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Los demonios nunca terminan Por: Nadia Rodríguez

Actualizado: 8 mar 2021


En esta ocasión quiero invitarlos a ver un documental de una cineasta universitaria, pero antes me gustaría hacer un preámbulo para dar más detalles sobre la historia que rescata este trabajo cinematográfico.

Hace algunos días, los medios de comunicación y las redes sociales dieron cuenta de la detención del ex gobernador de Puebla, Mario Marín Torres (2005-2011) un acto de justicia tardío que sabe bien, pero no complace en su totalidad. El llamado “gober precioso” fue capturado en Acapulco, Guerrero y trasladado al penal Benito Juárez de Cancún, Quintana Roo, por cierto, una prisión que no es de máxima seguridad.

Mario Marín fue acusado por los delitos de tortura y secuestro en contra de la periodista Lidya Cacho en el 2005, luego de un largo y turbio proceso legal, se giró la orden de aprehensión en su contra hasta abril de 2019. Tuvieron que pasar dos años para verlo ahora en prisión acompañando al empresario Jean Succar Kuri, acusado de formar parte de una red nacional e internacional de explotación sexual y pornografía infantil, delito por el cual cumple una condena de 112 años.

Estos hechos de horror no estarían completos sin mencionar el nombre del empresario libanés Kamel Nacif, apodado “el rey de la mezclilla”, quien formaba parte de la misma red de delincuencia organizada. Nacif fue protegido por Mario Marín en todas las ocasiones que logró perjudicar a la periodista Cacho, incluso pudo huir hacia el Líbano a pesar de haber una orden de aprehensión en su contra. Lamentablemente, México no tiene acuerdos de extradición con el Líbano y por ello no ha sido detenido.

Lidya Cacho trabajaba en un periódico local de Cancún, Quintana Roo, pero fue la denuncia que una joven hizo en contra Succar Kuri por abuso sexual y pornografía infantil en el 2004 el motor que la impulsó para iniciar una larga y profunda investigación periodística, quizá una de las más escandalosas de las últimas décadas.

Sí con miedo por las amenazas, pero más con valentía, deseo de justicia y verdad, así fue como la periodista trabajó para destapar esta red y además, sus hallazgos revelaron que la corrupción y el sistema político mexicano tejen un gran soporte para proteger a los delincuentes y sus negocios ilícitos.

En el libro Los demonios del Edén (Penguin Random House,2005) está plasmada toda la investigación y los detalles de estos acontecimientos en donde se revela también cómo prostituían de igual forma a menores de edad norteamericanos y de América Latina.

El caso de Lidya Cacho despertó en otras periodistas, defensoras de derechos humanos, artistas y cineastas, el interés por difundir su historia. Es así como Alejandra Islas Caro, documentalista y guionista egresada del CUEC de la UNAM, reconocida por obras como Muxes: auténticas, intrépidas, buscadoras del peligro (2006), dirigió Los demonios del Edén, un documental estrenado en el 2007 por Producciones Volcán y Bacanda Films que ahora pueden ver en diversas plataformas virtuales, incluida YouTube.


Narrado en primera persona, Lidya Cacho cuenta cómo vivió todo el proceso, los careos con Kamel Nacif, el trabajo de equipo con su grupo de abogados y los detalles de las llamadas grabadas entre los acusados. Para enriquecer el documental y poner en contexto los hechos delictivos en sí y la labor de Lidya, están los testimonios de otros periodistas y especialistas en el tema.

Además, Alejandra Islas da cuenta de la explotación ejercida por Kamel Nacif en contra de sus trabajadores, quienes laboraban en las fábricas textileras que tenía en Puebla donde hacía la mezclilla. Pero no sólo estaba el abuso a los empleados, también la contaminación que generaban sus químicos en el agua y cultivos de los agricultores.


Recordar sucesos como éste es no olvidar, por eso el valor del documental Los demonios del Edén cobra significado, incluso es una oportunidad para los más jóvenes y para quienes no saben del tema, de adentrarse en uno de los tantos pasajes de impunidad y corrupción que laceran a la sociedad mexicana. Pero también nos hace pensar en los periodistas que ponen en riesgo su vida por darle voz a las víctimas y luz a la opinión pública.


Los demonios del Edén

Guion y dirección: Alejandra Islas Caro,

País: México

Producción: Jorge Prior.

Compañía Productora: Producciones Volcán

Fotografía: Alejandro Quesnel.

Edición: Reginaldo Chapa, Alejandra Islas Caro.

Música: Carlos Cuevas.




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