Con recientes y afortunadas transmisiones en televisión abierta, la de TVUNAM con la participación de su realizador, Issac Artenstein, nos hemos percatado que el largometraje Rompe el alba, opera prima del tijuanense, no ha envejecido nada, mantiene una vigencia fuera de serie. Tuvimos oportunidad de sostener una larga charla con Artenstein, charla en la que, por supuesto, sobresale la presencia del protagonista de la película, Óscar Chávez, el entrañable “estilos”, a poco mas de un año de su partida, pero también hablamos de su trayectoria y de la riqueza cultural de Baja California, tan rica y abundante como ignorada, y de mucho otros temas.
Aquí la charla, cuyo pretexto fue Rompe el alba, que, el paso del tiempo ha acentuado su valor como superproducción.
Si, para ser independiente, estoy de acuerdo, y tiene vigencia porque es de época, o sea que la época sigue siendo retro, pero también es la misma pinche problemática, para mí, el tema sigue siendo vigente y desafortunadamente para la sociedad, para la realidad mexicana. Cuando recién salió Rompe el alba, la crítica gringa me decía: oye, ese fiscal está muy exagerado, el que procesa a Pedro J. González, pero ves a Trump ahorita y el fiscal se queda corto, entonces sí, estamos viviendo esa pesadilla de nuevo.
Le echamos muchas ganas, tuve mucha suerte. Cuando me vine a hacer la película acá me apoyo muchísimo toda la gente del cine independiente, había un movimiento muy fuerte de cine independiente aquí en Estados Unidos en aquel entonces, con gente como Gregory Nava, Luis Valdez, que estaban haciendo cosas al margen de Hollywood, pero ya con la cámara 35, con producción y todo el rollo, que antes estaba negado para nosotros los cineastas, éramos de 16 o Super 8 eros.
Mi película estuvo semi vetada en México porque tuve broncas con el IMCINE, cuando salió Alberto Isaac, el IMCINE se volvió como la reforma agraria, todo mundo haciendo antesala y no llegaba el director, andaba en campaña, quería ser gobernador de Chihuahua y creo que le dieron el IMCINE como castigo, Soto Izquierdo, era un buen tipo, me caía bien, pero no resolvía. Se iba a hacer campaña a Chihuahua, y casi no estaba en el DF. Yo me hice cuatísimo, afortunadamente, de su secretario particular y me hablaba: Vente Isaac, viene llegando. Me iba en friega y todavía tenía que hacer antesala.
Y luego, esta anécdota muy curiosa, para mi, yo ya había hecho un documental sobre el mismo personaje, El corrido del héroe desconocido, que se pasó en la televisión pública, es la historia de Pedro J. González, pero con el verdadero Pedro J. González, que, en aquel entonces andaba por los 80s, y era mi primer documental. Por fin me dio la cita Soto Izquierdo, y le pongo el documental, mire, mi película se trata de este señor. Y resulta que don Pedro J. González fue paisano de él, de Chihuahua, estaba fascinado y echándome porras: Esto sí es cine, no lo que me traen esos cineastas vanguardistas. Pedro J. González fue el que me abrió las puertas, rescate mi proyecto y acá, con apoyo de gente particular y el cine independiente logré terminarla, esa fue la génesis de la producción.
Formalmente la película es impecable la reconstrucción de época, la dirección de arte, no suele verse con frecuencia en el cine mexicano independiente.
Usamos muchos trucos, también les hablamos a los clubes de carros antiguos, les regalamos su cachucha de Rompe el alba, y ellos felices que sus carros salieran. Si te pones a contratarlos, carro por carro, los cotizamos de $500 dólares para arriba, la verdad, fue un esfuerzo comunitario.
Me tocó conocer a Pedro J. González, era casi vecino mío, yo vivía en San Diego, él en San Isidro, que es el mismo condado. San Isidro es el pueblo que está en la frontera con Tijuana, ahí vivía Don Pedro J. González, y yo había recibido una pequeña beca para entrevistar a veteranos de la Revolución Mexicana que, en los ochentas, todavía vivían en California, porque, tú sabes, con los múltiples exilios que hubo de veteranos, cuando entraba un gobierno, entraba Calles, salían los vasconcelistas, o el general Estrada se levantaba. Entonces hubo muchos exilios a Estados Unidos, California, lógico, cercana a la frontera, y encontramos algunos veteranos, incluso varios magonistas, que se me hizo fascinante.
