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Estudios América. Espero que este libro vuelva a ser un parteaguas.


Rosario Vidal Bonifaz es doctora en Ciencias del Desarrollo Humano, en el área de Estudios Culturales, ha sido Profesora Docente en el Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara (UdeG) donde imparte cátedras sobre temas cinematográficos a nivel de licenciatura y postgrado. Ha escrito diversos ensayos, libros y capítulos de libros en torno a la historia del cine mexicano y latinoamericano, editados en México y en el extranjero. Ha trabajado como productora ejecutiva en diversos documentales; forma parte de comités de selección y jurado de varios festivales de cine, así como la asesoría y curaduría de diversas exposiciones sobre historia y estética del cine mexicano.

Ha trabajado como productora ejecutiva en diversos documentales; forma parte de comités de selección y jurado de festivales de cine, así como la asesoría y curaduría de diversas exposiciones sobre historia y estética del cine mexicano. Ha participado en Coloquios sobre cine a nivel nacional e internacional, así como la impartición de cursos a nivel licenciatura y posgrado en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), en la Universidad La Salle, en la Universidad Nacional Autónoma de México, la Cineteca Nacional, entre otros. 

Ha publicado en múltiples revistas nacionales e internacionales, en donde ha publicado diversos ensayos y capítulos de libros en torno a la historia del cine mexicano y latinoamericano.

Es autora de los libros Surgimiento de la industria cinematográfica y el papel del Estado en México (1895-1940). Editorial Miguel Ángel Porrúa, 1ª reimpresión, México 2011. Cinematográfica Marte. Historia de una empresa fílmica sui géneris. Secretaría de Cultura-Cineteca Nacional, México, 2017; coautora de La fábrica de sueños. Estudios Churubusco (1945-2015), tres volúmenes, Sep-Conaculta-Estudios Churubusco, México, 2015; Fichas filmográficas para el libro Historia de la Producción Cinematográfica Mexicana 1981-1982, coordinado por Eduardo de la Vega Alfaro, Cineteca Nacional, México, 2016 y de Fichas filmográficas para el libro Memoria Fílmica Mexicana (1983 – 1984), Eduardo de la Vega Alfaro (Coordinador editorial), Secretaria de Cultura-Imcine-Cineteca Nacional.

Platicamos con la autora e investigadora en torno a su más reciente libro: Estudios América. Esta es la conversación.

Rosario tu mano nos guía por un viaje maravilloso, eres como una guía de turistas fílmicos, no nada más por los estudios América sino, previamente, por el auge de la industria cinematográfica en México, cuando había muchos estudios que creo que ahora, lamentablemente ya nada más quedan y muy recortados los Churubusco, pero los América en algún momento fueron igualmente importantes. Es un viaje fascinante que, supongo que para crear esta ruta por la que nos guías te llevó un buen de tiempo.

 

4 años

En realidad poco tiempo para una investigación tan exhaustiva.

Aunque sí fue complicado. Cuando estaba trabajando en la continuación de la historia de los estudios Churubusco con el doctor Eduardo de la Vega, porque nos pidieron actualizar de 1975 al 2015 para conmemorar el aniversario de los estudios, empecé a encontrar muy poquitas notas de los estudios América, y después, cuando trabaje la historia de la productora Cinematográfica Marte, que todas sus producciones, a excepción de una película de Julián Pastor, se hacen en los estudios América, sí me di cuenta que era súper importante y relevante contar la historia de dichos estudios, aunque no me imaginé en el problema inmenso que me estaba metiendo, porque pensé: Seguramente Filmoteca de la UNAM y Cineteca tienen información suficiente para poder hacer dicho estudio, y pues resultó que no, que ni una ni otra tenían suficiente información de los estudios América.

 

O sea, que el aporte que tú estás haciendo rebasa incluso a las dos grandes instancias… …de archivos fílmicos de México, los más importantes de nuestro país. De hecho, a raíz de que voy encontrando información se la proporciono sobre todo a Cineteca Nacional, les empiezo a llevar la información.

