Las enfermedades forman parte de la historia del hombre, y han adquirido distintas connotaciones según la cultura, la geografía y el tiempo. En la antigüedad para los asirios, significaban impurezas del alma; para los mesoamericanos, las malformaciones y enfermedades congénitas eran un llamado divino, y las personas que nacían con ellas eran reconocidas por su diferencia.
Las primeras muestras prehistóricas de arte, ahora identificadas como pinturas rupestres, relatan aspectos de lo cotidiano como la caza y los rituales, pero no la enfermedad.
La Edad Media marcó un hito en materia artística, a causa de la bacteria Yersinia pestis que impactó a la sociedad en todo sentido.
Se considera pandemia a una nueva enfermedad o variación de alguna ya existente que se propaga a gran escala. La bacteria Yersinia pestis fue la causante de la peste negra, o peste bubónica, de la Edad Media: la primera pandemia. Entre 1348 y 1353, la peste negra acabó con más de un tercio de la población europea y también asoló a los continentes asiático y africano.
Los artistas del Medievo comenzaron a plasmar la cercanía de la enfermedad y la muerte. Antes de ello, en la sociedad occidental, las representaciones sobre la muerte hacían referencia al libro bíblico de Juan, pero a partir de ese instante lo hicieron desde la cotidianidad.
La Danza de la muerte o la Danza macabra data de esa época. La obra, un diálogo en verso escenificado, explora la universalidad de la muerte. En dichos versos, una persona representa a la muerte, y llama a otras de distintas edades y clases sociales a danzar con ella al rededor de una tumba. En ese tiempo, la Danza macabra representó un recordatorio de la fugacidad de la vida y la inutilidad de los placeres terrenales.
La Danza Macabra se representó pictóricamente en la serie de grabados de Hans Holbein el Joven publicados en 1538. Más tarde, Pieter Brueghel el Viejo realizó una de las obras más representativas basadas en la peste: El triunfo de la muerte. En la literatura, la peste también quedó plasmada en obras como Encuentro entre los tres muertos y los tres vivos, con una temática similar a la Danza macabra.
Aún con el paso de los siglos, la peste negra continuó siendo un tema recurrente entre grandes pintores. En 1637, Rubens en Las consecuencias de la guerra le dedicó un espacio central entre los grandes males del mundo. En 1823, Goya pintó La peste, y en 1898 Arnold Böcklin pintó un óleo homónimo.
En 1918, el mundo se enfrentó a una nueva pandemia: la gripe española. El brote comenzó en el sudeste de Asia y se propagó rápidamente a causa de las movilizaciones de la Primera Guerra Mundial. Dado a que países como Italia, Estados Unidos, Francia, Rusia y Gran Bretaña se encontraban inmersos en la guerra, silenciaron su situación referente a la enfermedad a fin de no mostrarse vulnerables frente a sus enemigos. España, que no participaba de lleno en el conflicto, fue el país que más información aportó respecto al padecimiento, y por ello se le denominó gripe española.
En un sólo año, la gripe española se expandió por Europa, Asia, África y América. Aproximadamente, entre el 3 y el 6% de la población mundial falleció a causa de esta segunda gran pandemia. En la extraordinaria producción de 1981 de Televisa, la telecrónica, Toda una vida, dirigida por Héctor Mendoza, su protagonista, Alejandra Pastora, interpretada magistralmente por Ofelia Medina, muere víctima de esa enfermedad.
Los pintores Gustav Klimt y Amedeo Modigliani, y el escritor Guillaume Apollinaire fueron víctimas de la gripe española. A diferencia de la peste negra, en la gripe española hubo sobrevivientes que pudieron plasmar artísticamente su visión de la enfermedad. El pintor expresionista Edvard Munch se enfrentó a la terrible enfermedad, y tras ello dejó testimonio de su padecimiento en 1919: Autorretrato después de la gripe española.
