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Aceptarme y conciliarme conmigo como mujer. Por Salvador Perches Galván.



Escritora, emprendedora y activista mexicana. Egresada de la Universidad Pedagógica de Durango con especialidad en conducta Psicosocial y maestría en Administración y alta Dirección por la Universidad Iberoamericana Torreón, diplomados y capacitaciones nacionales e internacionales por parte de la OIT.

Fungió como Directora General de Coparmex Laguna S.P. encabezando el liderazgo profesional de la organización empresarial en Torreón, Gómez Palacio y Lerdo.

Es fundadora y directora general en ANG SPA, líder regional en tratamientos estéticos de alta especialidad, emprendimiento que comparte con su hijo Emerson Medel Núñez.

Preocupada por el empoderamiento de la mujer, con su hija Frida Medel Núñez fundó Poder Inspira Poder A.C., organización no lucrativa que a través de la inspiración, ayudando a mujeres en su búsqueda de la plenitud, a través de su reconstrucción espiritual y fomentando su productividad por medio de la capacitación y el acompañamiento.

Con Claudio X. González y Gustavo de Hoyos Walther, participó en la fundación el movimiento cívico Sí por México, que impulsó la construcción de la coalición electoral Va por México para las elecciones de 2021, y que actualmente articula a las fuerzas de oposición rumbo a las elecciones de 2024.

Actualmente tiene a su cargo el liderazgo nacional para la conformación del movimiento de mujeres de la organización y forma parte del Consejo Ejecutivo de la misma.

Actualmente cursa en la UNAM, el Diplomado en Perspectiva de género en la persecución de delitos de violencia contra las Mujeres y la carrera de Derecho en la Universidad Autónoma de la Laguna.

Recientemente publicó su primer libro, Las reinas no se rajan, apostando por la resiliencia y sororidad con una historia sinónimo de inspiración para las mujeres que alguna vez pensaron rendirse.

Las reinas no se rajan también enfatiza el empoderamiento femenino como parte importante de una sociedad que debe caracterizarse por su empatía e igualdad. Esta reina que nunca se rajó, platico para atraparte. Estas son sus palabras.

¿Por qué Las reinas no se rajan?

Para empezar porque yo creo que debemos hacerle honor a nuestra naturaleza y a nuestra esencia de mujeres, de fortaleza y porque los tiempos, la cultura, las crisis y tantas cosas que ocurren alrededor de nosotras, nos demandan eso precisamente, que no nos rajemos para demostrar de qué estamos hechas.

Esto va en contrapunto a la cultura milenaria que hemos heredado en que las mujeres siempre eran las abnegadas. El que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer, la historia misma ha demostrado que no es cierto, grandes hombres tienen a grandes mujeres a su lado. La mujer, hasta hace muy poco, no tenía posibilidades ni siquiera de decir: está boca es mía. El título de alguna manera advierte que no todo lo que ha pasado es cierto y que hay que revertirlo.

Sí yo creo que sí. Yo vengo de una familia muy clásica, de una familia donde incluso, como lo relato en mi libro, existe el patriarcado, siempre ha existido, yo no sabía que era como tal, pero siempre tuve muy claro que había cosas que me impedían o intentaban impedirme ir hacia adelante, a pesar de que en mi familia siempre hubo mucho amor, mucha sobreprotección, mucha proveeduría en todos los aspectos.

Mi papá siempre fue un hombre que nos cuidaba, que nos amaba, que nos protegía, en la casa no faltaba nada. Le daba trabajo a toda la gente del pueblo, se hizo cargo de sus padres y de sus sobrinos huérfanos, y mi mamá junto con él. Pero en la casa siempre escuché que las mujeres éramos vulnerables, que éramos frágiles, que nacíamos estigmatizadas para sufrir, que lo mejor que podía sucedernos era encontrar un buen hombre que se hiciera responsable de nosotras y nosotras esmerarnos en merecerlo... ...aunque fuera infiel o golpeador … …aunque fuera infiel, aunque fuera como fuera.