Me metí a consultar revistas, periódicos que yo conocía muy poco, por ejemplo, La voz del actor, que era el órgano de la ANDA, fue un archivo muy importante para mí, donde encontré información relevante. La consulté en un archivo fílmico privado, porque fue más allá de Cine continental, Cine gráfico, Cine mundial, Cinema reporte. Estadio, fue ir más allá de Novedades, del Diario oficial de la federación, el Excélsior, fue consultar periódicos que, inclusive en determinado momento, por ejemplo, en la hemeroteca de la UNAM no me los podían prácticamente ya facilitar, porque si lo hacían, se iba a deshacer el periódico.

Te digo que, además, un archivo fílmico privado me salvó la vida, que es el archivo Mil nubes de Roberto Fiesco. Por eso en parte está dedicado el libro a Roberto Fiesco y a Julián Hernández, en primer lugar, por ser dos grandes cineastas, por otro lado, Fiesco es de una gran generosidad, todo lo que le pido, me dice que sí. Llegó un momento en el que me dio llaves de su casa para poder ir a consultar los archivos que tiene, y para poder ir a buscar imágenes. 

Además, tiene acervos que no tiene nadie, es un gran coleccionista, yo creo que acabará como Monsivais con sus colecciones.

Sí, su casa, yo creo que prácticamente, hoy en día está, su cama y su archivo, es impresionante y es de agradecer, porque además yo creo que una gran parte de lo que gana lo invierte en estar rescatando la memoria de nuestro país, cosa que hacen muy pocos. 

Y que además sea generosos para compartirlo.

Sí. Y entonces para mí fue Cineteca, Filmoteca, Hemeroteca de la UNAM, el archivo de Roberto Fiesco, pero fueron horas, horas, horas.

Yo llegaba a la Hemeroteca a las 9 de la mañana, no salía a comer y me iba a las 6 de la tarde, además, afortunadamente en el celular tengo un escáner, y era estar oprimiendo botones para ni siquiera pedir fotocopias, porque ya ves que para la fotocopia: Suba usted al cuarto piso, baje al segundo, y de todos modos tenía que pagarlas ,pero yo iba con mi celular y me cobraban como si fueran fotocopias, llegaba y decía, saqué tantas. 

Pero ahorrabas tiempo.

Sí me ahorraba tener que subir, bajar, ver si el de la fotocopiadora estaba, si no se había ido a su hora de almuerzo, de comida, ahora se fue temprano porque…

En tu libro Cinematográfica Marte, se revalora un cine que está prácticamente perdido, que todo mundo ignora, o la mayoría, en el país de la desmemoria, y que en ese momento van dando sus primeros pasos, los grandes cineastas que en un periodo inmediatamente posterior, en los setentas despuntan a todo, porque habían tenido esta etapa previa, y su lugar de trabajo fue los América.

Y además con este tipo de cine al que se le solía llamar de serie B, en donde además se pensaba que solo se hacía cine de mala calidad, cuando no es cierto porque le abrió las puertas a personajes que, como comentas, luego serían grandes cineastas. Por otro lado, a personas que empezaron jalando cables y terminaron siendo directores como Rafael Villaseñor Kuri, Francisco Guerrero, toda la dinastía de Anda se formaron en los estudios América, la dinastía de los Rosas Priego, los Cardona, los Rodríguez. Fue una fuente de empleo, abrió y dio oportunidad, porque acuérdate que los sindicatos eran muy cerrados y eso hizo que se crearan nuevas fuentes de empleo, y es algo que había que destacar y que mostrar. 

En la ya distante presentación de tu libro, que, para mí, es la mejor presentación de un libro: corta, sustanciosa, estaba la gente que tenía que estar, fue muy rica con tus presentadores, y, al final, fue magnifico que subieran los directores sobrevivientes que trabajaron en los América. Supongo que también esa fue una gran fuente de documentación para ti, los testimonios vivos de sus protagonistas.

Sí, sí, por supuesto. En mis presentaciones nunca me ha gustado tener más de dos personas, inclusive a veces con una. Yo digo que mientras más sencilla y corta sea, es mejor y en este caso, además contar con esa presentación por parte de Roberto Fiesco y de Elisa Lozano, para mí fue un gran honor, porque son dos colegas que, además, se aventaron en poco tiempo un resumen impresionante del libro, que no es fácil, no es de lectura sencilla porque está lleno de información.