El siglo XX convivió con una pandemia discreta: el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), como lo retrató de manera melodramática Jonathan Demme en Philadelphia.
Según cifras oficiales emitidas por la Organización de las Naciones Unidas, desde el comienzo de la enfermedad, aproximadamente 78 millones de personas han contraído la infección por el VIH y 39 millones han fallecido a causa de enfermedades relacionadas. Por esta razón se considera al SIDA una pandemia.
Como hemos visto, la fuerza de las pandemias siempre ha atraido al arte. En la Edad Media representó los valores de la época. Durante la Primera Guerra Mundial, los artistas representaron tanto su experiencia personal como su contexto histórico. En la actualidad el arte además difunde información, e incluso, contribuye económicamente recaudando fondos. Pero sobre todo, el arte marca un camino de catarsis por el cual la humanidad se enfrenta a sus miedos.
Tal y como ya sucede con el COVID-19. en el cuadro Las Meninas de Velázquez, no hay Meninas y El jardín de las delicias de El Bosco, es un terreno baldío y deshabitado. En el Nacimiento de Venus de Boticelli solo hay una concha en medio del mar. En tiempos de coronavirus hay quien comenta que los personajes de los cuadros también están en cuarentena.
Estas reinterpretaciones de obras clásicas del arte forman parte del trabajo del fotógrafo español José Manuel Ballester (Madrid, 1960) y han sido retomadas para hacer un llamado para que la población se quede en casa en plena pandemia. Las imágenes de Ballester han sido retuiteadas cientos de veces y han recibido miles de likes en plena crisis de salud.
Los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves. Un nuevo coronavirus es una nueva cepa que no se había encontrado antes en el ser humano.
Con respecto al que ahora azota al mundo, hay pruebas concluyentes de que el brote se originó por exposiciones en un mercado de pescados y mariscos de la ciudad de Wuhan, China, mismo que cerró el 1 de enero de 2020. Esta situación fue notificada inicialmente el 31 de diciembre de 2019, fecha en que se informó a la Oficina de la OMS en China. Autoridades locales encontraron un nuevo tipo de coronavirus, que fue aislado el 7 de enero de 2020.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró que el coronavirus Covid-19 pasó de ser una epidemia, a una pandemia por el numero de países infectados. “La OMS ha evaluado este brote y estamos profundamente preocupados, tanto por los niveles alarmantes de propagación y gravedad, como por los niveles alarmantes de inacción. Es por ello que hemos decidido decretar el estado de pandemia”, afirmó el funcionario, quien ha reconocido que "todos los países deben adoptar una estrategia combinada integral", basada en "contención" y "mitigación", para "controlar la epidemia y hacer retroceder este virus mortal".
La alarma ya esta, y el daño está hecho, el virus viaja a lo ancho del mundo como en una trama creada por Stephen King en un futuro que ya nos alcanzo y rebasó.
Atractivas han sido para el cine las amenazas de la humanidad en peligro. Son tierra fértil para que el héroe poderoso e imaginativo las combata, desde situaciones absolutamente inverosímiles, como invasiones extraterrestres o de seres monstruosos, producto de laboratorio, hasta hambruna y virus letales, perfectamente reales y creíbles. Sin frivolizar, nos limitaremos a hacer un recorrido cinéfilo/epidemiológico por algunos de los países que ya han organizado viajes, teniendo como guías a los cineastas y a sus creatividades e imaginaciones.
En una ciudad mexicana se presenta un brote epidémico, sin que las autoridades hagan caso a las advertencias de los especialistas. Ante la magnitud de los daños, el gobierno decide controlar la información y organizar brigadas represivas disfrazadas de grupos de fumigación, entre otras medidas para distraer la atención y evitar el pánico entre la población. Las autoridades ignoran las advertencias y terminan por encubrir lo que para los especialistas es una epidemia similar a la que azotó Europa en la Edad Media provocando que el caos y la muerte cubran las calles de la ciudad. Por su parte, la sociedad finge que no pasa nada, mientras la ciudad se llena de cadáveres. Finalmente, el virus desaparece dejando un saldo de 300 mil personas muertas y la declaración del gobernante de la ciudad: "No hubo peste".