Obviamente, cuando yo me casé, yo esperaba un hombre como mi papá, un hombre amoroso, un hombre trabajador, un hombre sin vicios, un hombre que amara a sus hijos, a su esposa, a sus padres y a todos, pero no fue así porque, yo creo que cuando se entrelazan las costumbres, las formas de vivir, los genes distintos… y en mi caso una muchacha de rancho con un joven de ciudad, la combinación, o lo que resulta de ahí no es algo positivo mientras se vive, y digo mientras se vive porque, cuando aprendes las lecciones puedes darle la vuelta, como en mi caso, a la violencia familiar, pero una cosa trae a otra. Volviendo a lo que mencionas, siempre se ha creído que las mujeres somos frágiles, pero por otro lado se nos demanda que seamos unas reinas, que seamos reinas en el comportamiento, reinas bien portadas, bien plantadas, de buenos modos, de buenos modales, yo así lo entiendo.

No solamente tenemos que vernos siempre bien y conducirnos de una manera adecuada según los momentos y los tiempos, yo creo que ser reina te demanda demostrar que tienes valor y valentía, y que vales.

Aunque el título como tal, no sé pensó específicamente en esto, sino que mi papá, curiosamente, es quien me la dijo, aquella tarde que huíamos de nuestro rancho cuando estaba en juego nuestra vida, y mi papá en un momento en el que quiso infundirme valor para que yo no me asustara por la circunstancia, me dijo eso justamente, no se raje Argelita: Las reinas no se rajan, y esa frase de empoderamiento vino a ser la médula de mis decisiones en cada circunstancia que, a lo largo de mi vida después de aquel momento, yo tuve que experimentar.

Un gran hombre. El buen hombre que fue tu padre, te marca definitivamente hacia tu visión masculina.

Claro, creo que mi papá, sin darse cuenta y sin pretenderlo, lo que quería era que yo no tuviera miedo, me lo dijo, y el término no rajarse, aplicado de una manera positiva en México nos identifica mucho, cuantas veces hemos escuchado, por empleo, la frase¡Ay Jalisco, no te rajes!, y muchas más, cada quien lo aplica a su circunstancia y a su modo y a su parecer.

En este caso, viviendo los tiempos como los conocemos todos, tanta violencia, tanta discriminación, tanto abuso por parte de todos y de todas incluso, ahorita vivimos tiempos que, contrario a lo que podríamos esperar en el sentido de decir, está lucha de las mujeres por buscar la equidad, por buscar la justicia, por buscar el que se nos de visibilidad, y el que se nos respete como mujeres, es una lucha ancestral, sin embargo, aunque deberíamos de tener resultados distintos, no es así.

Creo que mi libro viene a sumarse, pero en positivo, porque quienes lo lean se van a dar cuenta que yo muestro una cara de la lucha distinta, yo hablo de resiliencia, que es lo que a mí me funcionó, yo hablo de tener más conocimiento, de conocer más nuestros derechos, de saber aplicarlos, pero en un sentido constructivo. De asumir nuestra responsabilidad como formadoras del tejido social, de asumir nuestra responsabilidad en la cantidad que representamos, y en el porcentaje que representamos a la sociedad de nuestro país, y en ese sentido empoderarnos, envalentarnos, e ir hacia adelante.


Es claro que hay mucho de ti en tu libro, y eso es muy alentador, no nada más para mujeres, también para hombres, porque, si bien hay que luchar en contra de todo tipo de violencia, del machismo, también hay que estar en contra del hembrismo, que es su polarización, la postura contraria: ¡ahora vamos contra ellos!. No, mejor caminemos juntos, y las cosas van a funcionar mejor.

Yo digo que todos los excesos son malos y de verdad, lo que digo no es porque lo haya leído, es porque lo he pensado mucho en todo el trayecto que me ha llevado a entender mi esencia como ser humano, y el aceptarme y conciliarme conmigo como mujer, dentro de la cultura y el tiempo en el que vivimos.