Como tú mencionas, por un lado primero hago una introducción de los estudios que existían antes de que llegaran los América, hablo continuamente del conflicto entre el STIC y el STPC, no olvidemos que por los problemas de malversación del STIC, el Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica, Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica se va prácticamente, más adelante, a trabajar a los Churubusco.

En el STIC se van a quedar solo los trabajadores de la distribución y exhibición, y gracias a que quedan en los estudios América, nuevamente se va a formar, otra vez, toda la parte creativa de estos estudios. Aparte de eso también menciono las películas que se producían cada año, lo que producía el STIC lo que producía el STPC, el costo promedio de producción, que eso también me llevó a bibliotecas, a consultar muchos, si, muchos libros, porque creo que hasta la fecha ningún libro tiene estos datos. Por ejemplo, la producción, cuanto se producía en un sindicato, cuánto en el otro, y de esa manera yo creo que se revaloran estos estudios, porque del total de la producción de esos años de 1957 a 1993 el 43% de las películas se hacen en los estudios Churubusco, pero el 33% se hacen los América, el resto no utilizaban estudios, o se hizo la postproducción en un estudio privado. Entonces está lleno de muchísimos datos, yo espero que, así como mi libro Surgimiento de la industria cinematográfica y el papel del Estado en México, que creo que también fue un parteaguas, y que afortunadamente me lo editó también Miguel Ángel Porrúa, que es un libro que se sigue pidiendo, que lleva dos ediciones, que está agotado, yo espero que este libro vuelva a ser un parteaguas y que se consulte porque si tiene muchísisima información.

Por otro lado, el hecho de que haya decidido el editor poner la filmografía de manera digital, se agradece, porque estamos hablando de una filmografía de, hasta el momento, porque seguramente nos faltaron películas, que luego no se ponía en que estudios se trabajaba o se postproducía, pero hasta el momento, yo llevo registrada una filmografía de 1093 películas, que, a doble columna, implica 700 páginas, entonces estás hablando de un libro de mil un, mil dos páginas, y esa es otra cosa que tengo que agradecer porque además, el libro lo puedes adquirir de forma digital, en Porrúa lo puedes comprar en línea y lo bajas a tu PC, o a tu Mac, o a tu Kindle, porque tiene todas esas opciones, o a tu tableta, o puedes comprar el físico y oprimes el código QR, y lo bajas a tu computadora.

Y, además, es un dato importante porque me dieron acceso a los archivos del STIC, cosa que yo creo que nunca había pasado, entonces por eso recupero información de asistentes de sonido, de escenografía, datos de maquillaje, de peluquería, de utilización de los mismos estudios. De fechas de inicio de rodaje, que no tiene la Historia documental del cine mexicano, de Emilio García Riera, ni su continuación, y como tú bien señalas, además, en la medida de lo posible, siempre que puedo, a mí me gusta entrevistar a los personajes que todavía viven, y para mí fue un privilegio y un gozo poder entrevistar a Rafael Villaseñor Kuri, que se volvió el director de cabecera, por ejemplo, de Vicente Fernández; poder entrevistar a Francisco Guerrero, a Alfredo Gurrola que hace sus inicios en el cine comercial en los América, a Jorge Fons. Logré entrevistar a dos de los que dirigieron los estudios América, me refiero a Juan Fernando Pérez Gavilán y a Carlos García Agraz, cuyo testimonio es bellísimo, porque habla de una manera muy entrañable y hace una revalorización de los trabajadores de los estudios América, que eran menospreciados, que además ganaban menos que los de los estudios Churubusco, lo cual era totalmente injusto, que tenían que estar luchando más continuamente por el derecho de incorporarse al Seguro Social, de tener derecho al Infonavit porque continuamente no los dejaban.

Alcancé a entrevistar a Raúl de Anda Serrano, que ya falleció, a Antonio de Anda, el único que queda vivo es Gilberto de Anda Serrano, entrevisté a Alfonso Rosas Priego.