Con uno de sus directores más emblemáticos, Felipe Cazals, quien en 1978 filmó El año de la peste, basado en la novela Diario del año de la peste, de Daniel Defoe, con guion de Gabriel García Márquez, Juan Arturo Brennan y José Agustín a cargo de los diálogos. La película fue protagonizada por Alejandro Parodi, José Carlos Ruiz, Rebeca Silva y Tito Junco entre un numeroso elenco.
Continuando con nuestro viaje arribamos a Colombia, patria del autor de la novela homónima en que se basa la película, Gabriel García Márquez, y donde tiene lugar la acción de El amor en los tiempos del cólera, epidemia protagonista de novela y película.
La película narra la historia de Florentino Ariza (Javier Bardem)) que es capaz de esperar 51 años 9 meses y cuatro días al que considera es el amor de su vida Fermina Daza (Giovanna Mezzogiorno)). La historia se desarrolla a finales del siglo XIX y principios del siglo XX en la costa caribe de Colombia; en tiempos que reina la penuria y varias guerras civiles azotan al país. A las ciudades costeras llega la epidemia del cólera y los "síntomas del amor” se confunden con los de esta enfermedad.
El amor en los tiempos del cólera, es una película de 2007 dirigida por Mike Newell, la película fue rodada principalmente en la ciudad de Cartagena de Indias.
Bajando un poco más por nuestro continente americano, llegamos a Brasil, país que comparte lengua con Portugal y que financió la adaptación del Nobel José Saramago: Ensayo sobre la ceguera cuya adaptación cinematográfica se titula simplemente Ceguera y fue dirigida por Fernando Meirelles. Como en la novela que le da origen, la cinta trata de una repentina epidemia que causa una ceguera lechosa en toda la población mundial sin detonante visible. Tal catástrofe sirve como catalizador al protagonista para sacar a la luz lo más putrido de su interior.
Ceguera es una investigación valiente de la naturaleza, de los sentimientos humanos como el egoísmo, oportunismo y la indiferencia, pero también de la capacidad de compadecer, de amar y de perseverar.
Una barca a remos nos lleva a través del Mar del Norte hasta Suecia, donde el desaparecido Ingmar Bergman organizó una tétrica partida de ajedrez con la muerte en El séptimo sello.
Antonius Block, (Max Von Sydow, actor fetiche de Bergman, recientemente fallecido) un caballero cruzado, regresa a su tierra natal, Suecia después de 10 años de ausencia luchando en las Cruzadas. Se encuentra con una comarca diezmada por la peste. La figura de la Muerte aparece para reclamar a los habitantes de su pueblo y éste decide retarla a un juego de ajedrez y con ello ganar tiempo para así encontrar un acto cuya ejecución le dé sentido a su vida antes de morir.
En el mismo continente europeo llegamos a Italia. En Venecia, Luchino Visconti adaptó de manera magistral y casi muda la novela de Thomas Mann Muerte en Venecia. Muerte en Venecia es el viaje introspectivo de un autor que vive una crisis creativa y decide realizar un viaje exterior a Venecia en busca de inspiración Su rigidez y moralidad se ven minados por la atracción y pasión hacia un joven que conoce en el hotel y con quien entabla una relación en la que, lo único que intercambian son un par de miradas.
En la acuosa ciudad, el protagonista, un compositor alemán consumido de amor por el efebo, ve cómo se apaga su vida del mismo modo que la ciudad, invadida por la peste.
Aschenbach sufre un ataque al corazón en la playa, y mientras él va a su inexorable encuentro con la muerte observa como el bello Tadzio se aleja iluminado por el sol. La película cuenta con la inmejorable interpretación de Dirk Bogarde como el atribulado Aschenbach.
