
Luigi Pirandello, comenzó su carrera literaria como narrador, más tarde cae en cuenta de la mayor riqueza de matices del género dramático, en el que creó escuela por la especial construcción de sus piezas teatrales, su teatro disfrazado de teatro, el teatro que se hace teatral, sus trucos escénicos, la complejidad de los personajes y la originalidad de las tramas y los problemas planteados.

Cada quien a su manera parece avanzar aún más en la revolución de las formas teatrales emprendida por Pirandello: el espacio teatral es invadido por la vida.
La acción comienza con una advertencia de Pirandello: “La representación de esta comedia deberá empezar en la calle, o mejor, delante de las puertas del teatro, con la venta de un Diario de la tarde que será pregonado por dos o tres vendedores de periódicos, y en el que irá con destacados titulares una noticia con el siguiente titular: EL SUICIDIO DEL ESCULTOR LA VELA Y EL ESPECTÁCULO DE ESTA NOCHE EN EL TEATRO…

Para semejante reto, Aurora Cano, directora artística de la Compañía Nacional de Teatro, tomo la acertada decisión de invitar a David Olguin, quien realiza su segunda colaboración con la institución, luego de La Trilogía Coriolano que reunió las obras: Coriolano, de William Shakespeare, dirigida por él, Coriolano, adaptación de Bertolt Brecht del Coriolano de Shakespeare; y, Los plebeyos ensayan la insurrección, de Günter Grass, también basada en la trama shakespeareana, con el maestro de Luis de Tavira.

¿Cómo surge esta nueva colaboración, a ti te invitan, te ofrecen una obra, o te invitan y tú seleccionas. En este caso en concreto cómo fue?
En específico, me invita Aurora Cano, me dice, toca hacer dentro del ciclo Habitando a…, y entonces me dice, toca habitando a Pirandello, y te proponemos que hagas una obra de Pirandello. Y me proponen directamente que sea Cada quien a su manera, que la lea, que le diga que pienso, la leo, me resulta un reto enorme, por la cantidad de personajes, por lo difícil del mundo a resolver, y me resultó muy interesante como resolverlo. Claro que hay otras obras de él, concretamente Los gigantes de la montaña, que me hubiera encantado hacer, pero me pareció bien, entonces acepté. Esa es la historia.

Tú eres un hombre de teatro, seguro estoy que todas las células de tu cuerpo, su ADN es teatro… …Gracias Salvador… …la dramaturgia es una parte fundamental de ella, habilitar, me gusta el término, intervenir sería otro término muy correcto, y tú lo has hecho con grandes dramaturgos me vienen a la memoria Chejov, Shakespeare, nada más y nada menos, y ahora se une Pirandello.
Sí, y no. Déjame decirte primero porque siento que no y en dónde estaría el que era obligado intervenirlo. Cada quien a su manera Pirandello la escribe en el 24, es decir en su estreno el año pasado festejamos los 100 años de este texto, y lo escribe como queriendo llevar a un extremo la investigación que ya estaba haciendo él en su momento, a propósito del teatro dentro del teatro, y entonces se lo propone haciendo en tres niveles el texto, es decir, por una parte está la obra, la obra de ficción, vamos a llamarla así; segundo, hay un público ficticio dentro de la obra de ficción; y tercero, la aventura arriesgada está en el hecho de que pone, digamos en el espejo, pone a los modelos, o a quién le inspira la obra como personas que van a verse en escena. Están esos tres planos ya en Pirandello, pero claro, es un público, 1924, principios del siglo XX, que se está mirando en el escenario. No podía la obra plantearse en el sentido de que el público que está en las butacas del Julio Castillo, porque así arranca la obra de Pirandello, en un teatro donde el público, y de hecho Amelia Moreno va a comprar su boleto a una taquilla, y ahí lo marca Pirandello que arranca la historia, va a comprar su boleto para verse en escena, lo que hizo esa compañía con su triángulo de pasiones. Pero por tanto esa actriz 1924, para que tuviera sentido, tenía que ser una actriz 2025, 2024 en el momento en el que estrenamos.