Entrevisté además, esa parte fue muy bonita para mí, al fotógrafo Fernando Álvarez García Colín, quien trabajo en cerca de 250 películas en los Américas, primero como asistente de camarógrafo y ya como cine fotógrafo. Fui a su casa y me pasó que, al empezar mi entrevista no se acordaba de muchas cosas, y un día empecé a ponerle pedacitos de película que llevé en mi tableta, y haz de cuenta que dijiste “Ábrete sésamo”, veía una imagen y decía: Es que para filmar esta secuencia yo me puse en el suelo… y utilicé los focos, no sé cuáles, y puse… yo me quedé asombradísima. En el momento en el que le ponía las imágenes se acordaba de todo, pero de todo. A su casa entraba a las 9 de la mañana, y salía a las 10 de la noche. Con Rafael Villaseñor me pasó que empezaba a entrevistarlo en su lugar de trabajo, íbamos a comer, llegábamos a su casa, y me traía a mi casa a la 1 de la mañana. Y todos súper entusiasmados, con Francisco Guerrero nos citábamos en el Vips y nos corrían; Alfredo Gurola me preguntó, ¿dónde vives?, para citarnos cerca de donde tú vives.

Entonces, al final de la maravillosa presentación, agradezco y doy gracias de que cancelaran en otro lugar, porque teníamos que terminar a las 8 en punto, no iban a permitir canapés ni vino, el libro se tenía que vender en 490, llegó un momento en el que Miguel Ángel y yo dijimos: Pero qué necesidad, así como dice la canción de Juan Gabriel, para qué tanto problema y cambiamos por este lugar maravilloso. A mí me impresionó, porque llegaron entre 80 y 100 personas a la presentación. 

Y parecía una reunión de familia, de amigos, todos, o casi, nos conocíamos, todos, o casi, tenemos algo que ver con el cine. El ambiente era cálido y de calidad, lo reitero, he ido a no pocas presentaciones de libros, tú sabes cubrí la Fil Guadalajara, y otras muchas, pero esta me resulta entrañable, que buena presentación, así deberían ser todas.

Por ejemplo a mí en la Feria Internacional del Libro, no me gusta presentar libros, porque, además, hoy en día está de moda hacerlo en el stand de la editorial, con quince sillas, pasando la gente por todos lados, que no te dejan concentrarte, que no se escucha lo que dicen los presentadores, se oye más lo que está en el otro stand, entonces yo prefiero una excelente presentación, que cuatro chiquitas malas. He escuchado que a varias por ahí, les ha ido como en feria por lo mismo.

Al final dije, en lugar de echarme todo un rollo de cómo hice mi libro, cuando todos lo empiecen a leer se van a dar cuenta del método, yo creo que lo importante es acabar de rendirle un homenaje, porque ese fue, para mi otro gran asombro, que Rafael Villaseñor Kuri fuera, que Francisco Guerrero fuera, que Alfredo Gurrola se disculpara porque no podía ir, que Adolfo Martínez Solares se disculpara, Fernando Álvarez Colín, es muy grande pero, se disculpó, pero todos los que estaban en la Ciudad de México fueron y entonces yo dije: ¡Que la gente los conozca!. 

Fueron como 10 o 12, no eran pocos, además ellos son algunos de protagonistas de esa historia.

Y todos diciéndome, ¿Dónde puedo comprar el libro?, ¿a partir de cuándo se puede comprar?, y esa es otra cosa que si me disculpo, porque al no tener coeditores, yo decidí, con Miguel Ángel Porrúa que no me diera ejemplares, y que si me daba, me los daba también para venderlos, porque se tiene que recuperar la inversión. No es un libro barato, insisto, son 366 páginas, además de una filmografía extensísima, saturada, que así debe de ser, porque ese fue otro de los problemas, por ejemplo, con el libro de los estudios Churubusco se puso productor, director, fotógrafo, creo, y los principales actores, y entonces yo me negaba a eso, dije ¡NO!, estamos hablando de unos estudios y si algo tiene que salir a flote y tiene que sobresalir, es precisamente una filmografía exhaustiva, que espero que cuando la gente la copie, me cite, y no nada más copie y pegue, porque el formato esté de ebook hace que tu puedas copiar y pegar. 

Otra maravilla de tu libro, que no son pocas las maravillas de tu libro, es que está perfecta y profusamente ilustrado.