De repente alguien me dice: el telegrafista personal de Pancho Villa vive en San Isidro y lo puedes conocer en la clínica comunitaria. ¡Órale!, yo no me la quería creer, se me hacía mucha coincidencia que en mi ciudad existiera un personaje tal como Pedro J. González, telegrafista de Pancho Villa. Voy a la clínica y sale un señor, tenía 88 años, con su texana, su camisa de vaquero, sus botas y me da un apretón de manos. ¡Estoy a sus órdenes, a la hora que usted guste. Aquí está mi casa y mi casa es su casa!. Era muy fan de hacer unos collages impresionantes de fotos antiguas, recortes de periódico, fotos de el con Raúl Madero, su comandante en las batallas, no tenía foto con Pancho Villa. Era jefe de su sección de veteranos revolucionarios de California y dije Don Pedro yo lo quiero entrevistar a usted. ¡Cuando gustes!
Regresé con mi equipo, mis cámaras. Ese día llegó un poco tarde a su casa, en su combi Volkswagen, igual, ajuareado de villista, de norteño, y me dice: Isaac, discúlpame, tuve hoy una junta con mis compañeros veteranos de Ciudad Juárez. Manejó 14 horas para la entrevista. Totalmente vital el señor y empezó… Me aventé 8 horas de entrevista con él. De ahí sale el documental de media hora de el corrido de El héroe desconocido. Cuando empiezo a platicar con él, veo fotos de Pedro J. González con dos cancioneros, un trío, él ante un micrófono de esos muy curiosos, de la época, redondos, y con las siglas KMPC. - ¿Don Pedro, usted estuvo en un programa de amateurs, le gustaba la cantada?. - No, dice: yo tenía el primer programa en español en la radio de Estados Unidos. - ¡A caray!. - Si el programa los madrugadores.
Y de hecho estaba muy documentado ese programa.
Como si no fuera suficiente que estuvo en batallas claves de la división del norte como telegrafista, también tuvo esta segunda vida como locutor de radio, muy popular.
Algo curioso que no comentó en la película, él busca y encuentra a Don Adolfo de la Huerta. también exiliado en Estados Unidos y vivía dando clases de canto en Los Ángeles, en Hollywood, como eran correligionarios, exiliados ambos, él me dijo y lo comprobé, no lo tengo, pero lo vi, un disco de 78 revoluciones de Sonora querida, y ahí decía Adolfo de la Huerta y Pedro J. González, hicieron la composición juntos, Pedro chihuahuense, Don Adolfo de la Huerta sonorense. Ahí viene esa canción que fue famosísima en su época.
Cuando conocí a Óscar Chávez y le propuse el personaje de Pedro J. González, me entrega un disco doble que acababa de grabar: Óscar Chávez en el Border, ahí venían varios corridos de Pedro J. González, el Corrido del lavaplatos, La Cruz Azul y pensé: Estaba hecho qué Óscar Chávez representará a Pedro J. González.
Óscar no fue la primera opción, ¡no!. Cuando empecé a hablar del proyecto con Alberto Isaac, dijo: Que lástima que Pedro Infante no vive, el personaje está hecho a su medida. Qué bárbaro, galán, buen cantante, carismático.
Fui con el ajonjolí de todos los moles aquí en el cine Chicano, con Eddy Olmos. No podía, estaba haciendo Miami Vice, y me pidió si lo esperaba medio año. Yo ya estaba listo, ya había contratado a mi equipo, y no tenía actor protagónico. Hablé con el agente de Rubén Blades y Rubén ya andaba en la onda súper, súper popular. Imposible contactarlo, me dijo el agente, le hubiera gustado el papel, pero anda de gira.
Y no sé quién me sugirió ¿por qué no Óscar Chávez?. Claro, ¿por qué no?. De hecho Los caifanes es la película preferida de toda nuestra generación, conocía su trabajo, fan de su música también. El estilos, y por medio de Modesto López con su disquera, lo contacto y me dice: Óscar Chávez sale ahorita a Juárez, tiene un concierto, velo a ver, ya sabe que tú quieres platicar con él. Monté en un avión, nos conocimos en El Paso él venía siempre al otro lado, desde luego como buen músico, a buscar equipo, amplificadores, micrófonos, a surtirse con sus cuates, todo mundo lo conocía en esa calle principal de El Paso, ahí fue donde me entregó el disco doble Óscar Chávez en The Border Y como dicen los gabachos, the rest is history.
Un papel a su medida, está espléndido. El estilos es y será el estilos, Oscar era más joven y creo más fama como músico, pero tenía una sólida formación actoral.
Totalmente, tomó talleres con Seki Sano, se incorpora a Los caifanes porque hacía teatro con Ibáñez y se conocían muy bien, hizo teatro con Gurrola. Pero estaba vetado porque tuvo la osadía de crear el SAI, Sindicato de Actores Independientes y no estaba trabajando como actor, se dedicó a la música que, en realidad era su gran pasión, un etnomusicólogo picudo, era una enciclopedia de música popular Óscar Chávez.
También locutor de radio en la UNAM, tuvo su temporada de locutor y galancete también, como Pedro J, González, muy galán. En cuestión de personalidad totalmente opuestos. Don Pedro un norteño dicharachero, muy protagónico en todo, y Óscar muy tranquilo, tenía una modestia natural, era una persona accesible, se le acercaba la gente, sus fans y lo saludaban, los escuchaba. A Pedro también le encantaba que le llegara la gente.