Creo que el feminismo surgió porque se quería combatir algo injusto, que eran abusos, lo que se denomina el machismo, etcétera. Pero cuando el feminismo toma otros matices, otras formas, que entiendo yo, en la desesperación que vivimos las mujeres cuando sufrimos algún tipo de abuso, o algún tipo de injusticia, entiendo que a algunas no les ha quedado otra opción, o ha sido el camino que han encontrado para manifestarse y propiciar un cambio. Sin embargo, coincido contigo en el sentido de que es el momento de volver cada cual a su esencia: las mujeres somos mujeres, y los hombres son hombres, las mujeres tenemos ciertas capacidades, y ciertas cualidades que los hombres no tienen, y los hombres a su vez. Eso no quiere decir que uno sea más que otro, o que lo que hagan unos es más valioso que lo que hacen otros, yo pienso que deberíamos de ser complemento.

Yo tengo un hijo y una hija y a los dos les he dado respeto, les he dado libertad de decisión y a los dos he tratado de enseñarlos con mi ejemplo y con mis palabras, a que deben asumir su responsabilidad, como seres humanos primero, luego como hombre y mujer, y luego como individuos, como personas dentro de una sociedad. El día que empecemos a caminar como complemento, aceptándonos con nuestras limitaciones y nuestras fortalezas, y con generosidad aprendamos a ponerlas a disposición del de enfrente y obtengamos lo mismo, ese día vamos a tener una sociedad más justa, el día que dejemos de abusar de nuestra condición o de nuestra posición, ese día va a haber más justicia.

Yo por mi parte intento hacer lo que me toca, yo no me presento como una víctima de las circunstancias, con todo y que soy mujer, con todo y que he vivido muchas cosas como lo cuento en mi libro, con nombre y apellido, yo me presento como una mujer que asume que vive en este siglo, que nació de una familia muy clásica en un rancho, y que por sus decisiones ha transitado dónde ha tenido que converger con otras personas que piensan diferente y que actúan diferente y que en su camino han intentado abusar de mí, pero yo no sé los ha permitido, no porque me pelee, sino porque he decidido fortalecer lo que yo soy, y en ese sentido intento construir y creo que así lo podemos hacer todos los seres humanos de nuestro país.

¿A qué género se adscribe tu libro, es una novela, es un ensayo, es un trabajo periodístico?

Es una historia, son vivencias mías. Está contado en primera persona, está escrito en primera persona, narro las peripecias de mi vida desde que a los 9 años tuvimos que salir mi familia y yo huyendo de la Menoreña, el tiempo en el que me tuve que enfrentar a una decisión por consecuencias de mis acciones cuando tuve un embarazo prematuro y tuve que decidir si me casaba y tenía a mi hijo o no, y ya dentro del matrimonio como experimenté distintas situaciones que miles de mujeres en México y en el mundo viven, como eso me reto a no morirme, a no a sucumbir a las circunstancias, a no despersonalizarme. Como el amor por mis hijos me llevó a continuar una vez sola, ya viuda, como me enfrente, como tantas y tantas mujeres todos los días en México, a conseguir un trabajo, encontrando como respuesta lo negativo, porque nadie le quiere dar trabajo a una mujer joven, a una mujer sin experiencia, a una mujer con hijos chicos, a una mujer recién viuda, a una mujer que dejó de estudiar la preparatoria, a una mujer que luce como me ves, o como estaba, de cabello claro, de ojos claros, a una mujer que se enfrenta a los estereotipos y a la discriminación propia de nuestra cultura mexicana.

Una vez que ya pude dar pasos y más pasos, que ya entré a la universidad y conseguí un trabajo, cuando ya por fin pude tener mi certificado de preparatoria, como se enfrenta uno también en la escuela con profesores que lo invitan a uno a rendirse, o ya en un entorno laboral cuando ya yo era directora general de una importante organización en nuestro país, en la cual duré 9 años. Cómo entrar a un entorno donde había puros hombres, donde antes de mí no había mujeres, y como eso no me hizo pequeña, al contrario. Eso es lo que van a encontrar en mi libro, pero como decía mi editor, ese libro no es mío, ese libro es de todas las mexicanas, y en todo caso de todas las personas que de una u otra manera viven o han sufrido discriminación por alguna condición. Este libro es para todos los que lo puedan leer y yo estoy 100% segura que se van a ver reflejados; gordos y flacos, morenos, altos, chaparros, de rancho, de ciudad, rubios, morenos, mujeres, hombres, Yo estoy completamente segura que en mi libro se van a encontrar.