Las fotos son muy pequeñitas, porque si se ponían más grandes se elevaba el costo de producción de una manera impresionante, pero ahí fue sobre todo gracias a Roberto Fiesco, muy poquito me proporcionó la Cineteca Nacional, y de otro archivo privado. Que también me llevó cuando menos tres meses estar buscando, otros tres meses de estar identificando a los actores, a las actrices, a los directores, además buscar fotos del rodaje.

A mí me hubiera gustado que el formato fuera como el de Cinematográfica Marte, pero cuando se hizo el presupuesto, no sabes, estamos hablando de más de un millón de pesos.

La otra, Miguel Ángel Porrúa y su mano derecha, Aldonza Porrúa, a quienes les estoy enormemente agradecida, porque a la hora de ver el formato, el que permitía el presupuesto para venderlo a un costo accesible, es este, porque decíamos, si lo hacemos como el de Cinematográfica Marte, ¿va a pagar la gente $800 por el libro?, y entonces ahí sí fue mejor, fotos pequeñas, pero accesible el costo.

Espero que el libro siga costando los $400 que costo en su lanzamiento. Esa es otra cosa que también tengo que agradecer, que tiene una distribución formidable, está en Cineteca Nacional, está en todos los Fondos de Cultura Económica, en todas las librerías Educal, fui a Puebla y está en una librería. Insisto, además lo puedes adquirir entrando a la página de Miguel Ángel Porrúa, tanto de manera física, y te lo mandan a tu casa, o de manera electrónica. Don Miguel Ángel es un excelente librero editor, distribuye sus libros y creo que también por eso se venden. 

Para los que nos gustan los libros decir Porrúa inmediatamente se asocia con libros.

Aunque hay que aclarar que es Miguel Ángel Porrúa, porque acuérdate que también existe Porrúa, tengo entendido que son primos, de hecho, se separaron, uno se quedó con Porrúa, esa editorial antigua que saca, por ejemplo, todos los libros de literatura en la colección Sepan cuantos, y Don Miguel Ángel creó su editorial, que se llama Miguel Ángel Porrúa. 

Hay que destacar, porque siempre que se habla de los estudios América se asocia, Ha, cine de ficheras y narcotráfico. En primer lugar, tanto el cine de ficheras como el de narcotráfico se hace tanto en los estudios América como en los estudios Churubusco. Son unos estudios en donde, por ejemplo, el Western, fue muy importante, ahí sobresale Don Alberto Mariscal, hay cine de luchadores, de hecho la segunda serie que se filma es de luchadores, Los tigres del ring, dirigida por Chano Urueta, hay comedias rancheras, hay cine de terror.

 

Alberto Mariscal, ahora que lo mencionas, es el máximo exponente del chili western.

Exactamente, y después yo creo que lo continúa Don Raúl de Anda Serrano curiosamente, que además inicia en los Churubusco con dos westerns, el hijo de Raúl de Anda Gutiérrez, que fue el tercer productor más importante de los estudios América, el primer productor coproductor más importante de los estudios América es Gregorio Walerstein, si tomas el libro de los Churubusco y cuentas cuántas películas hizo Gregorio Walerstein en los Churubusco, puedes saber cuántas hizo en los América.

Es inagotable, yo creo, la cantidad de información que tiene el libro. Además hay que destacar que se hace un cine de autor, donde debutan Juan Ibáñez con Los Caifanes, José Estrada, Jorge Fons con El quelite, Salomón Laiter con Las puertas del paraíso, que además ganó Ariel. Alejandro Galindo filma en los América, de hecho, Tacos al carbón, que es de Cinematográfica Marte, con el debut, de Vicente Fernández. Roberto Gabaldón, Rafael Corkidi con Ángeles y querubines, Juan López Moctezuma con La mansión de la locura, Juan Antonio de la Riva con Pueblo de madera, con la fotografía de Coco Villerías, que falleció hace poco, Gilberto de Anda.