Decía Don Pedro J. González, Yo soy hablador, pero cumplidor. Era su lema. Y Óscar más reservado.
Era mi ópera prima y dije: Tengo que hacer una estrategia, no le voy a exigir a Óscar que imite la personalidad de Pedro J. González, que estaba bien plasmada en el documental, ahí vemos al verdadero Pedro J. González, que nada tiene que ver con la personalidad de Óscar Chávez. Entonces adapte a Pedro J. González al Estilos, su forma un poco más reservada.
Trabajamos a gusto, además la gran fortuna de haber conseguido a María Rojo que se viniera a trabajar su primer papel en Estados Unidos, igual Óscar Chávez, para mi fue un alivianadón, tener a dos grandes figuras con mucha cancha trabajando conmigo.
Mi gran ventaja como director por primera vez, es que conocía a los personajes a fondo, yo sabía que resortes tenían por dentro, conocía su relación de pareja, conocí a Pedro y a Doña María, su esposa, entonces yo podía orientarlos mucho, las motivaciones del personaje y demás, pero las tablas son las tablas y ellos respondían muy bien, me apoye mucho en ellos, en la experiencia que tenían. Desde luego tuve otra buena fortuna, una buena planta de actores chicanos, emanados del teatro campesino: Tony Plana, Pepe Serna, Socorro Valdez, la hermana de Luis Valdez; María Rubel, se formó hay un cast muy híbrido, muy a todo dar, y se llevaban de maravilla todos.
Pepe Serna y Pedro J, González salieron de brothers, se cuidaban y todo. Y luego el fiscal de la ciudad era un personajazo en la vida real Peter Henry Flores, el capitán de la policía, que era Chicano, ellos se iban solitos a ensayar, Peter Henry Flores muy del método de Nueva York, y los canijos me decían: Nos fuimos al restaurante Dobson’s, un restaurante muy padre, muy concurrido en el centro, junto a las Cortes Federales, siempre lleno de abogados, fiscales y secres ejecutivas de los diferentes buffetes jurídicos. Nos vestimos de la época de los personajes y nos pusimos a discutir el caso de Pedro J. González, como lo íbamos a entambar, y las estrategias, y toda la gente volteaba y se nos quedaba viendo.
El casting, empezando por Óscar y María Rojo fue muy afortunado para mi.
Ahora, te confieso, Óscar Chávez, y lo digo ahorita, con algo de reserva, pero te lo digo con mucho cariño, él me dijo: Mira Isaac, tengo años sin actuar, vengo un poco oxidado, la neta, yo le voy a echar muchas ganas. Está bien, no hay bronca, vamos a trabajar, a ensayar, luego dice: Como los guiones no se filman cronológicamente, lo bueno es que se reparten las pendejadas a través de la película y no se notan tanto. Ese era Óscar Chávez.
¿Cómo le fue a la película en su estreno?, ¿cómo la recibió la gente?, ¿tuviste problemas de censura, particularmente en Estados Unidos, porque sí hay una crítica fuerte?.
En la crítica veía una reacción poco velada, pero fue buena. No hubo censura, la censura en Estados Unidos es que no te dan pantallas, simple y sencillamente, se distribuyó con ese espíritu independiente. Formamos una empresa para distribuir y la colocamos en cines, nos trajimos a Óscar Chávez y aquí con su grupo de los madrugadores, de la película, desde luego, antes de la función daban un pequeño concierto, la gente se emocionaba mucho. Fuimos a festivales, fue muy, muy bien recibida en festivales.
Confieso que el único problema al que me enfrente, es que aquí el estadounidense, gringo típico, vamos a decir, aún no le cae el veinte de quién es el mexicano, no conocen al mexicano, es invisible. Para ellos la dinámica cultural étnica racial es blanco y negro, y no los sacas de ahí. Latino, mexicano, ¿es igual al portorriqueño?, se confunden mucho, entonces como que no palpaban bien al personaje. Y lo mismo le sucede a Luis Valdez se lleva Zoot Suit, una obra espléndida, y la adaptación cinematográfica también genial. Que la montó en México con la UNAM y la Compañía Nacional de Teatro, y estaba feliz, feliz de haberle llegado a ese público del D.F. con ese tema, muy Chicano. Pero el Pachuco tiene mucho que ver con la esencia tanto de la sociedad mexicana, como del cine, en Salón México vemos personajes muy similares con los mismos tacuches y el mismo Danzón.