La novela de Thomas Mann fue llevada al escenario operístico en 1973 por el compositor inglés Benjamin Britten, con libreto de Myfanwy Piper, y hace poco mas de una década, por vez primera se presentó en México, con la Compañía Nacional de Ópera, bajo la dirección escénica y el diseño escenográfico de Jorge Ballina y el director concertador Christopher Franklin. El libreto de Piper incorpora largos y continuos soliloquios, intercalando encuentros y diálogos breves con personajes incidentales y escenas colectivas.
De vuelta a América llegamos a los Estados Unidos (actual epicentro del COVID - 19 y cuna mundial del cine de desastre), tiene una destacada contribución al género, con una fábula apocalíptica, creación de Terry Gilliam, que dirigió en 1995 12 monos, una de sus más lúcidas obras. Se infiere que la trama comienza aproximadamente en 2035. Un virus mortal de transmisión aérea, asola la tierra a partir de 1996 acabando con la mayor parte de la población del planeta. Los supervivientes se refugian en comunidades subterráneas selladas a fin de quedar aislados del virus presente en la atmósfera. Paralelamente, en ausencia de humanos en la superficie, los animales comienzan a poblar y dominar la Tierra, ya que el virus mortal no los afecta.
Remake de La jetée, (1962), de Chris Marker, película francesa de ciencia ficción de 28 minutos filmada en blanco y negro. En ella, se relata la historia de un experimento de viaje en el tiempo llevado a cabo tras una guerra atómica. Su director la define como una fotonovela, pues se realizó filmando una serie de fotografías que dan contexto a la narración que las acompaña y apenas cuenta con una breve secuencia de imágenes en movimiento.
La jetée nos hace volver al viejo continente, concretamente a Francia, tanto en la original europea, como en la copia gringa, los viajes en el tiempo son parte fundamental de la trama. Un preso viaja al pasado para conseguir una muestra del virus que ha reducido la población mundial a un 1% en un intento de que el futuro tenga futuro.
También en el viejo continente, en Alemania, nos encontramos con Nosferatu el vampiro, película muda de 1922 dirigida por F. W. Murnau, que fue la primera película de terror de la historia y dio origen a este género.
En la clásica película el protagonista, Hutter encuentra el libro sobre vampiros y sospecha que Orlok es un vampiro. Durante el viaje a Wismar, el barco en que Orlok viaja es invadido por ratas que salen de los ataúdes y sus tripulantes mueren misteriosamente. Por otro lado, Hutter se encuentra en un hospital, del cual trata de escapar para avisar a los pobladores de Wismar acerca de la amenaza que les acecha. En Wismar, junto a la llegada del vampiro llega una plaga de ratas que causa la muerte de sus pobladores.
En 1979 producida en la República Federal Alemana, escrita y dirigida por Werner Herzog, llevó a cabo un remake, igual que la original, ambientada en la ciudad de Wismar, Alemania, y en la región rumana de Transilvania a mediados del siglo XIX, Nosferatu fue protagonizada por Klaus Kinski en el papel de Nosferatu, Isabelle Adjani como Lucy Harker y Bruno Ganz como Jonathan Harker.
Más recientemente, la primera escena de Infección (Flavio Pedota, 2019) ofrece una vista en alto de Caracas con los ojos de Hugo Chávez a la izquierda y un graffiti que reza "Maduro dictador" a la derecha, imagen que vaticina que no será solo un film de terror. La ópera prima de Pedota es una alegoría de la crisis humanitaria que atraviesa el país sudamericano.
Infección muestra una Venezuela azotada por una ola de contagios zombies provocada por la mezcla de una droga con la rabia. El doctor Adam Vargas intentará salvar a su hijo de la epidemia. El contexto atroz en que sucede la película es la Venezuela actual, la de escasez de alimentos y suministros médicos, la de las fronteras abarrotadas y la de un gobierno que no da cuenta de su situación interna.