Argelia, platícame de tu fundación.

Tengo una asociación civil que se llama Poder inspira poder, y surgió como mi libro, con el propósito de ayudar a otras mujeres a encontrar la inspiración, que se necesita tanto en momentos críticos, para que puedan encontrar el punto de decidir sobre su reconstrucción, sobre su aprendizaje, sobre el emprendimiento, con la idea de que en eso encuentren una herramienta mejor y más contundente para combatir alguna situación de violencia que ellas viven. Por eso se llama Poder inspira poder, gira sobre el eje de la inspiración y tiene cuatro vértices de atención: La identificación de la problemática; La capacitación; La orientación, y en todo caso La vinculación de aquellas que ya producen algo, que ya ofrecen algún servicio, que ya saben realizar algún oficio o que pueden producir algún producto y quieren llegar al consumidor.

Somos una asociación joven, tenemos 3 años más o menos ya los estamos cumpliendo, empezó como una plataforma social, pero la misma gente ha ido haciéndonos que crezcamos, porque hay desde la mujer que te pregunta ¿cómo hacerle para terminar de estudiar la preparatoria?, o la que está viviendo violencia física, verbal, emocional, dentro de un entorno familiar o amoroso, o la que quiere aprender un oficio. Hemos hecho talleres para enseñarles corte y confección, cuidado del cabello, corte del cabello para que ellas puedan empezar a trabajar desde su casa, como lo hice yo, porque yo así empecé. Cuando me quedé sola, viuda, y no tenía dinero, y no conseguía trabajo, puse un espejo, una silla, y empecé a cortar el pelo en mi casa.

Yo le apuesto mucho a eso, me veo mucho en la vida de las demás personas y por eso es que vengo a contarles lo que a mí me pasó, y lo que yo sé hacer, porque a mí sí me funcionó. Yo hubiera querido que en aquellos momentos alguien, como yo ahora, me hubiera dicho. La capacitación, el aprendizaje, la fe, la decisión, la inspiración de todos los días, eran caminos seguros que me dieran la certeza de un día estar en una posición mejor, diferente, a lo mejor eso me habría hecho menos escabroso el camino y sentirme segura, sin embargo, aunque no lo tuve, decidí. Por eso ahora yo sí quiero ser para otras, lo que a mí me hubiera gustado que fueran conmigo.

De las crisis se sale fortalecido, o ya no sale. El confinamiento exacerbó muchos de estos males, pero creo que también empoderó a muchas reinas, y las hizo que no se rajaran.

Yo siempre digo que las crisis son buenas, a lo mejor habrá quien difiera de mi pensamiento, yo lo descubrí porque cada vez que estoy metida en una crisis digo: ¡Que bueno!, porque eso quiere decir que hay algo que no está bien, y que tengo que revisarlo a detalle para tomar decisiones diferentes. El tema, o la muerte súbita, está durante el tiempo que encuentras qué es lo que no está propiciando un buen momento que estés bien, entonces siempre digo: las crisis son muy buenas, incluso me he atrevido a decir algunas veces que publicó cosas, a mí me encantan las crisis, porque te llevan al límite de tus capacidades, para que puedas enfrentar lo que en la comodidad y en el relajamiento no ves. Ahorita vivimos tiempos bien difíciles, vivimos tiempos de crisis sanitarias, vivimos tiempos de crisis económicas, de crisis políticas y gubernamentales, y eso nos invita a no rajarnos, a revisar y a decidir mejor. Tienes razón Salvador.


¿En dónde se pueden encontrar a estas reinas que no se rajan?

Lo pueden encontrar todas las plataformas de libros puede ser Gandhi, puede ser Amazon, puede ser Kindle, puede ser Sanborns, pueden incluso encontrarlo en la liga en mis redes sociales, pueden seguirme ahí recurrentemente publicamos cómo pueden obtenerlo es en instagram estoy como @argelia_nunez_78, y en Facebook tanto en la fan Page como en mi perfil personal, estoy como argelia nunez, así como mi nombre, está disponible en físico y digital.

Gracias por darle vo

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