Después de meses, tal vez años, en cartelera Zoot Suit en el mejor teatro de Los Ángeles, se la lleva a Broadway y a las dos semanas cierra la obra. Reitero, persiste una gran ignorancia de lo que es lo mexicano, la mexicanidad, y la gran contradicción de qué ya no somos minoría, aquí en California yo creo que ya no somos minoría los mexicanos. Entonces a eso me enfrente un poco, que mucha gente no le agarraba la onda, pero otra se fascinaba.
Me acuerdo cuando estrenamos en Los Ángeles, estaban gruesas las deportaciones, y me patrocinó el estreno un comité de apoyo a los inmigrantes, que hacía mucha actividad a favor de los refugiados, inmigrantes e indocumentados, y estábamos en un cine de Santa Mónica Boulevard, y enfrente se ponían trabajadores indocumentados en un mercado a conseguir chamba, un plomero, un albañil, como en el centro de la ciudad de México, con sus cajitas de herramientas. Estrenándose mi película y la migra haciendo redadas en frente, cruzando la calle.
Dentro de círculos progresistas gustó muchísimo mi película. Tuvo éxito en Sundance, me invitó, no personalmente, Robert Redford, pero me invitó al festival, gustó mucho, éramos la única película latina en aquel entonces y ahí tuve oportunidad de conocer a Gabriel García Márquez. Estábamos ahí cotorreando después de alguna proyección o una recepción, y empieza el run run que Robert Redford consiguió que su amigo Gabriel García Márquez viniera al festival, porque en esa época, la época de Ronald Reagan, a mediados, finales de los ochenta, había una lista negra. Personalidades como García Márquez, Darío Fo, no podían entrar por su ideología, su trayectoria política, algo ridículo. Entonces está la secretaría de Robert Redford y se escucha que viene Gabriel García Márquez, que los cuates de Redford en el Departamento de Estado le dan su visa y está por llegar.
Dice Óscar Chávez, me lo saludas, casi somos vecinos en México, y la secretaría se voltea - ¿you know mister Gabriel García Márquez?, - sí lo conozco, salúdamelo. A los 10 minutos regresa la secre y nos dice: Robert Redford quiere invitarlos a cenar con Gabriel García Márquez.
Nos llevan, no a la sede del festival, que es Park City, el nombre de Sundance viene de la montaña donde Redford tenía un Resort muy a todo dar en la naturaleza, podías esquiar, rentar tu cabaña y estábamos cenando con Robert Redford, Gabriel García Márquez, su esposa, Rubén Blades también estaba allí, porque Redford lo acababa de contratar para Un lugar llamado milagro y ahí estamos platicando. Durante el festival traen alguna película de Park City para los huéspedes del Resort, cada noche les pasan lo mejor del festival en la sala privada de Redford.
Yo cenando feliz de la vida, platicando con Gabriel García Márquez y Redford, mis 15 minutos de fama que describe Andy Warhol, después de la cena viene la secretaría de Redford y nos dice: pasen por favor a una de las películas que hemos escogidos para los huéspedes de aquí. - ¿Cuál es? dice Márquez. - Tangos, el exilio de Gardel, de Solanas. - Estuve de juez en Cannes y allá la vi, dice Gabriel García Márquez. Y dice la secre, - Está la película de Isaac. – Pues pónganla. Y yo, feliz de la vida, la cena muy rica y la plática muy a todo dar, pero yo quería que vieran mi película. Y ahí vamos todos en bola, proyección privada porque ya se había acabado la función para los huéspedes, y me dice Gabriel García Márquez, - Isaac, por favor no te vayas a ofender si me quedo dormido en tu película. ¡Que sangroncito el Nobel!, - Pero no hay bronca, mi esposa sabe cuáles son los puntos claves de la historia y me da un codazo, me despierto y no me pierdo de lo principal.
Si Gabriel, gracias. Espero que te guste mi película, y pues tan le gustó que llegó muy emocionado a felicitarme y me dice: Isaac, ¡Me encantó tu película, nada más me dormí dos veces!.
Y después de ese debut tan afortunado, ¿qué ha pasado?, primero, muchos años.
Regreso aquí, a la frontera, vivo entre San Diego y Los Ángeles, el siguiente largometraje que hice fue muy sui generis, muy híbrido también. A mi esposa, Jude Pauline Eberhard, le gustó una novela que volvímos una road picture, que empieza en San Diego, mi esposa conocía a la autora, una novela más o menos conocida, conseguimos los derechos, adaptó el guion con la autora y yo le produje su película, su ópera prima, Love Always.
Mi esposa me produjo a mí, yo le produje a ella.
Yo ya había hecho mucho equipo con lo que llamamos frijolywood, los paisas aquí exiliados en Los Ángeles, entre ellos Sergio Arau, que es la buenísima onda y le dije: - Sergio, necesito un buen fotógrafo y un buen director de arte. - Háblale a mi cuate, Xavier Pérez Grobet, acaba de hacer una película muy buena, La mujer de Benjamín, chécala, Y también, si necesitas director de arte, mi papá acaba de hacer una película que se llama Como agua para chocolate, yo trabajé en ella, son chavos buena onda, yo te conecto.