Viendo una obra que se desarrolla en el 24 del siglo pasado.
Exactamente, en el siglo pasado. Esa obra, en términos totalmente estrictos le es fiel a Pirandello, más allá simplemente de algunos ajustes de lenguaje, de edición, es una obra Salvador que tiene 150 páginas aproximadamente, es un exceso por el lado que la veas, pero esa obra le es muy fiel a la trama pirandelliana, el punto está en lo que ocurre en las butacas, Pirandello tiene ahí a su galería de críticos, el los llama así, dice, literato que desprecia la literatura, el viejo autor fracasado, el grupo de aficionados, bueno, el grupo de porra de Pirandello, el grupo en contra de Pirandello. Hace un retrato de su tiempo en términos de cómo es el público, y cómo son sus estrenos, de acuerdo a como él lo mira. Es la discusión teatral de su época.

Es muy interesante. Acá la obra empieza desde la calle, desde la taquilla, luego sigue el andar natural del público que llega a comprar su boleto, espera que le den acceso al recinto, probablemente espera en el vestíbulo mientras dan acceso a la sala, aquí la obra sucede tal cual
En ese sentido es tal cual, o sea, arranca en la taquilla, en el lobby, en el vestíbulo, y finalmente en el escenario.

Y el escenario se divide en dos, arriba de, y en las butacas.
Arriba de y en las butacas, y en efecto llega el momento en que la actriz que está mirando su historia o la interpretación que esa compañía hace de su historia, se atreve a subirse al escenario a interrumpir el espectáculo. Esa es materia pirandelliana, es decir, ahí no hay una intervención en términos de la estructura general, claro, el punto era ver que las discusiones teatrales y 1924 no es el mundo que tenemos mexicano 100 años después, ni los espectadores, que sí, creo yo, y que fue lo que me inspiró a meterme a la idea de la sociedad del espectáculo contemporáneo, que finalmente estamos teniendo un escándalo, es decir, es una actriz muy famosa, una celebridad de su tiempo que va a mirarse en escena y que los otros, los espectadores empiezan a saber que ahí está la celebridad, y el morbo contemporáneo por presenciar el escándalo.

Y ahí es donde yo sentí, y dije, este es una especie de premonición, finalmente de lo que sería en estos tiempos de escándalo, donde ahí entraba el doblez que es parte de nuestros días, en qué medida los sujetos del escándalo de un aristócrata de aquellos tiempos un hombre muy adinerado, un hombre que está metido en la política, que es un noble de su tiempo. Esta actriz famosísima, rompe corazones, femme fatal y demás, que se lía con una joven artista que se suicida de amor por ella, y estos dos que van a ver su drama, en qué medida en 1925 irían de manera inocente y legítima, y ahí entra esa duda que yo dejo deslizar en el espectáculo donde en realidad también pudo haber sido resultado de la búsqueda de fama y la búsqueda de votos.

Y que en la actualidad, no todas afortunadamente, pero sí hay ciertas figuras que nutren su fama del escándalo más que de su talento histriónico.
Exactamente, está, pues eso, lo que es la sociedad de nuestro tiempo, es decir, este mundo de escándalo, de rapidez, digamos un escándalo sustituye a otro escándalo y donde se pierde el anonimato, es decir, todo mundo nos estamos espejeando a partir de las redes, nos estamos ventilando y ventaneando nuestra intimidad, y en ese sentido era que me permití poner un programa de las celebridades al estilo del Ventaneando de nuestros días, y bueno, acá le pusimos el Balconeando o la comentocracia del espectáculo, en fin, ahí está esto que tú dices, por eso te digo, no en la medida en la que Pirandello da los tres planos: ficción, público dentro de la ficción, y público real, y la estructura, es decir, empieza en taquilla termina con el sabotaje de parte de la actriz que se subió al escenario, y el espectáculo que se ve interrumpido, no puede haber tercer acto de la comedia.