Yo creo que también hay que destacar la labor de las mujeres, porque fueron muy poquitas las que filmaron, pero ahí filmó Marcela Fernández Violante, María Elena Velasco hace dos películas, y La madrecita estuvo 34 semanas en cartelera. La India María era la mujer taquilla. Isela Vega filma Los amantes del señor de la noche, Matilde Landeta hace su última película en los estudios América, Nocturno a Rosario. Todos esos datos los puedes encontrar, también las películas internacionales que desafortunadamente fueron pocas solo se hicieron 45 producciones, o coproducciones, estamos hablando nada más del 4%, ahí si no hubo un impacto internacional. Elisa Lozano comentó que podías ver nada más y nada menos a Paul Newman paseándose por los estudios Churubusco cuando se filma en 1989 Fat man and little boy, de Roland Joffé. 

Grandes nombres, grandes películas que forman parte de lo mejor del catálogo del cine mexicano, y el libro también narra el declive y la desaparición cuando se privatizan, y se pierden los estudios.

Que además fue muy cardiaca porque desde 1991 se empieza a anunciar que ya se van a vender, y que siempre no, y que siempre si, se va a pugna, el propio sindicato trata de comprarlos y desafortunadamente se venden, yo creo que se mal venden, a una persona que deja mucho que desear hoy en día, porque además debe muchos impuestos, y además ni siquiera los compró con su dinero. 

Y eso es determinante para el desmantelamiento de una industria que era muy poderosa. Hasta donde entiendo, creo que ya solamente quedan los Churubusco, los de Rosarito en Baja California se perdieron, igual que los llamados Movielan de Durango, que apuntaban, ambos, para ser el paraíso fílmico. Y los Churubusco, con el recorte inmenso que le hacen para hacer el Centro Nacional de las Artes, hace 3 décadas, perdió muchísimo, todo el backlot, era un mundo maravilloso los estudios Churubusco y quedaron muy reducidos. 

Ahora mira los América, la única ventaja que tienen es que como ya no se hacen producciones ahí de TV Azteca, Roberto Fiesco comentó que tienen unos estudios muy bonitos y a precios muy accesibles, al menos si se pueden rentar para filmar, pero son unos estudios que yo creo que con todo lo que debe Salinas Pliego, debería de pagarlos regresando los estudios.

Sería una buena manera de saldar o medio saldar una deuda porque además saldaría una deuda con algo que tiene que ver con el patrimonio cultural de México.

Que, por cierto, a mí no me dieron acceso cuando intenté ingresar, hasta tenía yo el plano, que ya no pudo entrar en el libro, de cómo eran los estudios, y yo quería regresar para ver cómo habían cambiado, y no me dieron acceso. Roberto Fiesco me dijo que al parecer lo único que se mantiene es el kiosco. 

Que pena, porque hubiera estado muy bien que pudieras estar ahí presente.

Estos trabajos no son fáciles, pero seguro que ya estás preparando alguna otra cosa que nos va a volver a sorprender, tanto como tus otros libros.

Ya algo más ligero. Prometí ya no volver a hacer algo igual. Este libro tendría que haber sido por etapas, y entre varios. Me gusta mucho eso en Elisa, aunque ella dice que ya no va a hacer trabajos con varias personas, pobre, se mete en problemas. A mí también la institución que quedó de apoyarme al final no me apoyó, a ella le está pasando lo mismo y dice que ya nada más va a hacer cosas para ella misma. Le dije, Es que yo este libro lo tendría que haber hecho con Eduardo de la Vega, contigo, por periodos, por sexenios, pero bueno, ahí está.

Reitero la felicitación, y te agradezco, porque es un material de consulta, invaluable, al margen de lo disfrutable de su lectura, no es como una novela que te sientas y lo lees, pero son libros a los que vuelves, y vuelves, y vuelves igual se puede leer, sin que esté uno investigando, es muy atractivo de verdad, como Cinematográfica Marte, documentos invaluables.

Rosario sin que tengan estas características monumentales, seguirás investigando y creando, sin duda alguna. 

Sí de hecho hay varias investigaciones que están en el horno para que salgan, y por ahí ya estoy pensando, y no digo en que estoy trabajando porque luego me copian la idea. Ya me habían asustado, porque me habían dicho que otra persona, un gringo, estaba haciendo el libro de los estudios América, inclusive que Cineteca Nacional lo estaba apoyando, entonces dije: Ah caray.

 

En estas supersticiones del medio, dicen que no es bueno decir los proyectos porque se ceban, o te los roban.

Y yo creo en eso.

 

 

 

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