Íbamos a filmar todavía con presupuesto más reducido en Súper 16 para ser transferida a 35, pero estaba bien porque era road picture, nos íbamos a llevar el equipo a la carretera, a diferentes locaciones. La película se lleva a cabo desde San Diego hasta Seattle, la frontera casi con Canadá, y veo platicar a Xavier con mi esposa. Ya había visto La mujer de Benjamín, y sabía que era el fotógrafo ideal, pero confirmé que era el fotógrafo ideal para la película porque platicaron de todo, menos de fotografía. De cine, de la historia, de los personajes y dije, este chavo si está bien prendido.
Desde luego ha tenido una carrera espectacular en Estados Unidos, Xavier Pérez Grobet ha hecho largometraje, televisión, fotografió una serie espectacular, un western para HBO, o Show Time, y yo le di su primera chamba en Estados Unidos y el correspondió con un trabajo espectacular. Me quedaba admirado de la calidad de su trabajo, su iluminación y su mística como fotógrafo. como cineasta
Y luego viene Mauricio de Aguinaco de Como agua para chocolate, me dice: - Yo me lanzo, conozco la frontera, soy de Mazatlán, pero tienes que contratar a mi asistente. - No hay bronca, dije, que se venga tu asistente. Y se viene su asistente. Mauricio es el diseñador de producción, y su asistente es un chavito que se llama Eugenio Caballero, hizo la dirección de arte y realizó un trabajo espectacular. Era un chavito de 20, 21 años, pensé - Eugenio tiene mucho que dar, muy capaz, muy hábil. Un buen diseñador tiene que ser muy hábil y captó. Que curioso que todo el crew principal mexicano haciendo una película de género de lo más gabacho, que es el Road picture. Podemos decir que Don Quijote es Road picture también. A los 6, 8 años vemos a Eugenio recibiendo el Oscar por El laberinto del fauno...
Me quedé aquí. Tal vez hubiera tenido más chamba en el D.F. pero aquí en la frontera yo trabajaba, trabajo aún, muy a gusto, he hecho cantidad de documentales, hice Un día sin mexicanos, con Sergio Arau. Hicimos cantidad de videoclips para grupos musicales que nos daban para pagar la renta. A raíz se esas colaboraciones con Sergio y su esposa Yareli Arizmendi, actriz de Como agua para chocolate, donde se conocieron, somos muy cuates y trabajamos bastante tiempo en eso, videoclips musicales de todo, desde Banda Maguey las filmamos acá. Lo que les encantaba es que nosotros filmábamos en 16, en negativo y se les hacía muy cinematográfico el efecto, luego Sergio, como gran caricaturista transmite sus ideas al ámbito digital, les daba una edición y efectos especiales que a todo mundo le encantaba para sus videoclips.
¿Qué otras cosas hice?. Salió otra película muy hibrida, muy interesante, que dirige Gabriel Beristain, ahí entro como productor, era la ópera prima del gran fotógrafo Gabriel Beristain y sale de un productor que era dueño de Univisión en aquel entonces, pone una empresa para producir. Había todo un género de movie of the week que se hacía aquí, en Estados Unidos, en inglés, antes de HBO o Show Times, por ejemplo, la cadena ABC tenía el movie of the week, una película con todas las de la ley, largometraje, pero destinada directamente a la televisión, y sale ahí un thriller muy locochón, un guion para empezar los movie of the week para Univisión en español, pero nos exigen que hagamos simultáneamente una versión en inglés. Gabriel terminaba de dirigir su escena en español, dice ya quedó, ahora va de nuevo en inglés. Mi esposa trabajo ahí como coach, entrenando con José Sefami, con los actores, sus diálogos en inglés, ya la escena la habían cubierto en español, y fue algo muy interesante, muy divertido.
Como productor andábamos en friega, teníamos una oficina padrísima de producción en Coyoacán y yo me iba en las noches a New Art, me llevaba los rollos de 35, de Churubusco a transferirlos a video para poder editar, teníamos editor allá. Una producción binacional, bilingüe al final yo me encargué de entregar el máster, lo entregaba 35 en inglés, 35 en español, máster en video en español y máster en video en inglés. Trabajamos con grandes actores, Angélica Aragón, Pedro Armendáriz, todos los actores qué más o menos hablaban inglés tuvieron prioridad en el casting, todos ellos grandes, grandes actores. León Becker fue el fotógrafo, Gabriel no quiso fotografiar quería concentrarse en la dirección, desde luego, y llevamos un gran elenco volvimos a trabajar con Mauricio de Aguinaco, ese fue otro largometraje que hice como productor.
Como director lo mas reciente que vengo haciendo es bien interesante te lo voy a comentar.