Y todo está tal cual. En un experimento como este, el público es importantísimo porque tiene que haber una complicidad ahí.
Exactamente, que eso es lo que gratamente hemos ido descubriendo, que el público mexicano ha estado muy alentado a participar, subirse al escenario y vivir la idea de no saber si la persona que tiene al lado es un actor o es finalmente un espectador, que es algo que creo en ese sentido ha sido efectivo en esa contaminación de la escena y el espectador.

Para un reto como este creo que solamente una gente como tú podría llevarlo a cabo, tiene mucha complejidad porque es casi montar tres obras y que además se tienen que entrelazar y tienen que embonar, no son tres cosas separadas.
Claro porque eran tres tonos, era también como conservar la retórica de todo un mundo, que es el mundo de principios del siglo pasado, donde todavía puede haber una lógica de afrentas, de honor muy sicilianas, donde tú me ofendes y yo te reto a duelo, y que hoy día equivale a otro tipo de lógica completamente distinta.

O la misma mirada sobre la mujer, esa mirada sobre una femme fatal, sobre una mujer cercana a la perfidia, carnalidad de por medio y demás, en una época en la que justamente esos clichés son bastante, como se usa hoy día el término, y lo dicen mucho los jóvenes en rebelión y las chicas en rebelión, funables, alguien que mire así a la mujer, finalmente incurre en un cliché, en un cliché debatible ampliamente. Y bueno, esa es la mirada de la comedia de 1930, pero por eso me permitía ahí sí, intervenirla y meter, por ejemplo, el discurso de la mirada de una mujer joven, la joven insurrecta que llega y dice, ya estuvo de personajes de esa naturaleza, y tenemos, un teatro dentro del teatro, donde, a fin de cuentas, está la referencia a la realidad contemporánea.

Claro, ese discurso la pone en este momento.
De ahí es esta idea que te decía de que si está intervenida, por otra parte creo que era absolutamente necesario y está en el espíritu de lo que hizo Pirandello.
Le es fiel totalmente. Un espectáculo como este, creo que solamente lo puede hacer el teatro público, la Compañía Nacional de Teatro, en determinado momento podría ser Teatro UNAM, o la Coordinación Nacional de Teatro, y lo hace la compañía.

Yo solo creo la Compañía, por la cantidad de gente que se requiere, y que tiene su elenco. En el original de Pirandello calculo unos 50 personajes, entre personas / personajes, es decir es una adaptación que quedó en 24 actores finalmente, que es la mitad prácticamente del elenco estable de la compañía. Creo que también eso alentó el reto de Aurora Cano, y en ese sentido, cuando me lo propuso y vi aquello y dije, Esto es un mundo, qué más espectáculo que tener a esa cantidad de gente en el escenario en acción, finalmente.

¿Cómo te sentiste volviendo a la Compañía Nacional de Teatro?, grandiosa, siempre lo fue, desde que surgió en los setentas, con un elenco estable, con repertorio, y que bueno que ahora vuelve con esas características.
Lo platicaba con Óscar Narváez, que él es uno de los actores de aquella compañía de José Sole y Luis Jimeno, recordábamos, recordábamos digo porque yo me podía poner en perspectiva, siendo un joven preparatoriano que empezaba su gusto por el teatro, tuve el privilegio de poder ver un repertorio de obras universales impresionante. Puestas en escena memorables, que iban desde, en ese momento, desde innovaciones como Opereta de Witold Gombrowicz, hasta realismo norteamericano Heredarás el viento de Lawrence y Lee, para atrás, no sé, Volpone, el zorro. La visita de la vieja dama, La loca de Chaillot, en fin, un repertorio impresionante
Y un elenco de lujo, estaba desde Ancira, Benedicto, José Alonso, Octavio Galindo, Yolanda Mérida, Mónica Serna, en fin, larga lista.