En la película, la población sucumbe al pánico. Teme ser contagiada por lo desconocido. Los ciudadanos ven cómo su mundo se desmorona ante una epidemia cuyas causas ignoran. El vecino deja de ser la persona que solía saludar en las mañanas para convertirse en una amenaza. Ningún paso es seguro. El mundo cambia. El director venezolano, exiliado en México, proyectó su película en competencia en el Festival Internacional de cine en Guadalajara, 2019.
En cuanto a la situación que actualmente padece el mundo entero, Quique Caubet, medico en el Val d'Hebron, explica.
¿Por que el COVID-19 es enormemente peligroso? Lo que determina el peligro de un agente infeccioso es la combinación de 3 factores: el vector de contagio, la morbilidad y la mortalidad. El COVID-19 tiene un vector de contagio entre 1,5 y 2,5, es decir, 3 veces superior a la gripe. Lo cual implica que su propagación es geométrica: 1-2-4-8-16-32-64-128-256... pero lo peor de todo es que, a diferencia de la gripe y del SARS, que fue la última epidemia por coronavirus de 2003, éste se contagia también durante las dos semanas de incubación, antes de tener incluso síntomas.
En cuanto a la morbi-mortalidad, hay que tener una cosa clara: TODOS VAMOS A INFECTARNOS POR EL COVID-19 en los próximos tres meses. Ahora bien, de cada 1000 personas, 900 lo pasarán asintomaticamente, incluidos niños y jóvenes. 100 mostrarán síntomas. De esos 100, 80 lo pasarán como una gripe muy fuerte: tos seca, dolor de cabeza y muscular, es decir, dos o tres semanas en casa y al final lo superarán. De 20 que quedan, 15 desarrollarán una neumonía bilateral con dificultad para respirar, que requerirá ingreso hospitalario para administrar broncodilatadores, corticoides y oxígeno. Los 5 restantes desarrollarán una fibrosis pulmonar que exigirá inmediato ingreso en la UCI con respiración asistida. De esos 5, 3 morirán. Y los dos que se salven presentarán secuelas que obligará posiblemente a trasplante de pulmón.
Estas son las cifras que se manejan actualmente en la comunidad científica occidental, ya que los datos en China han sido peores, pero porque su sanidad no está tan preparada. Visto así no parece tan grave, ¿verdad?...
EL AUTENTICO PROBLEMA NO ES LA ENFERMEDAD EN SI, a pesar de que tiene una morbimortalidad importante, sino que, debido a sus características epidemiologicas, viene en una oleada infectando a toda una población que no tiene inmunidad previa en cuestión de 2-3 meses. Resultado: COLAPSANDO EL SISTEMA SANITARIO!!!
Parece una película de ciencia ficción, pero está pasando AHORA MISMO en el norte de Italia. País que estaba como nosotros ahora, pensando que no era tan serio... Hasta aquí la cita de Caubet.
En este breve recorrido por el tema epidémico y el arte, no están todas las obras que son, pero si son todas las que están y siguen invitando a la reflexión, sobre todo ahora que no estamos viviendo una ficción, sino una realidad que tenemos que enfrentar.
En otro tenor, no precisamente artístico, mas bien popular, en México, ya existe la cumbia del Coronavirus, creada por Mister Cumbia, pero eso no es todo, en medio de la preocupaciones por la expansión del coronavirus, también ha habido espacio para el ingenio musical. Basta escribir "coronavirus" en la plataforma de música Spotify para encontrar cerca de 100 resultados en distintos idiomas. Las canciones son, en su mayoría, parodias y guías de consejos sobre cómo protegerse para evitar el contagio por la epidemia. Las contribuciones musicales han venido de cada región del planeta en forma de rap, cumbia, dembow y trap.
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