Me llega un amigo de hace muchos años, él era maestro en la escuela de arte de aquí de Southwest College una universidad aquí cercana a la frontera. Isaac, traigo un proyecto, quiero que me ayudes. Tengo que entrevistar a expertos en la Baja California, sobre la Baja California de ambos lados de la frontera, porque estoy trabajando en un proyecto con el INAH y la Universidad de California, porque queremos proponer el camino Real de las californias con sus 42 sitios, misiones, presidios, como patrimonio de la humanidad ante la UNESCO. Dije, juega. Imagínate entrevistamos a 52 personajes, le dije a mi amigo, - Te propongo esto, te voy a cobrar barato pero déjame trabajar con mi equipo, con mi gente, grabar en 4k, porque de aquí van a salir muchos documentales, van a tener todo el uso que tú quieras como entrevistas para que las revise la UNESCO quien quiera justificar la postulación del Camino Real, pero déjame grabarla bien para que salgan posibilidades de documentales. - Juega, desde luego que sí.
De ahí sale el documental actual que estamos a punto de terminar: Las rutas de Harry Crosby, el señor tiene 92 años, lo entrevistamos a fondo, el recorre la Baja California antes de que se construyera la carretera transpeninsular y rescata, de cierta manera, a lomo de mula, el camino Real de las californias desde Loreto donde sale la expedición de Portolá y Fray Junípero Serra, para fundar las misiones de alta California. Acababan de expulsar a los jesuitas que hicieron el camino real, claro, con mano de obra indígena y ahí viene Harry Crosby a lomo de mula buscando por dónde quedaba el camino, a veces tenían que explorar si quedaban algunas piedras, algunas bardas que les indicaran por donde, y logran, como dicen, mapear, desde Loreto hasta San Diego, a tiempo, para editar un gran libro de Harry Crosby, con su fotografía, El Camino Real, para conmemorar el 200 aniversario de la fundación de San Diego California.
El nada más llega hasta San Diego, desde luego Portolá se va y funda misiones con Serra, desde San Diego hasta San Francisco, Monterrey California, Sonoma, ese es el documental que estoy terminando, pero, tu has de saber que uno de los grandes expertos sobre la Baja California, es el fallecido doctor Miguel León Portilla.
Me manda a México a entrevistar a Miguel León Portilla, había tenido problemas para que me dieran la cita, no me la daban, y estaba con toda la plana mayor del INAH insistiéndole, estaba un gran amigo Francisco López, que era el director Patrimonios de la humanidad de toda la república, el encargado de postular, supervisar todos los patrimonios de la humanidad que existen en México, desde Chichén Itzá hasta el golfo de California y las Islas. Por fin me da la cita, me habla Pancho, arráncate, tienes cita en dos días con Miguel León Portilla. Nos vamos mi fotógrafo y yo, y Don Miguel se disculpa conmigo, me dice, Isaac yo conozco tu trabajo y sé que me estás buscando, discúlpame, he estado sufriendo de pulmonía y no podía atenderte, dice, ahora me siento mejor podemos platicar, nada más tengo bronquitis.
Es la entrevista más trascendente que he hecho en mi vida. Estaban Pancho López y mi crew, admirados. Como que León-Portilla ya presentía que no iba a durar mucho en este mundo. Yo creo que le hice cuatro o cinco preguntas y él solito se soltó, desde los 6 años que lo corrieron de la escuela porque él insistía que Baja California era parte de México y la maestra: ¡No, es parte de Estados Unidos!, y me entero que, aparte de ser el gran experto en la cultura, la filosofía precolombina, era, creo, el principal investigador de la Baja California. Los libros que él tiene sobre la Baja California, cartografías, son trascendentes, impresionantes, con un rigor de investigación que ya te imaginas: León Portilla.
Te comento algo muy interesante sobre León Portilla y la Baja California. Aquí se funda por los años 70’s, principio de los 80’s, no me acuerdo, el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad de Baja California. Llega aquí el doctor David Piñera, alumno de León Portilla, platicamos con Piñera, lo entrevistamos para este proyecto de archivo de entrevistas. León Portilla le dice te vas a Baja California, y dice David, ¿yo por qué?, yo soy de Jalisco. Porque se va a inaugurar este instituto, Baja California está olvidada, ignorada por el centro y merece tener un instituto histórico, hay muchas cosas muy importantes que no se han visto, que no se han reportado en la historiografía nacional. Desde luego David Piñera acepta y lo envía León Portilla con un regalo para la inauguración de este instituto: 1200 volúmenes sobre historia de Baja California, libros antiguos, raros, manuscritos.
Entreviste a toda la plana mayor del instituto, empezando por el doctor David Piñera y estaba esa biblioteca al fondo, fue algo muy padre.
