así. Después me dijo, No será la última vez que trabajamos juntos.

Son regalos para el corazón, para el alma. Además yo tenía tantas cosas que gritar y que decir. Sola, con cuatro hijitos a quienes mantener, entonces había que trabajar, había que darles de comer y había que hacer teatro porque me rescataba, ahí podía sacar mil cosas que tenía, mías, personales, de hecho, ahí saco muchas cosas.
Era lo que a ti te alimentaba y que debut profesional, mucho más que afortunado con una puesta en escena memorable.
Dios me llevó por ese camino tan lindo, fue el destino, ahí estaban actuando Luis de Tavira, estaba Pepe Caballero, Julieta Egurrola, Fernando Balzaretti Rosa María Bianchi, yo hacía la secretaria. Ya después me llamó Luis, me llamó Pepe, trabajé con todos, el maestro Mendoza me llama para Fedra y resulta que nos dice, nos vamos al Cervantino tal día. Entonces yo trabajaba llevando los pedidos a muchas colonias, me daban carro. Nos vamos al Cervantino jueves, viernes, sábado y domingo. Yo ya había metido mis pedidos de esa campaña, yo tenía problema, digamos, el sábado, le digo a mi jefe, Ingeniero Segura, quería ver si usted sería tan amable de darme permiso el sábado para ir a Cervantino. ¡No!. Ya metí mis pedidos. ¡No!. Dios mío, qué voy a hacer, no le voy a decir que no a Mendoza a cuatro días, un personaje importante. Me voy al banco y ahí está el jefe de mi jefe, el licenciado Ibarra. ¿Cómo está Conchita?. Mal licenciado. ¿Por qué?. Por esto. Y sus pedidos ya los entregó. Ya los entregué todos. Me toca el hombro y dice, No se preocupe, usted se va, usted va a ir. Le encantaba el teatro al licenciado. Ya en el camino dije, Sabes qué este es un angelito que te mandó Dios.
El teatro es ahorita o es nunca. La decisión fue difícil pero bendito Dios aquí seguimos, me estaba yo ahogando, escribía poemas y el teatro me salvó.
Cuántas décadas en las que tu presencia en el teatro ha sido constante. Tengo la fortuna de haberte visto en muchas puestas en escena. Yo creo que aquel dicho que un tiempo se estiló mucho entre los actores de, “Yo me quiero morir en el escenario”, creo que eso no debe ser, justamente por lo que habla esta obra. Yo creo que hay que saber poner una pausa y retirarse a tiempo, por supuesto que uno lo lamenta, pero creo que es peor cuando no se hace a tiempo y los resultados se ven en escena, se evidencia ese deterioro públicamente.
Seguro puede ser, en este caso es algo que a mi me tranquiliza mucho saber que mi personaje está en decadencia, tal como estoy yo, ella con más gravedad, pero entiendo muchas cosas de las que pasa.
Como tan sabiamente lo has hecho en estas décadas sabrás que decisión sea la más afortunada para ti.
Lo primero lo más importante, se lo le dije a Ana: Yo no quiero faltarle al respeto al teatro. Si siento que no lo voy a poder hacer, no quiero. Fue cuando me convenció de usar el apuntador y le puso el oxígeno al personaje para que estuviera más tranquila.
Eso está muy bien, forma parte del estado de Tracy.
¿Cuándo termina la obra?
El día 9 y ya está agotado, ya no hay ni un boleto.

Se trata de una producción realizada con el sello de calidad de la compañía Por Piedad Teatro, cuyo objetivo es llevar a escena temas contundentes, humanos, relevantes en su contenido y novedosos en su forma.
Ana Graham, fundadora y productora artística de Por Piedad Teatro, comenta: Nuestra compañía es conocida por hacer teatro muy oscuro, pero también hacemos cosas luminosas y esta es una de esas obras. Es una pieza que te agarra la entraña, pero al final sales conciliado.
La importancia de esta obra radica en la manera en que esta conecta con el espectador y en cómo un texto tan personal puede, a la vez, ser tan profundamente universal, me entusiasma la idea de trabajar con personajes tridimensionales, me siento sumamente identificada con el personaje del hijo. Al leer el texto, me descubrí pensando en mi propia madre y cuestionándome en mi papel de madre.
Apuntes sobre el deterioro de mi madre habla de todo lo importante, porque no hay nada más universal que desear que nuestra madre nos ame, no hay nada más real que el deterioro de la vejez, ni nada más importante que ser necesitado o necesitar a otro. Espero que el público se cuestione, por unos minutos, cómo vivimos, cómo queremos vivir y cómo queremos ser recordados... que se sienta movido por la obra y se vaya a su casa pensando en que fue una buena idea venir a verla. Concluye Graham.

El teatro es de todos. ¡Asista!
Absolutamente recomendable. Imprescindible.

Apuntes sobre el deterioro de mi madre de Andy Bragen.
Dirección: Ana Graham.
Actuación: Concepción Márquez y Antonio Vega.
Escenografía: Anna Adria.
Iluminación: Patricia Gutiérre.
Diseño sonoro y música original: Cristóbal MarYán.
Producción ejecutiva: MariCarmen Núñez Ultrilla.
Coordinación de producción: Ginna Narváez.
Stage manager: Allan Flores.
Asistencia de dirección: Paulina Bringas.
Asistencia de producción: Mónica García. Las dos últimas tienen una pequeña aparición como actrices.
Producción teatral nacional realizada con el estímulo fiscal del artículo 190 de la LISR (Efiartes)
Foro La Gruta, Centro Cultural Helénico. Avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn.
Viernes 20 hrs, sábado y domingo 18 hrs. Hasta el 9 de marzo de 2025.
Fotografías de Luis Quiroz, cortesía de Prensa CCH.
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