Al mismo tiempo la contraparte en la Universidad Nacional, o la Veracruzana, o el Teatro del Seguro Social, con otro tipo de propuestas, el Teatro de la Nación del IMSS. Por supuesto, era una Compañía Nacional de Teatro con un elenco estable poderosísimo, con una propuesta muy clara, muy concreta, y en contra punto, el teatro de vanguardia de la Universidad Nacional.
Y hoy día, esta Compañía Nacional con otro perfil, con otra orientación, creo que es muy interesante lo que se ha hecho en términos de renovación de cuadros, de volverla nacional también en el sentido de que haya actores del norte del país, de Yucatán, de Guadalajara, en fin, muchos actores que son notables su lugar de origen y que tenían que tener ese reconocimiento finalmente a la batalla.

A mí me parece en ese sentido maravillosa la oportunidad de haber trabajado con la compañía nacional, también del reto de batallar con un elenco que trae orígenes tan diferentes en términos de edad, formación y origen, prácticamente, y tratar de uniformar tono, estilo, propuesta y bueno, son condiciones complejas porque la compañía, como le ocurre a todas las instituciones de cultura del país, está sometida a un escrutinio de resultados que la obligan a producir y producir y a hacer muy visible sus resultados y su presencia. Entonces no dejaba de ser muy complejo el juntar a tanta gente para encontrar los tiempos idóneos en un esquema de producción express, es decir, teníamos que montar prácticamente en dos meses un proyecto sumamente complejo. Pero bueno, está en pie y ha tenido una larga temporada ya, que vuelve ahorita, re estrenamos el sábado 18 y vamos hasta el 16 de febrero y ha tenido una buena respuesta de público afortunadamente.

¿Estás contento con los resultados?
Sí, claro, uno se queda siempre: hubiera querido más, pero sí estoy contento por supuesto.
Te agradezco mucho David y estaremos muy al pendiente también por supuesto de lo que pasará en El Milagro, que seguramente pronto habrá mucho que ver
Vamos a volver con La nostalgia y con Días felices, de Beckett, que dirigió Arturo Ríos, y que Arturo Ríos ahora se nos sube en el escenario, afortunadamente va a estar actuando, el actor estaba muy bien, con quién trabajó él, pero algún problema de salud tuvo este actor y Arturo se animó a sustituirlo.
Estaría perfecto que se presentara La belleza junto con La nostalgia.
Eso quiero, ando buscándole como. Ojalá podamos sacar un efiteatro, ahí estamos en batalla, aunque no tenemos ya México en escena, estamos reorganizándonos sin ese subsidio, pero estamos en batalla para sobrevivir Salvador.

El teatro es de todos. ¡Asista!
Muy recomendable.

Cada quien a su manera, de Luigi Pirandello.
Versión y dirección: David Olguín.
Actuación: Julieta Egurrola, Óscar Narváez, José Carlos Rodríguez, Judith Inda, Olivia Lagunas, Miguel Ángel López, Octavia Popesku, Adriana Resendiz, Marissa Saavedra, Mireya González, Dulce Mariel, Nara Pech, Roldán Ramírez, Irene Repeto, Fernando Sakanassi, Mario Vera, Zabdi Blanco, Salvador Carmona, Estefanía Estrada, Tanya Gómez, Ana Karen Peraza, Shadé Ríos y Mariana Villaseñor.
Teatro Julio Castillo. Centro Cultural del Bosque, a espaldas del Auditorio Nacional.
Metro y metrobus Auditorio.
Jueves, viernes y sábados 19:00 horas y domingos 18:00 horas. Hasta el 16 de febrero.
Entrada general $150. Descuento del 50% a estudiantes, maestros y afiliados al INAPAM. Afiliados al programa Gente de Teatro: $45 cualquier día. De venta en taquilla y teatroinbal.sistemadeboletos.com
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