Vengo proponiendo un documental sobre león Portilla, ya hablé con Canal 22, con el INAH, Jorge Sánchez me dio una mano, me presentó a gente pero nos cayó la pandemia y ahorita: ¡No hay!, ¡no hay!, ¡no hay!... La UNAM también sería una institución muy importante para el documental de León Portilla, voy a platicar con ellos. Ya tengo todo el material para ilustrar esa entrevista, he grabado cantidad de sitios de la Baja California que tienen que ver con la entrevista y además tengo el ofrecimiento del INAH, dice, no tenemos lana pero los códices y todo lo que tengamos ya escaneado, a tu disposición. Ahorita, ya ves los chavos con los efectos digitales, en otras películas que he hecho, hice una que trataba sobre la inquisición, las pinturas de Goya, los autos de fe, les meten animación y se vuelve otro género, y quiero hacer algo similar con los códices, está ese documental.
Hay cantidad de material, con esto te digo todo, el nombre de la serie va a ser La Península desconocida. Todavía es desconocida, yo te digo como fronterizo, te vas al sur de la Península y ves pueblos que tienen 300, 400 años con calles adoquinadas, misiones preciosas que son ya la pequeña catedral del pueblo, San Ignacio Loreto, San Javier, grabamos por todas esas rutas, recreamos las rutas de Harry Crosby con drones y cámaras, ahora les llamamos cámaras de tierra, y yo estaba maravillado.
Otro gran tema de Harry Crosby: los últimos californios. Cuando se secularizan las misiones toda esa gente que trabajaba en las misiones, descendientes de trabajadores, soldados que resguardaban las misiones, les dan sus terrenos, y ellos al no estar la transpeninsular, vivían vidas de lo más aislado en el siglo XIX, su forma de vivir era totalmente autosuficiente, totalmente. Bajaban a Loreto a hacer ciertas compras, pero ellos con sus cabras, con sus huertos, excelentes trabajadores de piel, hacían todo: botas, cintos, sombreros, chaparreras, lo que tú quieras, expertos en el trabajo con la piel, y tuvimos oportunidad de visitar esos ranchos que aún existían, la gente se acordaba de Harry Crosby, esa fue otra ruta.
Recorrimos la ruta del Camino Real, los ranchos con el mejor queso de cabra que se conoce en todo el país, llegan empresarios restauranteros de Monterrey y les compran toda la manada por adelantado, porque son rebaños que comen en el cerro su hierbita fresca. De veras, para mi fue revelador eso, gente muy noble, gente muy buena onda.
León Portilla fue muy amigo de Harry Crosby y en mi documental comenta, de otro tema fascinante de Crosby. En sus recorridos por el camino real, por los ranchos del Camino Real y de la Sierra La giganta, la Guadalupe, empiezan a ver, pinturas rupestres y preguntan ¿qué es eso?. Ah pues estas pinturas han estado ahí, no sabemos quién las pinto. Y para no hacértela muy larga, Crosby empieza a documentar las cuevas pintadas y descubre que Baja California tiene el quinto lugar de concentración de pintura rupestre, en el planeta, y son pinturas sui generis, espectaculares que se elevan a 40 pies de altura, personajes de 40 pies en la cacería, toda la iconografía clásica de ese género de pintura, y hasta la fecha, no saben exactamente como fueron pintadas esas obras, sí hicieron andamios de palmeras, otra cosa muy interesante. El documental 180 sitios de pinturas rupestres que no se habían documentado, sale su libro clásico, Las cuevas pintadas, que a León Portilla le encanta, es el clásico, León Portilla nos dice: es el conjunto de pinturas más importante de todo el continente americano en la Baja California, en Baja California Sur para ser específico.
Como cineasta yo estaba con todo este material como niño en Disneylandia, tenía todo, todo, todo.
Harry Crosby empieza como maestro de química en una preparatoria, se enamora de la fotografía, enamorado de México, también de la Baja California y se da cuenta que él tiene que documentar todo esto, y dejaba a su familia por temporadas de tres meses, su señora con tres hijos, y a la larga se vuelve un gran historiador, se va la biblioteca Bancroft, que es prácticamente la principal biblioteca de todo el país de materiales sobre las californias, Bancroft en Berkeley, y se da cuenta que tienen poco o nada sobre la Baja California. Dice, -tengo que seguir con esta chamba, es mi vocación. Total, se vuelve un historiador autodidacta a tal grado que el principal libro sobre la Baja California colonial antigua es obra de Harry Crosby, celebrada por todos los estudiosos, como también lo es Los últimos californios la gran contribución de Harry Crosby.
Le acabo de mandar el último corte de la película, le encantó, ya está grande, ya no reconoce bien, tiene sus problemas cognitivos, que ya nos empieza a pasar a todos, él tiene 92 años. Me dijo su hija, que sale también en la película, toda su familia le ayuda a editar sus libros, le ilustran sus libros, me dijo que puso el video en la pantalla grande de la casa, estaba absorto, se le olvidaba quién estaba hablando pero el tema era él, su obra en la pantalla, fue algo muy bonito, muy interesante. Para redondear aquí mi trabajo que, cómo ves, se ha concentrado en esta zona.
He hecho chambas comerciales de repente. Rápidos y furiosos termina de filmar y están haciendo pruebas, pruebas para ver cómo va a responder el público y me habla mi cuate Doc Clayburgh, nos hicimos amigos por un proyecto que teníamos de Tina Modotti, el acababa de regresar de México, de filmar El zorro, me dice, - Isaac hay una película nueva, hicimos las pruebas y al final se muere el protagonista, pero con la respuesta de los teenagers, se va a convertir en una serie, no podemos matarlo, al final se estrella y nos vamos a la Baja California a filmar varias escenas, se pierde en la carretera, se va de Estados Unidos, huye entre los saguaros de la Baja California. Y ahí nos tienes filmando una de las últimas escenas de los Rápidos y furiosos en la Baja California, que curiosamente fue en San Felipe, pero ya que terminamos de grabar, el Chavo de locaciones nos dijo: - vamos a ir al desierto de los gigantes. ¿Qué es eso? aquí esta, a media hora, no está lejos, quiero que lo vean. Y vamos y nos dejan entrar, había una rejita, era todo un bosque, no era saguaro, era cardón, que es el primo del saguaro, enormes, 40, 50 metros.
De nuevo regreso de Baja California con paisajes surrealistas, tiene unas biosferas inesperadas que los fronterizos no conocemos, para nosotros Baja California es Tecate, Mexicali, Tijuana, Ensenada y Rosarito, desde luego, y más para abajo está Los Cabos y La paz, pero en medio somos bien ignorantotes, aunque ya se está creando una conciencia y espero que este trabajo aporte a eso.
Otra anécdota que prácticamente es una experiencia cómica, Sony compra a Telemundo y quiere hacer una serie en español, un refrito de Los ángeles de Charly, y un tipo que hacía mucha, mucha televisión, series, y me manda llamar, nunca me daba chamba porque era todo de súper bajo presupuesto, nunca le gustaba pagar. Yo, con tal de conocer la onda de las series de televisión hubiera cobrado lo que me pagaran, quería aprender ese género que te tienes que aventar una temporada de 13 episodios de una hora, te da un temple muy padre. Me manda llamar, y empezamos a hacer la serie de Tijuana, para ahorrarse dinero no quiso filmarla en San Diego, y ahí estamos, adaptamos una maquiladora a estudio de cine y junto teníamos otra maquiladora que hacía muebles, otra maquiladora que hacía vestidos, que se yo. Entonces nos aventamos 13 episodios protagonizados por Paty Manterola, de repente nos llegaban buenos actores, vino Angélica Aragón y el behind-the-scenes era mucho más interesante que lo que sucedía en pantalla. Nos pedían locaciones espectaculares, mansiones y ahí iban nuestros chavitos de locaciones a tocar a las mansiones de la colonia Chapultepec, que es la más pipirisnais de acá, y de repente los vemos regresar en friega de la locación, perseguidos por unas camionetas Bronco con vidrios polarizados. ¿Qué pasó?. No, dicen, es que les tocamos y se enojaron, dijimos que estábamos haciendo cine. Evidentemente eran narcos. Llegan y nos ven filmando, se calman, nos saludan y se regresan a sus mansiones al Beverly Hills tijuanense. Una anécdota tras otra, fue una experiencia muy interesante donde aprendí, ahí iba yo como productor nada más, productor en línea y estás filmando un episodio con un director nuevo, estas supervisando la edición del capítulo anterior y preparando el próximo capítulo, era un tren de trabajo grueso, maquila al 100%.
Isaac qué bueno que no te veniste a la Ciudad de México la verdad aquí hubieras hecho mucho sin duda, pero has hecho mucho más allá, en tu tierra, en tu territorio, por tu tierra, por tu territorio.
Regresé a México, he querido levantar proyectos, como muchos colegas, para que te miento. Tengo un superior guion de Tina Modotti y Edward Weston, de hecho, Jorge Sánchez se había asociado antes de que fuera el director del IMCINE, me rodee de mucha gente, encontré todas las locaciones, me hice amigo del hijo y del nieto de Edward Weston, iba muy seguido a México pero imposible levantar el proyecto, Madonna lo intentó con apoyo de la empresa de Yagger, de Rolling Stone y nunca se pudo levantar el proyecto. Llegó Frida y como que eso ya cubrió ese renglón. Eugenio Caballero me diseño toda la producción, tal vez, cuando menos lo esperes estaré en México filmando esa película que a mí, como a muchos de mi generación les encanta el tema.
* El material fotográfico correspondiente a la película Rompe el alba fue proporcionado por Issac Artenstein, a quien se lo agradecemos.
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